El músico y artista multidisciplinario Chris Koehn presentó su nuevo EP I’m a Little Broken, un trabajo íntimo y reflexivo que nació de un proceso de sanación personal y de búsqueda de calma interior. Desde Ciudad de México, Koehn comparte con cómo estas seis canciones se convirtieron en un refugio para aceptar la vulnerabilidad, reconciliarse con las emociones más complejas y redescubrir la fuerza transformadora del silencio.
“La idea del EP nació como un recordatorio de que está bien no sentirnos bien todo el tiempo. I’m a Little Broken es una invitación a reconocer que, al atravesar nuestras emociones en lugar de reprimirlas, podemos llegar a un estado de calma y disfrutar el presente”, explica Koehn.

Esta premisa se convierte en la columna vertebral del álbum, donde cada tema aborda un aspecto distinto de la fragilidad humana y, al mismo tiempo, de su potencial para generar resiliencia.
Las seis canciones que conforman el EP son espejos de experiencias personales y reflexiones existenciales.
“Your Opinion Is Not Me” ( Tu opinión no soy yo) rechaza la necesidad de vivir para complacer a otros; “Stillness” invita a soltar la dependencia de las pantallas y abrazar la quietud como espacio de autoconexión; mientras que “Sympatheia” recuerda que nadie está solo, que todos compartimos emociones intensas como parte de un mismo cosmos.
La inocencia y la ligereza se hacen presentes en “Ballad of Happiness”, una canción lúdica que rescata la espontaneidad de la infancia, y en “Melancholia”, inspirada en la película de Lars Von Trier, que propone vivir con intención pero sin tomarse la vida demasiado en serio: “It’s only life, everyday we die”.
Finalmente, “When Death Is Good News” ofrece un cambio de perspectiva: ver la muerte no como lo opuesto a la vida, sino como un aspecto inevitable que nos permite honrar cada día con mayor plenitud.
El proceso creativo de Koehn combina disciplina y apertura. Cada noche reserva un espacio para conectar con lo que él llama la energía creativa del cosmos, registrando melodías en su guitarra que luego entrelaza con notas y reflexiones nacidas en viajes, lecturas, exposiciones o paseos por la naturaleza.
Aunque reconoce que el tiempo fue el mayor desafío, aprendió a proteger su arte de las distracciones cotidianas:
“La parte más difícil es aprender a decir que no. Decidí darme un encerrón para honrar mi pasión y dejar a un lado distracciones”.
Para el músico, la creación artística es inseparable de la sanación. Desde la muerte de su hermano en 2003, la música se convirtió en un refugio de autoexploración emocional y, con el tiempo, en una herramienta para acompañar a otros.
“Nunca he ido a terapia; la música ha sido mi sanación junto con la meditación diaria. Es lindo leer mensajes de personas que encuentran calma en mis canciones”, confiesa.
En este sentido, I’m a Little Broken no es solo un álbum personal, sino una ofrenda colectiva que busca brindar paz y esperanza a quienes atraviesan momentos difíciles.
La vulnerabilidad, insiste, es el núcleo de su propuesta artística. Compartir emociones auténticas desde el escenario, solo con su voz y su guitarra, es para Koehn un acto de valentía y conexión.
“Un amigo me decía: qué valiente pararte solo en un escenario frente al público. Y aunque me cueste, disfruto compartir esa vulnerabilidad porque es lo que conecta realmente con la audiencia”, relata.
Esa apertura le ha permitido no solo sanar, sino también tejer un puente con la comunidad a través de la empatía y la paz que transmite su música.
Su visión creativa se extiende más allá de la música hacia la pintura y la arquitectura, disciplinas donde persigue un mismo objetivo: crear atmósferas de calma y sanación.
“En arquitectura celebro el vacío; en pintura busco generar emociones con la mínima gama cromática; y en música, el silencio es tan esencial como cualquier nota”, explica, recordando las enseñanzas de Brian Eno sobre la importancia de los silencios.
También citas Thich Nhat Hanh: “El silencio proviene del corazón, no del exterior. Si estás verdaderamente en silencio, puedes disfrutarlo en cualquier situación”.
La vulnerabilidad, lejos de ser debilidad, es para él el terreno fértil donde germinan la paz, la empatía y la fuerza interior. Como señala Joseph Campbell, una de sus influencias filosóficas: “La conquista del miedo a la muerte es el descubrimiento de la alegría de la vida”.
PCL