Cuando a Claudia Leticia Jasso Rodríguez le dijeron que le quedaban seis meses de vida por cáncer de mama, la depresión fue tanta, que cerró los ventanales de su cuarto y evitó salir de su habitación por varios días, hasta que llegó una negociación.
“En ese entonces mi niño más pequeño tenía cuatro años, él fue el que se filtró a mi recámara y me ve llorando. Entonces me dice: si te doy un beso se te quita y le digo sí, y si te doy dos, te sales conmigo de aquí del cuarto de la recámara. Entonces siento yo que sus palabras fueron sabias, eran adecuadas para el momento y le dije sí, dame dos besos y me salgo contigo de aquí”, señaló Claudia Leticia.
Desde entonces, el proceso contra la enfermedad, si bien fue complicado, le ha impulsado una causa de vida para acompañar a más mujeres en sus luchas contra el cáncer de mama.
Claudia tenía 37 años cuando recibió el diagnóstico; narra cómo el miedo a lo que venía se convirtió en impulso para cada tratamiento que enfrentó durante un año.
Para ella, el cáncer está muy lejos de solo afectar a los pacientes, pues abarca a familias enteras.
Vencer la enfermedad, hace 15 años, la orilló a compartir su experiencia, por lo que junto a más mujeres dieron inicio al grupo “Cadena de Ayuda”, para dar apoyo y acompañamiento a pacientes con cáncer de mama.
“Y si mañana preguntan: ‘¿Claudia, qué hay detrás del cáncer?’ Con toda sinceridad te puedo decir que hay una nueva vida, una vida mucho mejor, podría decir, que la que teníamos antes, es una nueva vida y en abundancia”, dijo Claudia.
Con cinco ejes claros sobre cómo afrontar la enfermedad, como la fe, familia, y acompañamiento médico, actualmente Claudia vive disfrutando de la vida, junto a su esposo Demetrio, sus tres hijos y dos nietos, con la misión de compartir esperanza a más mujeres.
Hoy, Claudia está convencida, que incluso, la vida después del cáncer de mama, ha sido mejor.
“Le diría que no tenga miedo, que sí se puede, que lo hizo muy bien, que hoy estamos cumpliendo 15 años y que a lo largo de estos 15 años todo lo que ha hecho es gracias a Dios. Que logró su objetivo principal, que era que cuando una paciente nueva llegara al grupo transformar esa lágrima de inicio en una sonrisa, y que lo está haciendo, y me siento orgullosa de ella, porque venció todo obstáculo, venció todo miedo, toda tristeza, toda depresión la venció, y que ahora triunfante festejemos juntas, los 15 años de ser sobrevivientes del cáncer de mama”.
mrg