¿Hay ciencia que diga que vapear es seguro? James Murphy, director global de Investigación y Ciencia de British American Tobacco (BAT), una de las principales tabacaleras del planeta, sostiene que sí y que un vapeador contiene menos del 99 por ciento de la carga tóxica de un cigarrillo.
"Ese es un dato real y comprobable", asegura el científico, quien, al mismo tiempo, advierte que la alternativa a continuar con la prohibición constitucional a vapeadores en México es permitir que el crimen organizado se adueñe de un mercado que incluye a cientos de miles de mexicanos que siguen y seguirán vapeando, pese a lo que diga el artículo 4 de la Constitución, reformado a petición del entonces presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Pero hoy y aunque la ley lo prohiba, "hay tres millones de personas que ya usan estos productos en México", dice Murphy en entrevista con MILENIO en la que recalca que, como el mexicano, gobiernos de todo el mundo enfrentarán en esta década la disyuntiva de regular a través de decisiones basadas en la ciencia o permitir que los mercados negros y el crimen organizado asuman el control del mercado del vapeo, abriéndoles acceso a ingresos de millones de dólares.
La pregunta es tan clara como demoledora: si el Estado no recauda en torno a un producto que millones usan, ¿quién lo hace?
Murphy, doctor en Química Orgánica Sintética, tiene un papel poco habitual para una empresa de su tipo; es el encargado de coordinar las investigaciones científicas en torno al vapeo y otras opciones sin humo, con miras a convencer a actores políticos relevantes por todo el mundo de que opciones como los vapeadores pueden y deben ser consideradas como una alternativa viable.
En esencia, es un científico que trabaja para las tabacaleras y reconoce que su papel puede generar suspicacias, por lo que ofrece una solución: "transparencia absoluta en nuestras investigaciones".
Por ello, adelanta que se pondrá a disposición de las clases políticas del mundo toda la información relevante de los productos sin humo mediante la plataforma OMNI, un sitio en donde podrán acceder a datos, experimentos, e información científica.
El científico irlandés adelantó que, como parte de este proyecto, entregarán a actores políticos mexicanos investigaciones, análisis y distintos elementos de evidencia para tratar de convencer a que se abra una discusión que reevalúe la prohibición constitucional contra este tipo de productos.
Quieren reiniciar el debate que parecía zanjado con la decisión de López Obrador en el sexenio pasado.
	—¿Qué es OMNI y por qué es importante para BAT hablar de ello en el contexto de la salud pública?—
"OMNI es nuestro manifiesto para la reducción del daño por tabaco. Lo que quisimos hacer fue recopilar toda la evidencia científica en un repositorio central, al cual continuaremos sumando información, y usar esa evidencia como base para establecer un diálogo con nuestros múltiples grupos de interés en todos nuestros mercados alrededor del mundo".
—¿La meta de OMNI es clarificar evidencia científica sobre productos como vapeadores?—
"El enfoque que adoptamos fue que queríamos incluir toda nuestra investigación publicada en química, toxicología y estudios clínicos. Eso equivale a unas 280 publicaciones científicas revisadas por pares, es decir, artículos en revistas científicas.
"Quisimos asegurarnos de incluir también investigaciones de terceros, así que incorporamos artículos y declaraciones publicadas por las principales autoridades regulatorias y de salud pública de todo el mundo, para garantizar que tuviéramos un panorama completo de la evidencia detrás de la reducción del daño por tabaco.
—Ciertamente, siempre ha existido escepticismo respecto a la ciencia financiada por la industria, especialmente en la industria tabacalera—
"Nuestro enfoque científico se basó en un principio fundamental: la transparencia. Lo que hemos hecho con la evidencia es asegurarnos de que cada estudio que realizamos sobre productos sin humo —ya sea un estudio químico en laboratorio, un estudio clínico o una vigilancia poblacional— esté publicado en ciencia revisada por pares.
"Es decir, se envió a una revista científica, científicos independientes revisaron los datos y el estudio fue aceptado para su publicación.
