Cultura

Haiou Zhang ofrece un viaje multicultural en el tiempo con piano

El pianista chino-alemán tocará en la 28 edición del Festival Internacional de Piano En Blanco y Negro.

Quienes hayan visto la popular serie española La casa de papel pudieron escuchar a uno de los grandes invitados a la 28 edición del Festival Internacional de Piano En Blanco y Negro, Haiou Zhang, un artista cuya música aspira a mostrar sus raíces, a un viaje histórico, pero también a la multiculturalidad.

“Mi concierto tiene el carácter de viajar a lo largo del tiempo, de Bach a Ravel, no solo a China, a la música china, para mostrar este carácter histórico y multicultural de la música”, comenta a MILENIO el intérprete, que se define como un pianista del siglo XXI, “renacido”, pero conectado con la tradición.

Haiou Zhang (Hohhot, 1984) cierra con su debut en México el festival de piano en el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (Cenart), el domingo 28 de septiembre, a las 13:30 horas, con un programa basado por completo en su álbum de 2017, Fingerprints, en el que justamente plantea a la música desde su historia y su multiculturalidad: Johann Sebastian Bach, Ludwig van Beethoven, Wolfgang Amadeus Mozart, Wang Jianzhong, Frédéric Chopin, Claude Debussy y Maurice Ravel.

Visita por primera vez el país, atraído por su cultura, donde además impartirá una clase magistral, el sábado 27 de septiembre, en la Escuela Superior de Música, contigua al Auditorio Blas Galindo, gracias a que su agente en Argentina presentó el portafolio a En Blanco y Negro, que confirmó su asistencia.

“Tengo mucha curiosidad sobre el festival en sí y sobre este concierto. Nunca he estado en México y estoy muy interesado en su cultura”, cuenta Haiou Zhang, quien nació un 1 de septiembre hace 41 años en la capital de Mongolia interior de China (Hohhot, cuya traducción del mongol es “Ciudad Azul”), que desde hace varios años reside en Alemania, sin distanciarse en absoluto de sus raíces chinas.

Con media docena de álbumes con Hänssler Classic y C. Bechstein, el pianista chino-alemán interpretará en el Cenart: Schafe können sicher weiden, de Bach; las sonatas K. 332 de Mozart y 21, Waldstein de Beethoven; El río Liuyang, de Wang Jianzhong; los nocturnos opus 9, núm. 11 y opus póstumo, y el Preludio, opus 28, núm. 15, de Chopin; Estudio núm. 11, de Debussy, y La Valse, de Ravel, a quien rinde homenaje por el 150 aniversario de su natalicio, festejado el pasado 7 de marzo.

Haiou Zhang cierra la pléyade de la 28 edición de En Blanco y Negro, que comenzó el 6 septiembre con la italoinglesa Sofia Sacco, siguió con los mexicanos Argentina Durán, Alexander Vivero y Rachid Bernal; el suizo Teo Gheorghiu, el cubano Adonis González y el italiano Federico Nicoletta.

—Hay un buen panorama histórico de la música en su recital. ¿Por qué lo estructuró así?

Viene de mi álbum, Fingerprints, que incluye todo el programa que tocaré. Para mí, es muy importante ofrecer un programa de esos compositores juntos como historia de la música. Lo interesante es empezar con Bach, pasar a los clásicos de Viena, Mozart, Beethoven, Chopin, y después la representación francesa con Debussy y Ravel, uno de los hilos del programa porque es su aniversario 150. Y, respecto a la pieza de Wang Jianzhong, El río Liuyang es una de las composiciones más populares en China. Mi recital tiene el carácter de viajar a lo largo del tiempo, de Bach a Ravel, no sólo a China y a la música china, para mostrar el carácter histórico y multicultural de la música.

El río Liuyang quizá sea la primera vez que se escuche en México. ¿Qué importancia tiene?

