El archivo fotográfico de Getty Images ofrece a MILENIO una selección de fotografías del sismo de 1985 a 40 años de un desastre natural que cambió a México para siempre.
A través de una galería fotográfica cuidadosamente curada, Getty Images pone en perspectiva dos cicatrices históricas que marcaron nuestra historia: 1985 y 2017.

¿Cómo es el archivo de Getty Images del sismo de 1985?
Como explica Bob Ahern, director de Fotografía de Archivo en Getty Images: “Estas imágenes no solo documentan hechos, documentan espíritu. En ellas está guardada la fuerza de un país que siempre se levanta”.
En un acontecimiento de gran impacto social, como los sismos en México, ¿qué factores influyen en la decisión de incluir o descartar ciertas fotografías en el archivo?
La selección de imágenes se basa en una premisa fundamental: documentar los acontecimientos mundiales con los más altos estándares periodísticos y proporcionar a los medios de comunicación el contenido confiable que necesitan para contar sus historias.
¿Cómo se equilibra la relevancia noticiosa con la sensibilidad hacia las personas retratadas?
En Getty Images creemos que la credibilidad de un archivo visual depende tanto de su amplitud como de la responsabilidad con la que se construye. Hoy, nuestra biblioteca alberga más de 600 millones de recursos visuales, con más de 11 millones de nuevas piezas de contenido añadidas cada trimestre. Getty Images cuenta con uno de los archivos privados más grandes y antiguos del mundo, con acceso a más de 150 millones de imágenes que se remontan a los inicios de la fotografía. Esta escala nos permite ofrecer una perspectiva amplia y garantiza que nuestros clientes tengan el contenido que necesitan para conectar con sus audiencias mediante imágenes confiables y diferenciadas.


¿Cómo describiría la historia visual que se ha configurado en torno a estos sismos a través de la colección?
La narrativa que surge de esta colección tiene dos dimensiones. Por un lado, muestra el impacto devastador: edificios colapsados, calles transformadas, vidas interrumpidas. Y, al mismo tiempo, resalta la respuesta social, la solidaridad espontánea y la resiliencia que las comunidades pueden demostrar en tiempos de crisis.
¿Qué aspectos definen su carácter único?
Esa combinación es lo que la hace única. No se trata solo de un registro del desastre, sino también de cómo una nación respondió con organización, empatía y fortaleza. En este sentido, las imágenes construyen memoria colectiva: recuerdan la tragedia, pero también nos muestran cómo la sociedad mexicana se levantó ante ella.
¿Qué dimensiones tiene en términos de volumen y diversidad de imágenes el archivo de Getty Images?
Nuestros archivos incluyen la cobertura de fotógrafos y videógrafos de Getty Images, así como de colaboradores editoriales que documentan más de 40 mil eventos noticiosos al año. También integran el trabajo de socios y colaboradores de confianza, todos ellos aportando múltiples perspectivas a la cobertura. Si miramos hacia nuestros archivos históricos, también representamos gran parte de la cobertura de archivos de prensa y periódicos de la época, lo que refuerza la enorme relevancia contextual para que los medios actuales puedan utilizarla cuando ocurren nuevamente eventos como los desastres naturales.


¿Cómo se delibera en torno a las imágenes de una tragedia?
¿Cómo la organización y los metadatos hacen que este material sea útil tanto para el periodismo como para la memoria histórica?
En el caso específico de México, la colección abarca miles de imágenes de distintas etapas: emergencia, rescate, reconstrucción y conmemoración. Cada fotografía está organizada con metadatos precisos —fechas, ubicaciones, protagonistas, descripciones—. Esta combinación de volumen y organización asegura que el archivo sea accesible y útil para periodistas, académicos e instituciones que buscan comprender y narrar la historia en profundidad.
¿Cómo funciona el proceso de deliberación interna en torno a las imágenes que documentan una tragedia?
Para la cobertura inmediata de un evento como un sismo, el proceso es el resultado del diálogo entre el fotógrafo, su editor de asignación y los editores de la mesa de fotografía que reciben esas imágenes desde el terreno. Se trata de contar la historia con precisión y en el momento oportuno. Pero también alimentamos continuamente nuestros archivos históricos mediante la digitalización de vastos acervos analógicos que conservamos y preservamos. Esto nos da la posibilidad de mirar hacia la historia y recuperar imágenes que nunca fueron publicadas o que pasaron desapercibidas en su momento. Es un diálogo constante entre archivistas, editores y los equipos de digitalización, lo que significa que nuestro registro histórico está en evolución permanente.
Algunas de las preguntas que nos planteamos son: ¿esta imagen nos aporta algo nuevo sobre un acontecimiento histórico? ¿Ofrece una perspectiva distinta? ¿Ayudará a que nuestros clientes conecten con sus audiencias de una manera diferenciada?
También puede haber consideraciones curatoriales: ¿el objeto físico, ya sea la fotografía o el negativo, corre riesgo de deteriorarse si no intervenimos para digitalizarlo? En Getty Images contamos con un programa continuo de conservación y curaduría para garantizar la estabilidad de la mayor cantidad posible de nuestras colecciones físicas, al tiempo que sacamos a la luz nuevo material histórico.
¿Cómo se proyecta el valor de estas imágenes en el presente y en cómo serán interpretadas en el futuro?
Al editar los archivos, utilizamos gran cantidad de datos para responder a las necesidades actuales, pero también pensamos con quién estaremos conectando dentro de 5, 10, 20 o 50 años. Es imposible predecir la relevancia en cada escenario; nuestros archivos son una referencia global consultada millones de veces al año. La historia cambia constantemente, los gustos y las necesidades evolucionan. Nuestro papel es proporcionar imágenes confiables y un registro histórico que estará disponible para las generaciones futuras.

hc