Gael Lera Godínez un adolescente de solo 14 años de edad que acompañaba a su padre José Andrés Lera a trabajar los días que no tenía clases, son dos de las víctimas que murieron en el accidente de la autopista León – Salamanca, que dejó un total de 10 jornaleros muertos.
Según pudo constatar MILENIO, en ese hecho también murió Efrén Lera, hermano de José Andrés y tío de Gael.
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Gael cursaba el tercer año de secundaria en la escuela Leona Vicario. Su madre, Petra Godínez, contó que estaba a pocos meses de terminar la secundaria. Era el mayor de cuatro hermanos: Moisés, de 8 años; Elías, de 5; y un bebé de un año y cuatro meses.
Aunque era apenas un adolescente, Gael ya se había involucrado en el trabajo del campo. Desde hace aproximadamente un año comenzó a acompañar a su papá los fines de semana o en días que no tenía clases. Petra recuerda que Gael se despertaba antes de que amaneciera, revisaba su mochila y se preparaba para salir junto a su papá.
“De hecho, él decía que a su papá lo admiraba mucho”, comenta entre lágrimas.
Padre e hijo compartían un sueño que se convirtió en su proyecto común: querían comprar un caballo para pasearse en toda la comunidad. Ahorraban juntos los 10 mil pesos que costaría. Petra recuerda haberlos visto varias veces sentados en la mesa, contando los billetes y monedas que juntaban con cuidado.
Ese sueño se vio truncado la mañana de este jueves cuando la unidad en la que viajaban se impactó contra un tractocamión que de acuerdo a los familiares de las víctimas y testigos intentaba dar una vuelta prohibida. El operador se dio a la fuga, por lo que exigen a las autoridades que se detenga.
Ese día salieron a las 4:30 de la mañana de la comunidad de Pocitos en Comonfort, para trasladarse al municipio de Romita, también en Guanajuato, para trabajar en la cosecha de cebolla.
Dos horas después se registró el fatal accidente en el que perdieron la vida.
Fue a trabajar porque no tuvo clases
Petra Godínez, recordó que su hijo salió a trabajar esos días porque en la secundaria no hubo clases desde el martes. Sin embargo, ese primer día Gael decidió quedarse en casa. Petra comentó que el martes no salió al campo porque quiso apoyarla con los quehaceres.
“No hubo clases, pero martes, miércoles y jueves no, no me acuerdo por qué motivo, pero nos mandó la explicación. Pues ya le dio gusto porque se iría a trabajar con mi esposo pero el martes no asistió a trabajar porque se quedó aquí a ayudarme”, contó.
Él quería vestirse como vaquero. La semana pasada se compró un pantalón con ese estilo para usarlo cuando compraran el caballo para salirse a pasear.
“Querían un caballo y esa idea se les había metido ahorita que ya andaban viendo. entre él y su papá, para montar, para salir a pasear. Y por eso él trabajaba mucho solamente esta última etapa, solamente cuando no había clases”, narró.
Otro de los sueños de Gael era irse a Estados Unidos, para comprarse una casa, un carro y regresar para ayudar a su familia. Tenía ese sueño porque su papá también se fue a ese país y tenía tres años que acababa de regresar.
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“Pues él decía que su papá emigró a Estados Unidos y nos hizo esta casita. Y le decía a su papá que estudiara para que no fuera como él, porque los trabajos eran muy pesados".
"Y le decía, ‘pero usted mire lo que ha logrado, pero si se esfuerza más yo no creo que te vayas’, le dijo él, porque no quería que se fuera a Estados Unidos, pero él era su sueño porque allá ganaba más y que él iba a hacer su casita, él se iba a hacer lo que su papá había hecho”.
La muerte de José Andrés, su hermano Efrén y Gael dejó un vacío profundo en la comunidad de Pocitos. Los tres salieron a trabajar como cualquier otro día, sin saber que no volverían. Sus familiares los despiden recordándolos como hombres dedicados al campo y como una familia que caminaba unida, incluso en sus últimos momentos.
Entregan sus cuerpos y velan a los 10 jornaleros en Comonfort
Alrededor de las 11:30 horas de este viernes, llegaron al municipio de Comonfort los cuerpos de los 10 jornaleros originarios de las comunidades Pocitos y San Antonio de Corrales, para ser velados por sus familiares y darles el último adiós.
En la comunidad de Pocitos, más de cien habitantes, incluido el sacerdote de la zona, se reunieron para recibir a cinco de los jornaleros. Eliseo Colorado Vázquez, José Andrés Lera Arellano, Andrés Gael Lera Godínez, Juan Arellano Martínez y Efrén Lera Arellano. Con globos y petardos marcaron su llegada, y posteriormente realizaron un rezo como parte del recibimiento y retorno de los fallecidos a su localidad.
Los otros cinco cuerpos que se entregaron en San Antonio de Corrales son de las víctimas identificadas como Martín Pantoja Araiza, Pedro Nicolás Vázquez Colorado, padre de Luis Gabino Rodríguez Colorado y de José Miguel Rodríguez Colorado, además de Rubén Vázquez Sosa.
Durante la ceremonia, el sacerdote Antonio Colorado dirigió un mensaje en el que pidió por las familias y por fortaleza ante la situación que están atravesando.
“Vamos a hacer una bendición como recibimiento de nuestros hermanos que acaban de llegar sus cuerpos a esta comunidad de la cual pertenecen”, expresó.
Minutos después inició la entrega formal de los cuerpos. Los habitantes formaron una valla humana y acompañaron el recorrido previo a la entrega con aplausos, al mismo tiempo que soltaban globos blancos, mientras avanzaban detrás de las 10 camionetas de la funeraria que trasladaron los cuerpos.
Los primeros cuerpos en ser entregados fueron los de José Andrés Lera Arellano y su hijo de 14 años, Andrés Gael Lera Godínez. Para las 13:00 horas ya había concluido la entrega de todos los cuerpos a sus familias.
En ambas comunidades continuaron los velorios durante la tarde, donde vecinos, familiares y compañeros de los jornaleros permanecieron acompañándolos. Todos serán sepultados hasta este sábado al mediodía en el municipio de Juventino Rosas, al ser colindante y debido a su cercanía.
Se tiene previsto que el cortejo fúnebre parta durante la mañana desde las comunidades, donde habitantes de Pocitos y San Antonio de Corrales acudan para darles el último adiós.
Desde el momento en que los cuerpos llegaron a Comonfort, el presidente municipal de Juventino Rosas, Fidel Ruiz Ramírez, encabezó la caravana que acompañó el traslado de los diez fallecidos hasta sus comunidades de origen.