—México recientemente aprobó una prohibición constitucional sobre los productos de vapeo. No hablo de una regulación secundaria, sino de una prohibición constitucional. Entonces, ¿por qué presentar OMNI aquí? No se ven condiciones políticas para un cambio—
"México es un negocio estratégicamente muy importante para el grupo BAT. Estamos aquí para reactivar esas conversaciones con nuestros grupos de interés en México y tenemos una de nuestras fábricas más emblemáticas aquí, con más de 2 mil empleados.
"Exportamos hoja y productos terminados a decenas de mercados en todo el mundo desde México. Así que, estratégicamente, es sumamente importante para BAT empezar el diálogo aquí.
—¿Y le darán al gobierno, por ejemplo, o a los legisladores, datos científicos para que puedan reevaluar la prohibición constitucional?—
"Hemos estado conversando con distintos grupos de interés aquí en México y el lanzamiento de OMNI tiene como objetivo reactivar el debate.
	"Vamos a mostrar toda la historia: la teoría de la reducción del daño por tabaco y cómo Suecia demuestra que la reducción del daño puede funcionar, evidencia de estudios científicos, y luego nuestra perspectiva para los próximos años, especialmente con BAT México.
—Entonces, ¿esto es, digamos, un nuevo comienzo para quizá convencer al gobierno más adelante?—
"Sí, creo que la evidencia ahora es muy convincente. No solo los estudios científicos muestran que los productos sin humo tienen niveles mucho más bajos de tóxicos, que no se queman, y que hay poca o ninguna emisión secundaria de contaminantes.
"Los estudios clínicos muestran que la exposición a tóxicos es mucho menor. El ejemplo de Suecia: durante los últimos 30 años, los fumadores suecos han cambiado al snus.
"Hoy, la prevalencia de tabaquismo en Suecia es de alrededor del 5.3 por ciento, muy cercana al nivel del 5 por ciento que la Organización Mundial de la Salud considera como país libre de humo. Suecia tiene los mejores resultados en morbilidad y mortalidad relacionadas con el tabaco.
"También mostraremos el caso de Australia y Nueva Zelanda: Nueva Zelanda adoptó la reducción del daño por tabaco y su prevalencia de tabaquismo es de 6.8 por ciento; Australia no lo hizo, y ahora tiene mercados ilícitos, mientras que su tasa de tabaquismo se ha mantenido estable durante los últimos años.
—Ahora, ese es el equilibrio entre los mercados regulados y los ilícitos. Y la historia nos ha enseñado que cada vez que el Estado no regula algo, el crimen organizado lo hace. ¿Qué evidencia han visto sobre esto en el mundo?—
"Cuando empezamos a redactar OMNI, me interesó mucho mirar hacia atrás y ver desde cuándo los humanos han usado tabaco y nicotina. Uno de los registros más antiguos que encontramos data de hace unos 5 mil años, con los nativos americanos en lo que hoy es Estados Unidos. Así que son 5 mil años de consumo de nicotina por parte de la humanidad.
"Y creo que la humanidad seguirá usando nicotina otros 5 mil años. Lo que sucede en algunos gobiernos del mundo es que, en el papel, las políticas y regulaciones pueden parecer razonables, pero cuando se aplican en la vida real, surgen muchas consecuencias no deseadas.
"Lo vemos en Australia, en Sudáfrica, y también un poco aquí en México, en donde hay tres millones de personas usando productos ilícitos de vapeo. En Brasil son dos millones. Cuando no hay una regulación efectiva, surgen estas consecuencias no deseadas.
"Y puedo imaginar que los gobiernos se preguntan: '¿Cuál es la solución?' Y la respuesta es Suecia, que nos ha mostrado el camino, y eso ocurrió gracias a cuatro factores: los consumidores querían productos de reducción del daño, los reguladores los permitieron, los fabricantes los produjeron, y, muy importante, la sociedad los aceptó.
—¿Seguirá la gente vapeando sin importar lo que pase o las leyes que se implementen?—
"Sí, creo que, volviendo al punto anterior, la humanidad ha usado nicotina por milenios, y creo que seguirá haciéndolo. En ausencia de disponibilidad, las personas buscan otras fuentes. Por ejemplo, si miras Australia y sus regulaciones sobre cigarrillos, una cajetilla cuesta ahora alrededor de 60 libras.
