Parecía el fin de cursos en cualquier salón escolar, porque al concluir la audiencia, el griterío en la sala recordaba el último día de clases, pero en lugar de profesor, la ceremonia la encabeza un juez familiar, el único que porta su imponente toga en la sala de juicios orales.
Fue una ceremonia atípica, porque en menos de 40 minutos que duró la audiencia pública, el juez Rogelio Escamilla Garza dictó sentencia y al instante, 97 parejas quedaron divorciadas en el Juzgado de Juicio Oral de Cadereyta.
Segundos después, los aplausos y el júbilo, principalmente de las mujeres, se apoderaron del lugar, al tiempo que un empleado del juzgado repartía los comprobantes legales a decenas de manos ansiosas que lo recibían cual trofeo más en la carrera de la vida.
Y no es para menos, porque casos como el de Nancy Josefina, quien formó parte de este divorcio colectivo, quien logró luego de 20 años de intentar disolver el vínculo matrimonial, divorciarse “en mes y medio”, gracias a que gestionó su trámite en el formato de divorcio incausado, el cual calificó de muy valioso para todos.
“Es de gran beneficio para nosotras, para todos; por ejemplo yo, me casé en el 96, ahorita ya tengo más de 21 años casada, pero no duré con él más que un año, entonces 20 años me tardé en poderme divorciar, porque antes era muy difícil.
“Y ahorita empecé a venir el 6 de septiembre, y en mes y medio ya estoy divorciada, está bien práctico, no me lo puedo creer todavía”, señaló al tiempo que se abrazaba con otras de sus nuevas amigas que dejaban atrás el sufrimiento de años, y planeaban hasta realizar una fiesta para celebrar el hecho de recuperar su libertad.
Más tranquila, explicó la dama afuera de la sala de audiencias, para ella la tercera no fue la vencida, y tuvo que esperar hasta un cuarto intento para conseguir lo que anheló durante la mitad de su vida: el divorcio.
“En el 2001 el hombre con el que me casé lo tramitó (el divorcio), no lo pudimos arreglar, luego yo lo intenté en el 2008, y no pude, hace dos años lo intenté otra vez, y no pude.
“Este año me dijeron quesque hay una nueva ley, que el divorcio incausado, y dije: 'deja ir’, y ya ve, ahora sí lo logré, y ya estoy feliz... ¡Por fin ya estoy divorciada!”, compartió.
Por su parte, Maribel agradeció a Dios la sentencia, pues ya había sido mucho sufrimiento.
“No, no, ningún problema porque sea colectivo, nos da igual, no nos importa eso, lo que queríamos era la sentencia”.
En contraste, los hombres que quedaron divorciados una vez que el juez Escamilla Garza dictó sentencia fueron saliendo del recinto sin aspavientos, sin mostrar sus emociones ni expresar sentimiento alguno tras la resolución judicial.
Y el júbilo inundó la sala: “¡Por fin estoy divorciada!”
Algarabía. Tras años de intentos fallidos, mujeres muestran su felicidad al lograr el trámite con el formato de divorcio incausado, también conocido como exprés.
Monterrey /