Hay una cifra ineludible para las mujeres que desean tener hijos: 35. Los médicos e investigadores especializados en fertilidad afirman que muchas mujeres consideran que esa edad es un punto de inflexión. Después, la teoría dice que embarazarse y llegar a término es muy, muy difícil.
Esta idea está muy extendida, pero no es del todo cierta. El concepto de “precipicio de la fertilidad —según Emily Mann, socióloga de la Universidad de Carolina del Sur—, llegó para quedarse, sobre todo en el imaginario estadunidense, a partir de la década de 1970. Es como una palabra de moda”.
Y, sin embargo, cada vez más mujeres de 35 años o más se embarazan.
Los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades publicados en julio mostraron que, aunque la tasa general de fertilidad en Estados Unidos descendió en 2024 —con 53.8 nacimientos por cada mil mujeres en edad reproductiva—, las tasas de mujeres que dieron a luz entre los 35 y los 39 años se mantuvieron estables. Y las tasas de mujeres mayores de 40 años que dieron a luz aumentaron 2 por ciento, según los datos.
Esto puede deberse, al menos en parte, al cambio de las tendencias económicas y sociales. Cada vez más mujeres dicen que esperan a embarazarse porque aún no pueden permitirse criar hijos, pues quieren terminar sus estudios y amortizar los gastos de una carrera universitaria, o porque quieren encontrar la pareja adecuada.
Y a medida que han mejorado las tecnologías de reproducción asistida, más mujeres han recurrido a procedimientos como la fecundación in vitro, que puede ayudar a las mujeres a tener un embarazo a una edad más avanzada.
“Sabemos que a las mujeres jóvenes en general les resulta más fácil embarazarse que a las mayores —afirmó Mann—. Pero se trata de datos poblacionales; eso no te dice necesariamente, como individuo, lo difícil o fácil que puede ser”.
La edad es el principal factor de infertilidad. “Eso es indiscutible”, señaló Francesca Duncan, profesora adjunta de Obstetricia y Ginecología de la Universidad Northwestern. Los investigadores suelen definir la infertilidad en personas menores de 35 años como el hecho de no quedar embarazadas tras intentarlo durante un año.
Sin embargo, la fertilidad no decae de repente al cumplir 35 años, depende de una compleja serie de factores, tanto en mujeres como en hombres.
Un número no tan mágico
Históricamente, los médicos determinaron que a los 35 años se corría el mismo riesgo de que una mujer tuviera un feto con una anomalía cromosómica que de sufrir un aborto espontáneo tras una amniocentesis, un procedimiento que permite detectar algunas de esas anomalías.
“Por eso se quedó la idea de que 35 era ese número mágico”, comentó Duncan.
El riesgo de tener un embarazo con una anomalía cromosómica o un aborto espontáneo, en general, aumenta con la edad. Pero, a partir de los 35, ese riesgo se intensifica.
El aumento interanual del riesgo es mucho mayor a mediados o finales de los 30 que a mediados de los 20, según Natalie Clark Stentz, directora médica del Centro de Medicina Reproductiva de la Universidad de Michigan.
Los datos sobre resultados de fertilidad varían. Según el Colegio Estadunidense de Obstetras y Ginecólogos, la probabilidad de que una mujer se embarace en un solo ciclo menstrual es de entre el 25 y el 30 por ciento en parejas sanas de entre 20 y 30 años. A los 40 años, la probabilidad de que una mujer se embarace es inferior al 10 por ciento por ciclo menstrual.
¿Cómo cambia la fertilidad?
Las reservas de óvulos disminuyen y su calidad se degrada. Las mujeres nacen con un número determinado de óvulos —aproximadamente entre uno y dos millones— que mueren a medida que envejecen.
El Colegio Estadunidense de Obstetras y Ginecólogos afirma que los mejores años reproductivos de una mujer se sitúan entre el final de la adolescencia y el final de los 20. A medida que las mujeres se acercan a los 30 años, pierden óvulos cada vez más rápido. A los 37 años, les quedan unos 25 mil óvulos.
Pero la rapidez con que se agotan varía de una persona a otra. Las sustancias químicas del humo del tabaco, por ejemplo, pueden acelerar la pérdida de óvulos. Las enfermedades metabólicas, como la obesidad y la diabetes, también pueden contribuir a reducir las reservas.
Los investigadores estudian cada vez más el efecto de la genética en las reservas de óvulos. Por ejemplo, si la madre de una mujer dio a luz a los 40, eso no garantiza que ella también pueda concebir a esa edad, pero puede aumentar la probabilidad en cierta medida, afirmó Stentz.
La calidad de los óvulos también afecta la fertilidad. A medida que las mujeres envejecen, disminuye la calidad de los óvulos que les quedan.
Cambios hormonales
A medida que las mujeres envejecen, sus ovarios producen gradualmente niveles más bajos de estrógeno y progesterona, lo que dificulta la concepción y termina por conducir a la menopausia.
“Cada década, tus ciclos cambian —explicó Mary Rosser, directora de Salud Integral de la Mujer del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia—. Las hormonas cambian, y eso también reducirá tu fertilidad”.
Cuanto más envejece una mujer, más probabilidades tiene de desarrollar una serie de afecciones que pueden dificultar el embarazo. Por ejemplo, los fibromas —tumores en el útero que pueden causar infertilidad— son más frecuentes en mujeres de entre 30 y 50 años.
El riesgo de desarrollar diabetes, obesidad y afecciones autoinmunes relacionadas con la infertilidad también aumenta con la edad.
¿Y la fertilidad de los hombres?
Los investigadores han prestado mucha menos atención a la manera en que disminuye la fertilidad masculina con la edad. Pero a los hombres también les cuesta más concebir a medida que envejecen.
Los hombres producen espermatozoides nuevos durante toda su vida, pero al llegar a los 40, sus niveles de testosterona descienden y gradualmente producen espermatozoides de peor calidad.
Y a medida que envejecen, sus espermatozoides pueden cambiar sutilmente de forma, lo que les dificulta nadar con rapidez y fecundar los óvulos.
Al igual que las mujeres, los hombres son más propensos a desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión a medida que envejecen, lo que puede dificultar la concepción.
Los científicos están aprendiendo más sobre los factores conductuales que podrían contribuir a la infertilidad masculina, incluido el consumo de marihuana.
Aunque algunos investigadores afirman que enfocarse en una edad específica puede ser engañoso, eso sigue afectando nuestras ideas sobre la atención médica de la fertilidad.
Los médicos recomiendan que las mujeres mayores de 35 años que hayan intentado embarazarse sin éxito después de seis meses busquen una evaluación de infertilidad.
No obstante, según Rosser, se trata de un indicador histórico y práctico, no de un límite biológico.
“La verdad es que me sorprende que la cifra de 35 años se haya mantenido”, afirmó.
ksh