Camila Sosa Villada (Argentina, 1982) estrena la película ‘Tesis sobre una domesticación’, con base en su novela del mismo nombre, donde narra la historia de una travesti y actriz exitosa que busca formar una familia rompiendo todas las reglas y explorando el sexo al máximo.
En entrevista con MILENIO, la escritora habla de la experiencia de protagonizar una película, donde, de entrada, señala que verse en la pantalla grande es espantoso.
¿Cómo fue tu experiencia en el cine?
El hecho de que se adaptara una novela mía y que la protagonista sea yo era algo que estaba siendo único. Pero sí lo había hecho en el teatro al escribir y actuar obras para mí; entonces, no fue tan traumático, ni tan especial, fue un movimiento bastante natural. En un momento dije: “Ya dejo de pensar como autora y empiezo a pensar como actriz y solté el guión, que fue una semana antes de empezar a rodar, y ya me entregué a otro trabajo que es un poco más fino, si se quiere, el de una actriz que el de una escritora.
¿Qué diferencia hay?
Una escritora está siempre a salvo porque está sola, tiene libertad y es un oficio muy discreto. Y una actriz está protegida por una cortina de gasa, por una telaraña; no tiene mucho más. Entre ella y un set, entre ella y el director. Necesitaba hacer una preparación para estar ahí. Así que abandoné a la autora y me dediqué a ser actriz, a ser una doliente.
¿Verte en pantalla te empoderó?
No es de poder. El oficio de ser actriz exige disciplina, en ese sentido, ser escritora es mucho más peligroso. Estás a merced del alcoholismo, de la locura, de la desesperación, de las drogas, de romperte. Estás a merced de todo lo horrible que puedes llegar a ser. Para ser actriz, necesitas cuidarte del alcohol, porque si no, sales hinchada en cámara; necesitas comer y dormir bien. Escribir puedes hacerlo desde una cama en terapia intensiva. Al contrario de lo que parece, sufrí mucho más escribiendo el libro que filmando la película.
¿Te cuidaban en la filmación?
No, yo me cuidaba. Me ponía límites. Sabía a qué hora tenía que estar durmiendo, etcétera. Yo puedo pasarme tres noches sin dormir escribiendo con una buena botella de whisky, puedo estar tres noches sin dormir.
Tu novela Las malas sucede en un universo sórdido y Tesis sobre una domesticación es una trans poderosa, adinerada e intimidante.
Quise deshacerme de la piedad con la que la gente me hablaba de Las Malas. Quise hacer a alguien que no pidiera compasión y que la protagonista provocara miedo. Cuando hablan de discriminar a las travestis, ojalá fuera miedo lo que nos tuvieran y no odio. Yo necesitaba una protagonista que realmente asustara, que fuera repulsiva, como es la actriz.
¿Te consideras una escritora poderosa como la protagonista de la película?
Siempre fui la actriz de Tesis sobre una domesticación, no sé si línea por línea, pero siempre fui esa actriz. Incluso cuando era pobre, cuando no era nadie, cuando no tenía un nombre. Siempre hice lo que quise; nunca cedí a nada. Las únicas personas en este mundo que me pueden atar a la vida son mi papá y mi mamá. No existe, no ha nacido nadie que provoque lo que ellos me provocan.
¿El camino del cine te gustó?
Es una historia que yo conocía muy bien; el personaje de la actriz era adorable, con muchos reveses, con ciertos rizomas que hacían que fuera cada vez más complejo y doloroso interpretarlo. Pero no soy una actriz de cine, soy una actriz de teatro. Cada vez que me han ofrecido hacer una película, yo he dicho que no, porque seguramente estaría en un manicomio; porque lo que yo hice fue romperme. De hecho, después de la filmación, tuve episodios de ataques de pánico que no tenía desde hace muchísimo tiempo. Eso no fue responsabilidad de nadie, fue responsabilidad mía. Yo quise que eso fuera así; pero porque lo hago una vez cada una década; es tan terrible el mundo del cine, que si no fuera de esa forma, no entendería cómo hacerlo.
La película es dirigida por Javier Van de Couter y las compañías que la producen son: Aurora Cine, ¡Oh My Gómez! Y la Corriente del Golfo donde Camila Sosa Villada comparte créditos con Alfonso Herrera.
Tesis sobre una domesticación tiene escenas eróticas poderosas.
Sí, y espero que cause calor. De los comentarios que me han hecho, uno es que se masturban, y la otra es que se separan de sus parejas. No he comprobado que se masturben (risas) pero sí que se divorcian o se separan. Así que espero que tenga cierta repercusión a nivel genital. Yo quiero que los espectadores se vuelvan locos. Soy una artista que no tiene muchas intenciones de nada, soy muy narcisista, entonces casi todo lo hago para mí. Pero si vos me pones a pensar en los espectadores, yo tengo ganas de que se enloquezcan y que no puedan creer lo que están viendo en pantalla.
¿Te gusta romper los límites?
Ni me gusta, ni me disgusta. Me sale así, pero es porque no soy una buena ciudadana, no estoy bien adaptada. No sé disimular mi mal humor ni mi alegría tampoco; también soy pacífica, serena y estoy tranquila y vivo una vida muy discreta. Pero también me gusta esta vida de prensa y tener 400 personas delante de mí escuchando lo que tengo para decir y la intención que tengo de domesticarlos también… Entonces, me llevo bien con esas dos facetas.