Wang Jianzhong (1933-2016) es uno de los compositores más reconocidos en China después de la Segunda Guerra Mundial. Hizo muchas transcripciones de piano, básicamente de música del folclor chino, canciones para piano moderno de la escuela antigua. En esta pieza en particular puedes escuchar diferentes influencias del impresionismo francés y de la música clásica occidental. Es muy interesante. El año pasado tuve un recital importante en Bogotá, Colombia, y toqué El río Liuyang como encore, y recuerdo que al público le gustó mucho. La música china, para el público en general y para el de Latinoamérica, sigue siendo muy nueva y muy exótica. Y por mi origen chino, quiero presentar a la audiencia mexicana música de mis raíces, de mi cultura base, con compositores occidentales.

—¿Tiene planeado grabar algún álbum completo con música china, contemporánea o del folclor?

No exactamente. Pero mi próximo álbum, que empezaré a grabar a principios del año próximo y que se lanzará probablemente en 2027 es un concierto chino para piano con orquesta, el Concierto para piano y orquesta Río Amarillo (Jian Qing/Yin Chengzong/Chu Wanghua), que es el más conocido en China. La música fue compuesta durante la Segunda Guerra Mundial contra la ocupación y moda japonesas. Toqué el concierto también en Bogotá el año pasado. Y me di cuenta que es muy interesante para los músicos, porque es muy desconocido, muy exótico y nuevo para todos. Grabaré este álbum y más adelante haré otras piezas para piano solo y también con otros instrumentos para Discovery.

“Grabar un álbum sólo con música china no creo. Vine a estudiar a Alemania en 2002, ya son más de 20 años, he pasado mucho tiempo de mi vida en Europa y Alemania y eso me ha influido mucho. Me veo a mí mismo viviendo con esta diversidad y también con esta influencia multicultural. Para mí es muy importante desplegar todas estas diferencias. Por ejemplo, en mi repertorio, los compositores alemanes y austríacos, como Bach, Mozart y Beethoven, tienen un lugar muy importante, porque son de un lugar en el que he vivido hace más de 20 años. Y también está la música china y próximamente también voy a grabar Rhapsody in Blue, de George Gershwin, sólo para desplegar todos estos elementos diferentes y, básicamente, para crear un diálogo interesante entre todos estos compositores. Y tal vez en el futuro explore y descubra música de Latinoamérica para más tener colores diferentes”.

—Estudió piano desde niño, ¿por qué hasta entrados los 20 años decidió hacerse profesional?

En mi infancia, cuando estudiaba en China, leí tantas biografías de los grandes pianistas, como Vladimir Horowitz o Arthur Rubinstein, también tuve el sueño de tocar algún día como pianista profesional. Pero la decisión vino mucho más tarde, después de que vine a estudiar en Alemania, que me di cuenta de que todavía hay un largo camino por caminar. Hice conciertos importantes en 2006, en dos festivales en Alemania, con gran éxito en ese momento. Me hizo muy feliz tocar en un escenario entonces y con mucha armonía, emoción y relajamiento ante un gran público. Y me sentí más confiado, con la intuición de que esto era lo correcto hacer para mí. Ya en 2007 empecé a tocar en un montó de conciertos y esto creció año tras año. Y así, en 2007 o 2008 la decisión final me llegó.

—¿Cómo define su estilo personal en el piano?

Para mí es muy importante poder interpretar y capturar estilos de diferentes compositores, porque creo que cada gran compositor tiene su propio estilo y también su color. Para mí es importante no ponerme en la primera línea. Me gustaría dedicarme primero a los compositores y luego a mí mismo. Desde otra perspectiva, también es importante como pianista del siglo XXI poder transmitir una interpretación de estilo de primera de diferentes estilos. Y, por otra parte, también estoy muy conectado con la tradición del piano de las generaciones anteriores. Como mencioné, he leído tantas cosas sobre estas leyendas del pasado, Horowitz, Rubinstein y otros grandes pianistas de su generación, así que también me considero como un pianista renacido, no como los supermodernos de hoy en día. Adoro esta gran tradición de las generaciones anteriores. Así me gustaría describirme.

