“Barcelona no me aprecia. Me he sentido dolido, decepcionado y me invisibilizaron en mi país; tenía que decirlo y lo he hecho. A partir de ahí, seguro que habrá consecuencias, pero quería explicarles a mis lectores mexicanos por qué no estaré en la FIL Guadalajara”, dice el escritor Ildefonso Falcones (1959, Barcelona) en entrevista exclusiva para MILENIO.
El autor del bestseller La catedral del mar no fue invitado a formar parte de la delegación de escritores que Barcelona presentará en la próxima edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde la ciudad es invitada de honor.

¿Siente que no es profeta en su tierra?
En absoluto. A nivel lectores, por supuesto, creo gozar del aprecio de muchos en Barcelona, Cataluña, España y en México. Pero a nivel oficial no. Barcelona ha estado invitada a Londres, París, Frankfurt, Buenos Aires y jamás me han invitado. Incluso, Barcelona ha tenido una feria internacional de novela histórica sobre Barcelona y ni siquiera me invitaron.
¿Le afecta?
No. Siempre he dicho que a mí lo que me interesa son mis lectores. Pero llega un momento, uno tiene 66 años, y que vengan periodistas a los que encumbran a comisarios de certámenes importantes como es la FIL Guadalajara, y prescindan de ti con unos argumentos que son totalmente frívolos, no me apetece. Lo único que he hecho es declararme apátrida literario; no tengo patria, desde el punto de vista literario. Barcelona no me aprecia. Lo único que he dicho ha sido que me someto a esto, acepto la invisibilidad que ustedes me dan, y lo único que seguiré es con mis lectores, intentando ganarme su respeto. No pretendo otra cosa.
La molestia de Ildefonso Falcones ante el tema la dio a conocer de manera pública en Italia, durante el Festival Pordenonelegge, donde recibió el Premio Crédit Agricole 2025 por su novela En el amor y en la guerra.
¿Por qué lo denunció en Italia?
Coincidió cuando me otorgaban un premio importante en una feria que lleva 40 años y es maravillosa. Y, claro, el verse premiado fuera de tu país e invisibilizado en tu ciudad, duele. Hablo contigo porque en México tengo muchos lectores que me aprecian mucho; he tenido largas filas de lectores en la FIL Guadalajara, vendido más de 380 mil ejemplares en México; creo que más que todos los escritores que van de Barcelona juntos, y me parece una ofensa para los lectores mexicanos también.
¿Cuáles cree que son las razones?
Me he manifestado políticamente, a veces con dureza, pero no debiera afectar. Para mí, una feria no es promocionar a la gente joven que está escribiendo o que tiene un solo libro; el objetivo de una feria es llevar la literatura de Barcelona, es un lugar de encuentro de la cultura barcelonesa con la mexicana. Hay que presentar la literatura, la cultura que en ese momento existe en la ciudad, no la que alguien pretende que vaya a existir. Insisto, las ferias no son un lugar de promoción; la promoción se hace cuando vendes la novela.
“No he discriminado a nadie”: Anna Guitart
Anna Guitart, periodista cultural y comisaria del programa que Barcelona presentará en la próxima edición de la FIL Guadalajara, responde a MILENIO tras las declaraciones de Ildefonso Falcones. “Más que tener una opinión, solo decir que no ha habido interferencias políticas; la lista la he hecho yo. No he discriminado a nadie por criterios políticos o lingüísticos. La selección es corta, son solo 70 autores en una literatura, afortunadamente, muy rica. Ha sido difícil hacer la selección, y puedo comprender la decepción de no haber formado parte de la lista de Barcelona”. En una entrevista exclusiva de MILENIO con Anna Guitart en Barcelona, dijo que apostaría por recordar el pasado, pero con acento en lo que es Barcelona hoy, incluyendo a muchos escritores y escritoras jóvenes. La comisaria del programa estará presente en Guadalajara el lunes 6 de octubre en la tradicional presentación del programa de la FIL en su edición 2025.
Ildefonso Falcones es autor de varios bestsellers, entre ellos, La catedral del mar, una novela histórica que se convirtió en un fenómeno editorial mundial con más de 10 millones de ejemplares vendidos y traducida a más de 40 idiomas.
Si alguien ha escrito de Barcelona, es usted.
Tengo cuatro novelas sobre Barcelona que se han vendido por millones en el mundo; miles de personas han venido a Barcelona por ellas, vamos, no solo por las novelas; evidentemente, quizá a la hora de elegir, vienen por La catedral del mar. Pienso que he llevado a Barcelona al mundo entero y haber escrito mucho y muy bien.
Después de manifestar su molestia. ¿Ha tenido algún acercamiento con las autoridades?
Nada. Ni me lo van a decir, ni pretendo que me lo digan. Estoy alzando la voz en este momento porque uno dice: “Oye, a una altura de la vida, en una serie de circunstancias, no quiero que una comisaria cualquiera u otro me juzgue. Me declaro apátrida, no quiero saber nada con Barcelona y no quiero volver a entrar en este juego de politiqueo, por eso he levantado la voz.
Cuando España fue invitada de honor a la FIL Guadalajara, tampoco vino.
España me la negó el año pasado; las autoridades tampoco me invitaron. La editorial de mis libros pensó que este año, con Barcelona como invitada, sería imposible que me dejaran de lado, pero no ha sido así. Insisto, mi contacto con los lectores solo puede ser en esas situaciones, en las ferias, y los lectores me duelen, por supuesto.
¿Piensa venir a la FIL Guadalajara por su cuenta?
No, no creo que vaya porque sería francamente incómodo. No quiero ponerme en esa situación, en absoluto. Pero yo creo que sería incómodo, después de todo lo que he dicho, aparecer allá. No sé lo que haría la organización de la FIL Guadalajara.
¿Le duele no venir a México?
Por mí no, pero por los lectores sí. Tú escribes una novela y esa novela la hace suya el lector. El cierre es el contacto, es verlo, poder saludarlo, darle la mano, firmarle, el comentario que te va a hacer; en fin, y que te nieguen esa posibilidad es duro. Entonces, la única razón por la que hablo del tema es esa, es trasladar mis excusas a mis lectores mexicanos y confiar en que Dios me dé vida para volver a tener otro encuentro en otro momento.
¿Cree que puede haber represalias por sus palabras?
¿Qué más me van a hacer? Bueno, sí, pueden encarcelarme (risas) y supongo que en las redes me dirán de todo. La verdad, me he sentido dolido, me ha decepcionado tremendamente, y tenía que decirlo. A partir de ahí, sí, seguro que habrá consecuencias, pero me dan igual. Este tipo de conversaciones no acostumbran a darse; poca gente se “moja” y dice realmente lo que piensa. Yo seguiré escribiendo y punto.

BSMM