Al señalar que el cultivo del maguey es una manera de vida, además de que favorece a la preservación de especies, productores, campesinos y tlachiqueros de la región Singuilucan y Epazoyucan descartaron fines políticos en la oposición contra la instalación de plantas fotovoltaicas en la zona.

Durante conferencia de prensa en el salón Los Pinos, en Singuilucan este martes, señalaron que la cultura del maguey y el pulque no solo es beber y divertirse, “también se trata de hacer conciencia sobre todo aquello que amenaza a la planta”.
Por tanto, llamaron a la comunidad de Singuilucan y sus alrededores para formar parte de la iniciativa de protección al maguey, ya que argumentaron que los diferentes ranchos y tinacales se ven afectados con la creación de parques solares.
Descartaron que las tierras donde se instalarán los proyectos de parques fotovoltaicos sean tierras infértiles pues, agregaron, son terrenos productivos, por lo que, señalaron, no es viable cambiar los campos verdes por los paneles.
“Modificar el uso agrícola al industrial, nos afecta a todos. Son tierras fértiles, ahí nace el agua”, expusieron.
Señalaron que han solicitado los cambios de uso de suelo tanto a las presidencias municipales de Singuilucan y Epazoyucan sin obtener acceso a dicha información.
También por medio de un escrito, solicitaron reuniones con ambas alcaldías, autoridades estatales, así como con los representantes de las empresas involucradas, donde la población sea convocada en tiempo y forma.
Además, expusieron que la ausencia de certeza científica absoluta no debe ser excusa para posponer medidas en contra de actividades que amenazan con causar daños al ecosistema y que ante la posibilidad de un riesgo ambiental, se deben tomar acciones preventivas incluso cuando no se comprende completamente la relación causa-efecto. La carga de la prueba de que una actividad es segura recae en quienes la proponen, aseguraron.