Cada 16 de septiembre en México se conmemora el Día del Independencia. Este 2025 es el aniversario número 215 de aquel movimiento que dio pie a lo que hoy es nuestro país. Muchos dieron su vida en ese momento de la historia como Ignacio Allende.
Tuvo un papel crucial en el movimiento independentista, pues fue muy cercano al nacionalmente reconocido como "El Padre de la Patria", Miguel Hidalgo. Aquí te contamos más sobre su lo que hizo.
¿Quién fue Ignacio Allende?
Un 21 de enero, pero de 1769, nació en San Miguel el Grande, Guanajuato, un hombre que se convertiría en uno de los pilares de la lucha por la Independencia de México: Ignacio Allende.
Proveniente de una familia criolla de buena posición, demostró desde joven ser un hábil jinete, destacándose en la charrería y el toreo. Pero su destino no era en los ruedos, según recuenta la Secretaría de Relaciones Exteriores.

¿Qué hizo? Así participó en la conspiración
A los 26 años, Ignacio Allende inició su carrera militar, ascendiendo rápidamente hasta el grado de capitán en 1797. Sus constantes traslados le permitieron entrar en contacto con grupos liberales y masones, personas que compartían su deseo de un México independiente de la Corona española.
Fue así como en 1809, se unió a la fallida Conspiración de Valladolid, una derrota que, sin embargo, lo llevó a entablar una de las alianzas más importantes de la historia nacional.
Tras el fracaso en Valladolid, regresó a su natal San Miguel y, junto a Juan Aldama, convenció al cura Miguel Hidalgo para encabezar el movimiento independentista.

La conspiración, planeada para finales de 1810, fue descubierta, obligándolos a adelantar la lucha. El 16 de septiembre de 1810, la historia cambió para siempre con el Grito de Dolores.
Desde ese momento, Allende se convirtió en el capitán y mano derecha de Hidalgo. Lideró a las tropas insurgentes en momentos clave, como la toma de la Alhóndiga de Granaditas y la victoria en el Monte de las Cruces.
A lo largo de la guerra, su lealtad a los ideales de libertad fue inquebrantable, incluso en los momentos más difíciles.
Sus hazañas seguirán siendo recordadas
Las batallas no se detenían y, en 1811, Allende fue capturado en Acatita de Baján, Coahuila. La lucha por la libertad tuvo un alto costo para él y otros líderes insurgentes. El 26 de junio de 1811, Ignacio Allende fue fusilado y decapitado.
A pesar de su trágico final, su legado perdura hasta hoy y lo seguirá haciendo. Con su obra y su voluntad, ayudó a forjar la nación que hoy conocemos.
YRH