La tradición de la que proviene László Krasznahorkai, reconocido con el Premio Nobel de Literatura 2025, es la lengua y la literatura húngaras. Después habría de nutrirse de las grandes fuentes de la novelística occidental, afirma el traductor Adan Kovacsics: Cervantes, Dostoievski, Kafka. “La principal característica de su prosa es la búsqueda de la musicalidad y la transparencia en sus frases, por muy serpenteantes que sean. La atmósfera está efectivamente en su lenguaje”, agrega.

Adán Kovacsics, traductor de todas las novelas de László Krasznahorkai publicadas en nuestro idioma, dice que adentrarse en el autor húngaro —cuyas tramas recrean ambientes muy adversos y están cargadas de dramatismo, transmitiendo una rara intensidad y tristeza— es sumergirse en un estilo complejo, de frases larguísimas, al punto de que la próxima novela que el Nobel publicará en nuestro idioma, que lleva por título Herst 07769, está escrita en un solo párrafo y abarca cuatrocientos páginas. “Son cuatrocientos páginas en un solo párrafo pero fluye maravillosamente”, señala Kovacsics, para quien, con el paso de los años, el estilo de Krasznahorkai ya le resulta familiar.
Kovacsics —responsable de traducir a nuestro idioma novelas como Melancolía de la resistencia, Guerra y Guerra, Y Seiobo descendió a la Tierra, Ha llegado Isaías, El último lobo y Relaciones misericordiosas— expone que ha llegado a interiorizar el complicado estilo de Krasznahorkai, y que a lo largo de casi una decena de libros traducidos ha visto su evolución: frases cada vez más largas, pero al mismo tiempo cobrando una transparencia y fluidez cada vez mayor. “Desde su primera novela, Tango satánico, hasta la más reciente, El barón Wenckheim vuelve a casa, hay un camino en el ámbito del estilo”, precisa el traductor, quien dice que la escritura de Laszlo Krasznahorkai “a veces es más compleja en la parte conceptual. Por esta razón, he tenido que consultarle algunas cosas, pues hay un grado de complejidad que te hace sudar. Más que en el estilo, la dificultad está en su conceptualidad”.
Respecto a los elementos satíricos, muy presentes en su obra, Kovacsics expone que “en sus comienzos parecía más oscuro. En general, aparecen los falsos profetas, la violencia, la destrucción. Luego hay un componente satírico que se ha ido acentuando con el tiempo”.
Concentrado en la traducción del húngaro, un idioma no precisamente fácil, Kovacsics aclara que este idioma tiene la peculiaridad de que no tiene un origen indoeuropeo, cosa que ocurre igualmente con el finés, el estonio y el euskera, lo que les da estructuras gramaticales diferentes. “Sin embargo”, matiza, “me aferro a la idea de que, en el fondo, hay siempre una lengua universal que me permite traducirlo”.
Traductor también del Nobel Imre Kertész, Kovacsics apunta que para entrar en el mundo de László Krasznahorkai propone dos vertientes: las novelas que tienen como escenario la Hungría deprimida y sórdida, destinada al fracaso, y las que muestran su interés por la cultura oriental. “Para entrar en la primera, recomiendo Tango satánico, y, para llegar al otro punto de interés, Al Norte la montaña, al Sur el lago, al Oeste el camino, al Este el río”.
En cuanto al nuevo libro de Krasznahorkai que se publicará en español, Herst 07769, su traductor adelanta que el protagonista se llama Florián Herst y que la acción transcurre en Alemania del Este. “En ese escenario, el personaje escribe varias cartas a la canciller Angela Merkel, advirtiéndole que el mundo puede venirse abajo, pero ella nunca le responde. Él le anota el código postal donde vive, y agrega que cuando Merkel le envíe su respuesta el cartero sabrá dónde encontrarlo”.
AQ