"Y en ese caso, la gente ya no va a la tienda; va al mercado negro, controlado por criminales que no aportan nada al gobierno. Mientras que aquí en México, hay empresas legales como BAT y otras que fabrican productos en el país, los exportan al mundo y pagan impuestos al erario mexicano. Y pensaría que eso es justamente lo que los gobiernos deberían querer, en lugar de fomentar mercados ilícitos".
	—Pero también es innegable que el vapeo tiene muy mala reputación en ciertos ámbitos gubernamentales—
"Uno de los principales factores es la confusión que existe alrededor de la nicotina. Durante décadas, solo tuvimos cigarrillos, y la nicotina estaba presente en el humo del cigarro.
"Entonces, el perfil de riesgo de la nicotina se mezcló con el del humo del cigarrillo, cuando en realidad la evidencia científica demuestra que la nicotina no es cancerígena y no es la causa de las enfermedades relacionadas con el humo".
—Supongamos que se encuentra en una sala cerrada con funcionarios de salud que son escépticos respecto al vapeo. ¿Qué les diría de científico a médicos?—
"Les diría que, antes de entrar en temas complejos sobre políticas públicas, lo primero en lo que debemos coincidir como grupo multidisciplinario es en la reducción del daño por tabaco y en su potencial beneficio. Por ejemplo, si los resultados fueran los mismos en toda la Unión Europea como han sido en Suecia, podrían salvarse 3.5 millones de vidas en los próximos 10 años.
"Apenas la semana pasada se publicó otro informe que estima que podrían salvarse 100 millones de vidas para el año 2060 si la reducción del daño por tabaco se integrara como un pilar fundamental en las estrategias de salud pública sobre tabaco en todos los mercados del mundo".
—Ahora, ¿qué hay sobre los efectos a largo plazo del vapeo?—
"Lo primero que hago es preguntarme: ¿qué causa realmente las enfermedades? Si volvemos al cigarrillo, cuando una persona lo enciende, se produce humo. Es probablemente la reacción química más grande conocida por el ser humano. Se generan 7 mil 500 compuestos químicos individuales, de los cuales 150 son tóxicos.
"Y es la inhalación de esos tóxicos, durante décadas, lo que incrementa el riesgo de enfermedades relacionadas con el humo. Pero en nuestros estudios encontramos que, con los productos de vapeo, muchos de esos tóxicos ni siquiera existen en el aerosol. Y en los que sí están presentes, sus niveles se reducen en un 99 por ciento. Es decir, los productos de vapeo tienen menos del uno por ciento de la carga tóxica de un cigarrillo.
"Así que, aunque el vapeo no está exento de riesgo —nada lo está—, muchas autoridades de salud pública y entes reguladores han reconocido su potencial beneficio en términos de salud pública.
—¿Qué hay respecto a los vapeadores de sabores? Han sido considerados una trampa para menores de edad—
"Hace unos 18 meses lanzamos lo que llamamos nuestro documento de política sobre vapeo, el cual enviamos a gobiernos de todo el mundo. En ese documento dejamos muy claro que no hay lugar para los jóvenes en los productos con nicotina.
"Dejamos claro que solo deberían usarse ciertos sabores, y que otros deberían prohibirse. No hay necesidad de sabores tipo confitería ni esos sabores extravagantes. También deben eliminarse ciertos descriptores y elementos de empaque que puedan resultar atractivos para menores".
—¿Cuál es la prevalencia o cuál es la preferencia del consumidor mexicano en torno al vapeo?—
"Sí, bueno, nuestro negocio de productos con nicotina está apenas comenzando aquí, así que por el momento es relativamente pequeño.
"Obviamente existe un mercado de vapeo en México, porque hay alrededor de tres millones de personas que usan estos productos de forma ilícita.
"Y creo que sería una oportunidad fabulosa para el gobierno, para los consumidores mexicanos y, egoístamente hablando, también para BAT y otros fabricantes, si pudiéramos tener un mercado regulado de productos sin humo, que incluyera bolsas de nicotina y vaporizadores, porque la necesidad —perdón— el mercado, ya está ahí.
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