El escritor László Krasznahorkai (Hungría, 1954), uno de los eternos candidatos al premio Nobel de Literatura y quien incluso bromeaba con la idea de ganarlo, por fin ha sido reconocido por la Academia Sueca “por su obra convincente y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte”.
En la entrevista difundida por la Academia Sueca, Krasznahorkai dijo: “‘Esto es más que una catástrofe’, fue la primera frase de Samuel Beckett después de ganar el Premio Nobel, pero esto es más que una catástrofe, es felicidad y orgulloso por estar en la línea que contiene tantos grandes escritores y poetas, me da el poder de usar mi lenguaje, el de Hungría, y estoy muy orgulloso y feliz de usar este pequeño lenguaje”.

El escritor de 71 años declaró que en el momento del anuncio estaba en un departamento con un amigo enfermo: “Estoy absolutamente sorprendido, no podía creerlo”.
También reveló que se siente muy triste: “Pienso en el estatus del mundo ahora. Mi más profunda inspiración es cómo es el humano. Esto también puede ser una inspiración para la próxima generación o las próximas generaciones en la literatura, darles algo para sobrevivir en este momento porque esto es muy, muy oscuro y necesitamos mucho más poder para sobrevivir en este momento”.
Pero se recompuso y añadió: “Quizá en la noche pueda celebrar con mis amigos aquí en Frankfurt con una cena, vino portugués y champán”.
Le gustó la obra de Orozco
Krasznahorkai estuvo presente en la pasada Feria Internacional del libro de Guadalajara tras ganar el Premio Formentor de las Letras 2024.
En entrevista con MILENIO, Dulce María Zúñiga, ensayista, jurado de este último reconocimiento y directora de la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar de la FIL Guadalajara, estuvo con Krasznahorkai en su visita a México.
“Tuve la fortuna de ser jurado del Premio Fomentor el año en que se lo dieron, lo que me llevó a leer su obra y desde el principio me cautivó y quiero confesar que pensé: ‘Este escritor tiene categoría de Nobel’, porque su mundo es tan rico, tan vasto, pero a la vez tan contradictorio, oscuro, apocalíptico, y a la vez luminoso, o sea, es un escritor muy muy denso, muy dueño de su arte”.
La ensayista declara que en la FIL lo recibieron muy emocionados “y acompañarlo durante estos días fue espectacular porque además es una persona muy sensible, abierta al conocimiento, muy observador, curioso y le gustó mucho, por ejemplo, la obra de José Clemente Orozco, quiso visitar su casa. En fin, es una persona muy sensible y absolutamente entrañable, una gran fortuna para el premio Nobel de literatura este año”.
Zúñiga opina que Krasznahorkai “es totalmente simpático, abierto, atento. Es un hombre de otra magnitud, de otra época; realmente para mí fue un privilegio haberlo conocido, leerlo y acompañarlo en Guadalajara. Me dijo: ‘Quiero ir al mercado porque es ahí donde se conoce la vida de una ciudad', y entonces visitó el Mercado San Juan de Dios, compró chiles picantes, habaneros, se interesó por la gente, comió tacos, o sea, una persona realmente formidable, abierta, y su literatura es otra cosa”.
Sobre el trabajo del autor, ella considera: “No digo que su obra es sombría o totalmente oscura, es una literatura difícil, pero a la vez tiene otro tipo de textos que son totalmente opuestos a lo que es. László Krasznahorkai es una literatura de observación, de los detalles, de penetrar en la realidad, en seguir casi como si fuera una película en cámara lenta, seguir los procesos. Es un escritor muy variado, no es monolítico, tiene muchas formas de hacer literatura. Yo me siento muy afortunada de haberlo conocido y sobre todo de haberlo leído, como espero lo hagan más lectores y, claro que lo invitaremos a la próxima FIL Guadalajara”.

Los libros de Krasznahorkai en español son editados por Acantilado. En la edición 2024 de la FIL, Sandra Ollo, directora de la editorial dijo a MILENIO: “László es sobre todo un gran contador de historias, es un hombre con un mundo literario, narrativo y fascinante, con una apuesta muy firme, con un tipo de escritura de un aliento muy largo, de mucho compromiso para el lector, que es igualmente fascinante”.
Sin concesiones
Ignacio Sánchez Prado, profesor de humanidades en la Washington University in St. Louis, Estados Unidos, dice MILENIO que Krasznahorkai es autor de una obra heredera en partes iguales de Gogol, Kafka y Thomas Bernhard: “Explora sin concesiones y con una prosa densa llena de frases larguísimas los absurdos de la vida bajo el autoritarismo, la guerra y las sociedades totalitarias. Es también autor de obras construidas con cuidadosa observación sobre temas y lugares que definen la condición humana desde el lenguaje literario.
Considera que es uno de los dos mayores autores centroeuropeos de nuestro tiempo, junto al rumano Mircea Cartarescu. “Cabe decir que las obras de Krasznahorkai han sido traducidas por el chileno Adán Kovacsis, filólogo y traductor, quien ha traído también a nuestra lengua al otro Nobel húngaro, Imre Kertész, ambos publicados por Acantilado”.
También crítico de literatura, Sánchez Prado agrega: “Entre las obras disponibles en castellano, creo que el mejor punto de entrada es Melancolía de la resistencia, una magnífica novela de raigambre kafkiana que muestra la habilidad de Krasznahorkai en representar el problema del ciudadano que tiene que navegar un orden político totalitario”.
El entrevistado recomienda también leer su temprana obra maestra, Tango satánico. “Una novela estructurada como pieza musical en 12 partes que exploran la emergencia de una figura de poder político en una zona rural. Ambas novelas fueron objeto de magníficas adaptaciones cinematográficas del gran director húngaro Béla Tarr, con el que Krasznahorkai colaboró décadas escribiendo bellísimos filmes de gran rigor formal”.
Para acercarse al mundo del Premio Nobel, Sánchez Prado recomienda leer: “Al Norte la montaña, al Sur el lago, al Oeste el camino, al Este el río, un maravilloso trabajo de gran delicadeza narrativa y descriptiva que explora el interés de Krasznahorkai por Japón”.

BSMM