Hace ocho años, Gabriela Selem acudió a un chequeo médico de rutina que le cambió la vida: en ese examen le detectaron un quiste en el seno derecho.
La noticia llegó como un golpe, ya que el diagnóstico confirmaba que era cáncer de mama.
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“Fue un shock muy fuerte al decirme que el quiste era positivo”, explicó Gabriela.
El cáncer había sido detectado a tiempo y con ello también nacía una esperanza.
El tratamiento no fue sencillo: 30 sesiones de radiación, quimioterapia y una operación marcaron el inicio de una batalla que, asegura, decidió enfrentar con una actitud positiva.
“Trataba de ser positiva, trabajaba, no dejé de trabajar. Decir la palabra cáncer no quiere decir muerte, es luchar por la vida y yo luché por mi vida”, relató a la plataforma MILENIO-Multimedios.
La lucha fue doble, ya que en el mismo periodo en que recibió el diagnóstico, sufrió la pérdida de su madre. El dolor y la enfermedad se entrelazaron, pero encontró fuerza en sus amigas, a quienes llama “sus hermanas elegidas”.
“No tuve tiempo de llevar el duelo de mi mamá y del cáncer. Yo dije: ‘No puedo caer, porque si caigo el cáncer me va a ganar’. Lo combatí y aquí estoy para contarlo”, afirmó.
El proceso también implicó una transformación física que, como muchas mujeres, enfrentó con ayuda de pelucas, turbantes y prótesis.
“Perder el cabello y una mamá es una agresión muy fuerte a tu persona como mujer, tener un lugar donde encontré apoyo me ayudó a reconstruirme físicamente”, agregó Selem durante la charla.
Hoy Gabriela Selem no solo celebra su vida, sino que acompaña a otras mujeres que inician este camino.
“Llegan a veces muy deprimidas y yo las entiendo. Les digo: ‘Yo pasé por lo mismo y vas a salir adelante. Aquí estoy yo, cuando quieras puedes hablar conmigo’”, señala.
“La persona que está con un paciente debe ser fuerte. Si se deprime contigo, no salen adelante. El acompañamiento es fundamental”, consideró.
Gabriela Selem es ejemplo de que el cáncer de mama se puede vencer.
Su historia es un recordatorio de que la lucha se libra con tratamientos médicos, pero también con fortaleza, apoyo y esperanza.
mrg
