El escritor cubano Leonardo Padura regresa a la Feria Internacional del Libro (FIL), donde reconoce que se inició su carrera con la publicación en 1991 de su primer libro con Mario Conde como protagonista, para recibir el doctorado honoris causa, el cuarto en su cosecha, ahora por la Universidad de Guadalajara (UdeG).
“México me ve cara de doctor”, expresó el autor de Morir en la arena (Tusquets, 2025), su más reciente novela, inspirada en un caso real de parricidio en Cuba.
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La víspera de la inauguración de la edición 39 de la FIL este sábado 29 de noviembre, Padura (La Habana, 1955) ofreció una conferencia de prensa ya entrada la tarde, en la que habló del contexto político y social en que se desarrolla su nuevo libro: la guerra de Angola y la crisis humanitaria que viven los cubanos, particularmente los de su generación.
“La historia real es el parricidio, pero lo más real es el contexto en que ubico el parricidio”, expuso el creador, quien en su nuevo libro aborda la guerra de Angola, una aventura internacionalista del gobierno de Fidel Castro que dejó traumas personales y sociales a una generación y al mismo Padura.
“A las generaciones que tienen ahora veinte, treinta años en Cuba les hablas de la guerra de Angola y es como si les estuvieras hablando de la Guerra de las Galaxias”.
No obstante, a pregunta expresa de MILENIO sobre si se considera un escritor político, sostuvo que no, pero admitió que en sus obras deja abierta la puerta a lecturas y valoraciones políticas.
“Yo he tratado de que la política no se apodere de mi obra. Creo, como Milan Kundera, que cuando el escritor se convierte en disidente, tiene que empezar a alimentar al disidente y el escritor queda marginado. Mi literatura tiene muchas lecturas políticas. Hay una novela, por ejemplo, El hombre que amaba a los perros, en que sí hay toda una serie de valoraciones políticas. Era inevitable, con un personaje como Trotsky, que desayunaba, almorzaba, comía y defecaba política. En general, hablo de las sociedades, no hago propaganda política, no tengo militancia política. Una novela como Morir en la arena tiene lecturas políticas clarísimas con respecto a la realidad cubana sin ser una novela política”, expuso el autor también de La novela de mi vida.
Padura, junto con Joan Manuel Serrat y el escritor argentino Martín Caparros recibirá, en el contexto de la FIL, el doctorado honoris causa, en una ceremonia el miércoles 3 de diciembre en el paraninfo Enrique Díaz de León de la UdeG.
“Este va a ser el cuarto doctorado honoris causa que recibo, tres en México. El otro lo tengo de Perú. Y no tengo ninguno en Cuba”, expuso el escritor habanero, que enumeró su nexo con la FIL desde que en 1991 publicó su primer libro, Pasado perfecto. El Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015 había obtenido ese título el 18 de noviembre de 2017 por parte de la UNAM para convertirse en el primer cubano en recibirlo desde 1920, y más adelante, el 11 de marzo de 2025, se lo concedió la Universidad Autónoma Juárez de Tabasco (UAJT). En 2017, la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) le concedió otro reconocimiento.
Sobre el contexto de la guerra en Angola, país al cual el gobierno de Fidel Castro envió soldados, Padura, periodista en esa aventura internacionalista, respondió a MILENIO sobre las repercusiones para su generación, para él y para la literatura cubana, que su compatriota Eliseo Alberto abordó en su novela ganadora del premio Alfaguara Caracol Beach.
“Ya a estas alturas han pasado tantos años que es pura memoria que se ha ido diluyendo, incluso para los protagonistas. Hay traumas físicos, hay traumas intelectuales, hay traumas históricos que están vivos, pero ha pasado mucho tiempo. El hecho de que casi 300 mil cubanos pasaran por Angola, como militares o como civiles, nos deja la memoria de una guerra."
" Yo estaba allí como civil, pero tenía a mi lado un fusil AK soviético, con cuatro cargadores. Y si había una emergencia militar, me tenía que sumar como reservista al ejército. Yo escribí después una crónica, El año del miedo, porque estuve con miedo todo el tiempo. Para mí no hay nada más antinatural que agredir a otra persona, aunque sea en defensa propia”.
LHM