—Cuando se sienta al piano ¿qué desafío asume en cada interpretación?

El Festival En Blanco y Negro será muy interesante para mí, porque el recital comenzará a las 13:30 horas, que para mí es un momento en el que después del almuerzo voy a descansar, porque normalmente estoy muy acostumbrado a las presentaciones nocturnas. A veces, en Alemania y Europa en general son muy populares los conciertos de coctel (Martini concertos), a las 11:00 horas, sábados o domingos. Pero a las 13:30 horas es algo inédito y muy interesante para mí. Ya viajar fuera de Alemania también es un reto para mí. Además, el programa incluye varios estilos, por lo que espero descubrir como lidiar con el instrumento y con la acústica, porque en este recital son desconocidos para mí; especialmente en los casos de Beethoven y Ravel, en los que la acústica juega un rol muy relevante, que en esta ocasión, con una sola presentación, es algo que necesito descubrir en muy poco tiempo.

—¿Cuando toca en lugares como Colombia, Argentina, fuera de Europa y Estados Unidos, se involucra con la música local, menos reconocida que la europea o estadunidense a escala global?

Sí, definitivamente. La primera vez que fui a América del Sur, estuve en Brasil, en São Paulo, aunque todo el tiempo estaba cansado y no tuve suficiente tiempo para descubrir y explorar más de lo que deseaba. Por supuesto, tengo mucha curiosidad e interés en descubrir países y culturas y también, obviamente, su música. Me gustaría mucho conocer a músicos locales para intercambiar ideas e información. Esta vez tendré la clase magistral para trabajar con algunos estudiantes de música locales, eso será maravilloso. Pero, si hay un poco más de posibilidad, también me gustaría conocer a algunos compositores mexicanos para conocer más la música mexicana y la herencia cultural del país.

—Cuando escucha la palabra “México”, ¿en qué piensa?

Sé que la comida mexicana es muy picante y que la música es muy rítmica, muy entusiasta. También, por supuesto, pienso en la civilización de la cultura maya. Cuando escucho la palabra “México”, es lo que viene a mi mente inmediatamente.

—Hasta ahora, ¿cuál diría que es su mayor logro en la música?

Como pianista de conciertos, he trabajado con orquestas internacionales (como la Filarmónica de Berlín, entre muchas otras). También es muy interesante que, hace dos años, uno de mis álbumes, con el Concierto para piano 21, K. 467, de Mozart fue seleccionado como parte del soundtrack de la serie de Netflix La casa de papel, que disfruté mucho. También he creado y curado festivales musicales en Alemania, durante 15 años he programado cientos de conciertos. Y he apoyado a muchos músicos jóvenes, especialmente pianistas; para mí es muy importante, no solo tocar, sino también curar y apoyar a los pianistas de la siguiente generación. Básicamente así describiría lo que he hecho.

—¿Cómo le gustaría ser recordado en este su debut con la audiencia mexicana?

Para mí es muy importante que la audiencia recuerde mi recital como algo inolvidable. Siempre imagino que hay diferente gente en diferentes escenarios, con diferentes propósitos cuando van a los conciertos. Hay quienes son apasionados por la música de piano, conocen muy bien el repertorio, pero también hay personas que acuden espontáneamente, que incluso es la primera vez que asisten a un recital de piano clásico o que han escuchado una pieza de Mozart o Beethoven, etcétera, de sus abuelos, tal vez en la infancia. Todo puede ser muy diferente. Pero me gustaría crear algo para todos ellos, algo que les conmueva durante esas dos horas en particular que durará el recital. Puede ser algo indescriptible, pero aspiro a conmoverlos para darles la sensación de que tal vez se abre algo nuevo en su vida cotidiana, una inspiración que permanezca, que sea inolvidable para sus vidas.

PCL

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José Juan de Ávila
  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.
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