El hígado graso, también llamado esteatosis hepática, se ha convertido en uno de los problemas de salud más frecuentes en México y el mundo. De acuerdo con la Secretaría de Salud, afecta entre 20 y 30 por ciento de la población, incluso sin presentar síntomas evidentes.
La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, sí es reversible, pero solo si se detecta y atiende a tiempo. A continuación te explicamos qué tan pronto debe tratarse para evitar daño permanente.
¿Hasta cuándo es reversible el hígado graso?
De acuerdo con MedlinePlus, el hígado graso es reversible mientras no haya avanzado a fibrosis severa, cirrosis o cáncer de hígado.
En etapas iniciales, reducir la grasa acumulada en el hígado puede lograrse con cambios en el estilo de vida como pérdida de peso, ejercicio, control de azúcar y abandono del alcohol en caso de hígado graso alcohólico.
La Secretaría de Salud explica que, cuando la grasa provoca inflamación constante, se inicia un proceso llamado fibrosis, donde el tejido hepático comienza a cicatrizar.
Si esa fibrosis progresa a cirrosis, el daño se vuelve permanente y la enfermedad deja de ser reversible. Por ello, el diagnóstico temprano es esencial.
El IMSS advierte que esta condición “puede ser reversible” si se identifican los factores de riesgo a tiempo y se interviene de inmediato con un equipo médico, dieta adecuada, ejercicio estructurado y control de enfermedades como obesidad, diabetes e hipertensión.
¿Cómo saber si aún estás a tiempo?
Debido a que suele ser una enfermedad silenciosa, el hígado graso casi siempre se detecta por estudios realizados por otros motivos. Según el portal estadunidense, los médicos confirman la enfermedad mediante:
- Pruebas de función hepática
- Ultrasonido
- Evaluación de rigidez del hígado para medir fibrosis
- Biopsia en casos avanzados
¿Qué te ayuda a revertir el hígado graso?
Los cambios más efectivos son:
- Pérdida de peso gradual y sostenida.
- Dieta saludable, evitando azúcar, grasas saturadas y exceso de sal.
- Ejercicio regular, mínimo 150 minutos por semana.
- Control estricto de enfermedades como diabetes, colesterol alto e hipertensión.
- Eliminar alcohol en caso de hígado graso alcohólico.
- Revisar medicamentos que podrían causar la enfermedad.
- Evitar suplementos o hierbas sin supervisión médica, pues algunos dañan el hígado.
El IMSS señala que estas medidas no solo detienen el avance, sino que mejoran la salud cardiovascular, el principal riesgo de muerte asociado al hígado graso.
¿Qué pasa si no se trata a tiempo?
El hígado graso puede avanzar lentamente sin síntomas hasta que aparece daño severo. Según MedlinePlus, la inflamación crónica produce fibrosis, la fibrosis avanza a cirrosis y puede evolucionar a insuficiencia hepática o requerir un trasplante de hígado y aumenta el riesgo de cáncer hepático.
El hígado graso sí se puede revertir, pero únicamente si se detecta en sus primeras etapas y se actúa de inmediato. Cambiar la alimentación, bajar de peso, hacer ejercicio y controlar las enfermedades asociadas puede restaurar la salud hepática.
Si sospechas que podrías tenerlo, la recomendación general es acudir a una unidad médica para una evaluación y un plan personalizado antes de que el daño sea irreversible.
YRH
