La escritora Rosa Montero confirmó el final de la serie de ciencia ficción protagonizada por la tecno-humana Bruna Husky en la novela Animales difíciles (Planeta). “No sabía que sería la última novela. Cuando empecé a escribirla y a desarrollarla, me di cuenta de que tenía que ser la última. Para hacer una novela peor, dije: Aquí se tiene que ir, aquí se acaba, y listo”, dice a MILENIO.
Animales difíciles transcurre en Madrid, en 2111. La detective Bruna Husky es contratada para investigar un atentado en las instalaciones de Eternal, una gran empresa tecnológica. Las pistas la llevan hasta un periodista que sigue los pasos de uno de los asaltantes, pero cuando los implicados empiezan a desaparecer, la detective y el inspector Lizard se ven atrapados en una trampa mortífera diseñada por una mente criminal aterradora.
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El cierre de la saga
Rosa Montero explica que, en el cierre de la saga, Bruna enfrenta un doble conflicto. El primero: el misterio por resolver, resulta “especialmente inquietante”. El segundo, el más complejo para el personaje, es una crisis identitaria.
Bruna, quien en las primeras tres novelas era una tecno-humana de combate de dos metros, es envenenada al final de la tercera. Para salvarla, su conciencia y memoria se transfieren al cuerpo de otro replicante, un cuerpo físicamente débil. “Ella tiene que estar en la trinchera terrorífica de reconocerse en ese nuevo cuerpo. El trayecto que hace por su propia identidad es angustiante”.
La autora española señaló que esta crisis es una representación del mundo actual. Relacionó la situación de Bruna con una “crisis de identidad grande” en la sociedad, donde la pertenencia al grupo define al individuo.
“Nuestra identidad depende de la mirada de los otros. La gente está perdidísima y hecha polvo. Y esto hace que crezcan las ideologías del odio, porque las ideologías del odio son una manera muy barata y muy rápida de conseguir una identidad”. Aludió a un elemento que los críticos han interpretado: “El paso de un cuerpo atlético a un cuerpo físicamente débil también es una metáfora de la vejez”.
La ciencia ficción, una herramienta metafórica
Rosa Montero rechaza el prejuicio de que la ciencia ficción solo hable del futuro. Argumenta que es una herramienta metafórica para entender la realidad inmediata. “Yo no escribo del futuro porque quiero hablar del futuro, quiero hablar del hoy, entender el hoy. La ciencia ficción te da una herramienta metafórica muy poderosa para hablar de la especie humana, para hablar del aquí y el ahora. Te permite ver la realidad con mucha más claridad”.
Destacó que los elementos de sus novelas, ambientadas entre 2110 y 2111, se han ido cumpliendo desde la publicación del primer libro en 2011.
Finalmente, Rosa Montero confirmó que ya trabaja en nuevos proyectos, incluyendo una novela corta y otra muy larga con elementos fantásticos.
