La directora de escena, productora y actriz Ana Graham resume por qué rendirá homenaje con El final al actor Arturo Ríos por 50 años de carrera: “Es la relación más larga que he tenido con un hombre”.
En 2013 colaboraron en una primera versión de esta obra de Samuel Beckett, que repusieron en 2015. Y ahora, en una producción de Por Piedad Teatro y la Coordinación de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), Graham preguntó a su colega con qué pieza le gustaría ser reconocido.

Arturo Ríos eligió sin titubear este monólogo sobre un anciano que es expulsado con violencia de todas partes cuando él solamente está buscando un sitio donde refugiarse para pasar sus últimos días, el final.
La nueva versión del unipersonal, con traducción de Antonio Vega, tendrá corta temporada en el Teatro El Granero Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque, con funciones de jueves a domingo del 3 de octubre al 9 de noviembre, excepto 1 y 2 de noviembre por la conmemoración del Día de Muertos.
Graham adelantó que habrá muestra de fotos y de artículos sobre el actor en el vestíbulo de El Granero.
Después de haber trabajado juntos en la película Cuentos de hadas para dormir cocodrilos (Ignacio Ortiz Cruz, 2002) y el drama de Sarah Kane Devastados (2001-2003), Graham y Ríos vuelven a montar el texto, con un nuevo acercamiento más enfocado en el humor beckettiano y con mayor madurez del protagonista para interpretar al personaje del vagabundo en decadencia, en esa metáfora de la exclusión, y un gran momento de su carrera en la que es miembro de la Compañía Nacional de Teatro.
Ríos (Ciudad de México, 1952) aceptó que hay una gran analogía entre lo que pasaba en el momento en el que Beckett escribió El final (The End, 1946), en realidad una novela corta publicada apenas terminó la Segunda Guerra Mundial y sus campos de exterminio nazi, con ahora el genocidio en Gaza.
“Hay una gran analogía. Es la mirada despiadada hacia nosotros. Si quisiéramos ver qué tan despiadados somos, hay que ver qué pasa en la franja de Gaza donde el presidente de la potencia más grande del mundo planea poner un resort con hoyos de golf para que se diviertan los ricos”, expuso en alusión a Donald Trump, en rueda de prensa con Graham y Luis Mario Moncada, coordinador de Teatro del Inbal.
“(Israel) puede acabar a toda una comunidad, a todo un pueblo, ante todos nosotros. Y las organizaciones internacionales que antes estaban ahí como contención ya no sirven para nada, no pueden parar que estén bombardeando o que (el primer ministro) Benjamin Netanyahu haga declaraciones como que nadie va a parar el genocidio, y nadie se le pone enfrente”, dice el actor de los filmes Sólo con tu pareja y Cosas insignificantes o las series La reina del sur y La casa de las flores.
A diferencia de la gran mayoría de artistas en México que guardan silencio ante el genocidio que perpetra Israel contra los palestinos, Arturo Ríos advierte que ahora ya no hay ni pudor en ese crimen.
“El mundo es despiadado y cada vez es más despiadado, porque antes más o menos se guardaban las formas, había cierto pudor para cometer ese tipo de actos. Quizás mucha gente no sabía que existían los campos de concentración (en la Alemania nazi), pero ahora te muestran los campos de concentración y la gente aplaude y vota por el que está tratando de eliminar a una parte de la humanidad”, añadió.
Y expone la vigencia de la obra de Samuel Beckett escrita a mediados del siglo pasado, hace 80 años.
“Beckett y El final son como un zoom de esto. A través de una minimalización de un conflicto puesto en un personaje, expresan metafóricamente toda esa deshumanización de la que somos testigos ahora. ¿Qué tanto se necesita hacer para que le respeten a uno el derecho a vivir? Es lo que se pregunta el personaje, no lo dice abiertamente, pero lo presenciamos a través de ver cómo todo mundo lo barre, lo desprecia y lo manda de un lado a otro, cuando lo único que quiere es encontrar un lugar cerrado, vacío y tibio donde el pueda descansar, al cual tenemos derecho todos como seres humanos”, concluye Ríos.
PCL