Cultura

Paradójica modernidad: Antonio Machado y la poesía sin “ismos”

Escolios

A 150 años de su nacimiento, este poeta republicano resiste las simplificaciones biográficas y políticas. Su obra, alimentada por la filosofía y el paisaje, sigue formulando una ética vitalista que dialoga con nuestro tiempo.

Antonio Machado (1875-1939), de quien este mes se festejarán 150 años de su natalicio, es un poeta que ha pasado a la historia como uno de los varios mártires de la República española. Esa posteridad política es justa, pero ensombrece un tanto sus muchas y complejas facetas poéticas y su paradójica modernidad.

Porque Machado es el poeta lírico, de raigambre tradicional, dibujante del paisaje físico y humano de Castilla, pero también el poeta cerebral que, por medio de sus apócrifos, introduce una novedosa reflexión filosófica y un inédito pensamiento fragmentario en la literatura de su época.

Machado pertenece a una familia ilustrada (y bastante muégano), adherida a las causas intelectuales y políticas más progresistas de su tiempo, en cuyo seno pasa la mayor parte de su vida. Su existencia carece de acontecimientos tempestuosos o logros ilustres: es muy unido a su madre; crece compartiendo su vocación literaria con su hermano mayor, Manuel; pasa breves temporadas en Francia y trabaja como docente en diversas provincias españolas. A la mitad de su vida se casa con una adolescente, Leonor, y apenas disfruta tres años de vida conyugal antes de la muerte por tuberculosis de la joven. Posteriormente, se enamora platónicamente de una mujer casada que le administra avaramente su afecto.

Durante el estallamiento de la Guerra Civil adopta decididamente el bando de la República y sufre la traumática ruptura ideológica con su hermano Manuel, que se convierte en jilguero del franquismo. En sus años postreros, realiza un valiente y casi suicida activismo por la causa republicana y experimenta un éxodo familiar lleno de dramatismo, que lo lleva a morir al pueblo francés de Colliure.

La poesía de Machado milita contra el solipsismo, el formalismo y prácticamente todos los “ismos” de su tiempo. El poeta cultiva una canción del terruño, emparentada con el folklore y el elogio de la vida sencilla. También practica una lírica, en el mejor de los sentidos, edificante y con acento social. Abel Martín y Juan de Mairena, sus fraternos apócrifos, le ayudan a hacer más honda y, al mismo tiempo, moderna su voz poética. Con ellos se desdobla en una escritura filosófica que abreva en la lectura seria de grandes pensadores (desde Leibnitz y Kant hasta Bergson y Husserl), pero, sobre todo, en las lecciones del sentido común y en la contemplación agradecida.

Mairena, por ejemplo, es un optimista que, sin embargo, no se plantea la búsqueda de paraísos, sino la apreciación de la naturaleza, el cultivo de las pequeñas virtudes y el goce del instante. Así, Machado, con sus apócrifos, se revela como un filósofo vitalista que emprende la búsqueda de la verdad a través de la cordialidad con el mundo, el arte del diálogo y, sobre todo, la entrega amorosa.

Muchos de estos razonamientos son parte, hoy, de una extendida perspectiva vital y estética, pero la formulación de Machado se adelanta a su época y permanece rica y actual por su originalidad y autenticidad.

AQ

Google news logo
Síguenos en
Armando González Torres
  • Armando González Torres
  • Armando González Torres. Ha ganado varios premios literarios. Es autor de alrededor de 20 libros, como los de poesía Los días prolijos y La peste, y los de ensayo y aforismo La lectura y la sospecha y Sobreperdonar.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.  Más notas en: https://www.milenio.com/cultura/laberinto
Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.
Más notas en: https://www.milenio.com/cultura/laberinto