A lo largo de los 100 años desde su refundación, la Universidad de Guadalajara (UdeG) consolidó una de las plataformas culturales más influyentes de América Latina. Desde la Feria Internacional del Libro hasta el Festival Internacional de Cine, pasando por Papirolas y la Feria Internacional de la Música, la casa de estudios convirtió la difusión cultural en una herramienta de conexión con el mundo.
“La universidad es una institución de cultura, de investigación científica y de docencia; son instituciones que buscan conectar con los públicos más amplios posibles”, explica para MILENIO José Trinidad Padilla López, presidente de la Feria Internacional del Libro (FIL).
Feria Internacional del Libro
La FIL, que en 2025 cumplirá 39 años, nació de una visión que rompió paradigmas: una universidad pública organizando una feria editorial abierta al público general.
“Al principio había mucho escepticismo, porque decían: ¿qué tiene que hacer una universidad organizando una feria del libro, cuando se supone que eso debería hacerlo la industria editorial?”, recuerda Padilla López.
Inspirada en la Feria de Frankfurt, la FIL Guadalajara se propuso ser más que un encuentro para profesionales del libro. Una celebración abierta al público. “La idea era hacer algo atractivo para la industria editorial, pero también para un público más amplio”, apunta.

Con el paso de los años, la feria se transformó en un verdadero festival cultural. “La feria del libro se convirtió en algo más que una feria de libros: en una feria de la cultura”, afirma. A lo largo de su historia, la FIL incorporó programas especializados como FIL Ciencia, FIL Joven, FIL Pensamiento y un espacio para la infancia que derivó en una de sus más grandes herencias: Papirolas.
Papirolas
El festival Papirolas, que acaba de celebrar su trigésimo aniversario, nació como un proyecto derivado de la FIL con el propósito de acercar a niñas, niños y jóvenes al arte, la lectura y la ciencia.
Aunque muchos lo asocian únicamente con el público infantil, el académico recuerda que incluso los adultos recuperan algo de su niñez en este espacio. Papirolas se realiza en una temporada distinta a la Feria Internacional del Libro, pero ambas ferias comparten el mismo espíritu: formar públicos, fomentar la creatividad y consolidar la cultura como parte esencial del desarrollo social.
Festival Internacional de Cine
Antes de la FIL, el cine ya ocupaba un lugar importante en la agenda cultural de la UdeG. “Muy poca gente lo sabe, pero el Festival de Cine es más viejo que la Feria del Libro”, señala Padilla López, también director de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Arreola”.
El festival comenzó en 1983. En aquel tiempo era la Muestra de Cine Mexicano, impulsada por Raúl Padilla López y Emilio García Riera. “Empezó así, como algo muy modesto, que con los años despertó mucho interés por parte de patrocinadores, de otras instituciones educativas y de la industria cinematográfica. Que encontró un nicho para fortalecerse en México”, detalla.

Los aires de los tiempos nuevos hicieron que, decenios después, “La Muestra”-como era conocida hasta entonces-, se convirtiera en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), que pronto se consolidó como el encuentro cinematográfico más importante de América Latina. Un espacio donde se unían la formación académica, la industria y la cultura.
Esa visión permitió que tanto la FIL como el FICG trascendieran el ámbito universitario para convertirse en motores económicos y culturales de la región. “Cuando la Feria del Libro, el Festival de Cine y todas esas iniciativas se convierten también en fuentes de ingresos para el estado, por la industria hotelera, restaurantera o del transporte, se da una afortunada alianza entre el sector privado y el público para impulsar proyectos de interés social”, agrega.
Feria Internacional de la Música
Después nació la Feria Internacional de la Música de Guadalajara (FIM GDL), una iniciativa que comenzó en 2011 en la Expo Guadalajara. Concebida como un punto de encuentro para profesionales de la industria musical y el público general, combina conciertos, conferencias, gastronomía y espacios de vinculación con las industrias culturales.
El reto principal, dice, radica en el carácter eminentemente comercial de la industria musical. “No ha sido fácil lograr que los actores de esta industria se involucren en un proyecto universitario, cuando es un espacio donde la promoción privada predomina”, explica.
Aun así, confía en que el futuro permitirá fortalecer esta propuesta mediante colaboraciones con instituciones públicas y privadas “que estén interesadas en promover segmentos de la cultura musical que quizá no sean tan comerciales”.
En el cierre de la entrevista, Padilla López hace un llamado a la sociedad para apoyar y valorar los proyectos culturales de la Universidad de Guadalajara
SRN