En el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), se realizará el International Authors Forum (IAF), una entidad global que aglutina a más de noventa organizaciones y representa a cerca de un millón de creadores, incluyendo escritores, traductores, ilustradores y artistas visuales.
Su consultora para México y América Latina, María Fernanda Mendoza Ochoa, dice a MILENIO sobre su presencia en la FIL: “El trabajo de escritor es justamente eso y él espera recibir una remuneración por ello como lo hacemos tú o yo”.
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La misión fundamental del IAF es fortalecer la figura del autor mediante la defensa de los derechos de autor, la promoción de contratos equilibrados y el desarrollo de políticas que profesionalicen y dignifiquen la labor creativa.
El Foro, que goza de un lugar permanente en el Comité de Derechos de Autor de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), busca que los autores tengan una voz cohesionada y con presencia en los espacios donde se definen las políticas públicas que impactan su situación laboral y sus derechos.
Uno de los puntos más sensibles y recurrentes en la problemática autoral es la falta de conocimiento sobre los derechos en juego. Mendoza Ochoa subraya que la vulnerabilidad no siempre se debe a la malicia de terceros, sino a una profunda ignorancia del marco legal y contractual. “Hemos detectado muchas carencias de información y de conocimiento”, afirma. Esta desinformación se segmenta en varios niveles cruciales para la subsistencia del autor.
En el caso de los creadores, la laguna de conocimiento se centra en aspectos esenciales de la negociación de derechos. Los autores, en muchas ocasiones, no saben cómo se deben negociar, cuánto duran, dónde se pueden ejercer o cómo se pueden fraccionar según las modalidades de explotación.
Como titular de derechos, un autor tiene la potestad de abrir un amplio abanico de posibilidades. Puede permitir que su obra se publique en una edición impresa, pero gestionar de forma independiente los derechos para crear un audiolibro; cederlos para una traducción o negociarlos para la adaptación a un guion cinematográfico o televisivo (miniserie o película). Esta última vía representa una “ventana de oportunidad” inmensa para la novela y la narrativa, dada la creciente demanda de contenido original por las plataformas de streaming, un nicho de mercado que pocos autores saben explotar a cabalidad. La complejidad se acrecienta al considerar la aplicación de las leyes de derechos de autor en un contexto transnacional.
Inteligencia Artificial: ¿herramienta o competencia desleal?
El plato fuerte de las jornadas del IAF en la FIL es, sin duda, el debate sobre el impacto de las inteligencias artificiales (IA) generativas en los sectores creativos. Las mesas de discusión se centrarán en auscultar los temores, preocupaciones y expectativas de ilustradores, escritores y traductores ante la irrupción tecnológica. La pregunta que polariza a la industria es si la IA es un mero auxiliar que facilita el trabajo o si representa una competencia que amenaza la autoría original.
Mendoza Ochoa refiere que, si bien el nivel de las aguas ha descendido desde el impacto inicial, la discusión está lejos de terminar. El gran desafío radica en la ausencia de una legislación clara en México que regule la IA generativa. Aunque la Suprema Corte emitió un fallo hace apenas unos meses, determinando que la obra generada exclusivamente por IA no es susceptible de registro ante el Registro Público del Derecho de Autor, esta es solo “la foto del hoy”.
La batalla se mantiene. Las empresas desarrolladoras de IA seguirán presionando a los Estados y a los cuerpos legislativos para que sus innovaciones sean reconocidas y protegidas. En Estados Unidos, la disputa se concentra en la interpretación de la figura legal del Fair Use (uso justo o legítimo), un precedente que tendrá repercusiones internacionales. El IAF busca que este tema se discuta “ampliamente por todos los que forman parte de la cadena productiva del libro”, involucrando a editores, bibliotecarios, agentes literarios y entidades públicas de cultura.
Estas jornadas buscan redireccionar la conversación hacia el epicentro de la industria: el autor como profesional y su derecho a una remuneración digna.
Pero, más allá de los grandes debates, el Foro aborda un asunto operativo vital para editores independientes y universitarios: la gestión de permisos y licencias para el uso de imágenes. Todo editor sabe que una ilustración, una pintura o un grabado es, en sí mismo, una obra protegida por derechos de autor. Sin embargo, existe una gran carencia sobre “el cómo” conseguir estas autorizaciones.
La ignorancia sobre este proceso afecta a los usuarios de las obras—el editor, el productor, el desarrollador—, quienes muchas veces desean cumplir con la ley y hacerlo de manera lícita, pero no saben a quién ni cómo tocar la puerta. Para solventar esta deficiencia, la jornada del miércoles 3 de diciembre presentará un conversatorio especializado con la presencia de la presidenta de la Sociedad Mexicana de Artistas Plásticos, Elizabeth Ambriz, y la vicepresidenta del Centro Mexicano de Protección y Fomento de Derechos de Autor , Kate Sally de La Concha.
Finalmente, el desconocimiento se extiende al lector. Existe una amplia desinformación sobre los límites del uso legítimo de una obra. ¿Es legal tomar un fragmento de un texto? ¿Cuáles son los límites para no caer en la piratería? La misión del IAF es aportar conocimiento a todos los eslabones de la cadena.
Las actividades del International Authors Forum, que se realizará del 1 al 3 de diciembre, están diseñadas para interactuar con todos los actores. Las primeras sesiones están dirigidas a profesionales acreditados. Sin embargo, la mesa de discusión sobre la Inteligencia Artificial estará abierta a todo el público en el Foro de la Industria, en el Área Internacional de la FIL.
“Se trata de una iniciativa esencial. Aunque los temas son complejos y requerirían horas de discusión continua, esta primera presencia organizada y enfocada en los derechos del creador en el corazón de la FIL Guadalajara sienta un precedente de gran valor. El autor, por fin, está siendo visto como lo que es: un profesional que merece una remuneración justa por su trabajo”, finalizó María Fernanda Mendoza Ochoa.
LHM
