La fiesta de Halloween, con los disfraces, dulces y calabazas, es una de las celebraciones más esperadas del año siendo el 31 de octubre la noche de festejo. Su trasfondo y los temas de lo oculto son algo constante en el mundo religioso. ¿Menciona realmente la Biblia esta festividad?
¿Por qué tantos creyentes deciden no celebrarla? En MILENIO te explicamos cómo, dónde y qué se dice de la Noche de Brujas o, como su nombre el inglés lo dice, de la 'Víspera de todos los Santos', pues a final de cuenta su origen está ligado a lo religioso.
¿Aparece la palabra "Halloween" en la Biblia?
La respuesta a esta cuestión es contundente y simple. La palabra Halloween no aparece en la Biblia directamente. Entonces, ¿se habla realmente de este si no se nombra?
Esto se debe a que la celebración, que etimológicamente proviene de la frase inglesa All Hallows' Eve que significa la Víspera de Todos los Santos, y que tiene raíces en el festival celta de Samhain, se desarrolló y consolidó como tal muchos siglos después de que se escribieran los textos bíblicos.
No obstante, aunque el nombre de la fiesta no esté, los temas centrales de Halloween como la brujería, el espiritismo, la adivinación y la comunicación con los muertos sí son abordados y condenados de manera explícita en diversos pasajes bíblicos.
¿Qué dice la Biblia?
Los pasajes más citados para explicar la postura religiosa sobre esta celebración se encuentran en el Antiguo Testamento, en el libro de Deuteronomio, principalmente.
Dios advierte a su pueblo Israel sobre las prácticas de las naciones vecinas, enfatizando el rechazo a cualquier forma de consulta al mundo espiritual ajena a Él.
¿Por qué no se debe celebrar el Halloween según la Biblia?
La prohibición es clara y directa, según un pasaje de este libro en las Sagradas Escrituras, agrupando varias prácticas que están en el centro de los símbolos de Halloween:
"No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos", se lee en Deuteronomio 18:10-11, edición de Reina Valera de 1960.
Otros pasajes del Antiguo Testamento refuerzan esta postura, condenando la brujería y el espiritismo como una ofensa grave, tal es en el libro de Éxodo o Levítico.
"A la hechicera no dejarás que viva", Éxodo 22:18.
"Y el hombre o la mujer en quienes hubiere espíritu de adivino o de hechicero, han de ser muertos...", Levítico 20:27.
La Biblia y el rechazo a "las tinieblas"
El Nuevo Testamento, específicamente en el libro a los efesios, mantiene la línea de rechazo a las "obras de las tinieblas" y las clasifica como contrarias a la vida de fe en Jesucristo.
En Efesios, el enfoque cambia de la prohibición legal a la ética del creyente, quien debe vivir en la luz. Allí, el apóstol Pablo exhorta a los cristianos a no involucrarse en actividades que promuevan la oscuridad:
"Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas", Efesios 5:11.
Este pasaje se ha convertido en la base para argumentar que participar en Halloween, incluso como un juego, es ser parte simbólicamente en temas o actividades que la fe bíblica reprueba.
Además, la hechicería es listada como una de las "obras de la carne" que es contraria al Espíritu, pues ya en Gálatas 5:19-21 se lee que en la lista de prácticas prohibidas que excluyen del Reino de Dios se mencionan "idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos...".
YRH
