Siete años tuvieron que pasar para que la revista médica Fertility and Sterility se retractara de haber publicado un estudio (revisado por pares) en el que se medía el atractivo de las mujeres con endometriosis.
El artículo trataba de asociar una dolorosa enfermedad que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a 190 millones de mujeres y niñas en edad reproductiva, con su apariencia estética. La conclusión del controvertido material aseguraba que “las mujeres con endometriosis rectovaginal fueron consideradas más atractivas” en comparación con quienes no lo padecían.

Al día de hoy, no existe ningún otro estudio que busque una conexión entre un padecimiento crónico y el atractivo de los pacientes ¿Cómo fue que un artículo de este tipo fue aprobado por una de las revistas más importantes en su campo en pleno 2012?
Los autores trataron de excusarse, sin embargo, lejos de contribuir a la labor médica, el artículo dejó en evidencia el largo camino que aún queda, basta señalar que el tiempo en que tardaron en retirar el estudio, es el tiempo promedio que le toma a una mujer recibir su diagnóstico.
¿Qué pasa cuando una mujer tiene endometriosis?
La endometriosis es una enfermedad que quedó en los márgenes de la medicina por siglos, de acuerdo con el artículo, Endometriosis: ancient disease, ancient treatments, “si bien la historia tras su descubrimiento microscópico en 1860 por Karl von Rokitansky ha sido ampliamente estudiada, su historia previa ha permanecido en gran parte desconocida”.

El problema se presenta en la parte exterior del útero, en donde crece un tejido que puede provocar inflamación crónica dando lugar a la formación de tejido cicatricial dentro de la pelvis y otras partes del cuerpo (en casos raros se han llegado a localizar lesiones en el cerebro).
La ginecóloga con subespecialidad en Biología de la Reproducción, María Lourdes Flores Islas explica que, aunque es difícil diagnosticarla, la principal señal de su presencia es el dolor.
“Es el principal signo. La principal sospecha de que podríamos estar enfrentándonos a una endometriosis es esa. Ahora, no todo el dolor en la regla es igual a endometriosis”, alerta.
El malestar se extiende en la pelvis, especialmente durante la menstruación, aunque también está presente durante o después de las relaciones sexuales o al ir al baño. Puede ser tan severo que llega a resultar incapacitante. En una escala del 1 al 10, quienes lo experimentan, lo ubican entre el ocho y el nueve.
Junto con el dolor crónico en la pelvis, la endometriosis trae consigo hemorragias intensas, gases o náuseas, cansancio y dificultad para concebir. A la par, diversos estudios han confirmado una relación estrecha entre la afección y la salud mental.
“Depresión, ansiedad, problemas alimenticios, como la bulimia, anorexia. Todas estas situaciones también pueden estar presentes en mujeres que padecen endometriosis”, alerta la doctora.
Finalmente, aunque después de la menopausia la endometriosis parece desaparecer, la especialista reitera la necesidad de dar seguimiento ginecológico ya que quienes experimentaron endometriosis durante toda su vida tienen más riesgo de desarrollar cáncer de ovario.
Un estudio publicado en julio de 2024 reveló que las mujeres con esta enfermedad presentan un riesgo 4.2 veces mayor de padecer este tipo de cáncer, el riesgo aumentaba hasta 9.7 veces en los casos de endometriosis grave.
Diagnósticos de endometriosis
Flores Islas recuerda que estudió, repasó y abordó a profundidad este padecimiento hasta que estuvo en la subespecialidad.
Tomando en cuenta que no todos los médicos están preparados para identificar el cuadro de síntomas, sumado a las dificultades que implica confirmar que una mujer padece la enfermedad, la doctora junto con sus colegas, sospecha que hay un subdiagnóstico.
“La prevalencia en México de la endometriosis es de alrededor del 10%: una de cada 10 mujeres va a tener el padecimiento. En mi consulta, por ejemplo, puedo ver más casos de endometriosis porque estoy muy familiarizada. Un 25 a 30 % de las mujeres que tienen problemas de fertilidad tienen algún grado de endometriosis”
“No es así en todas las otras consultas, especialmente medicina general donde se diluye el diagnóstico, puede haber incluso un subdiagnóstico de lo que es la enfermedad”

Históricamente, la endometriosis solo se diagnosticaba mediante laparoscopia, una cirugía que permite visualizar directamente las lesiones endometricas. Con el tiempo y las investigaciones, se han flexibilizado los criterios de diagnóstico e incorporado métodos no invasivos.
Esto ha permitido orientar el diagnóstico sin necesidad inmediata de cirugía. Para ello se consideran tanto la historia clínica, exploración física, ultrasonidos transvaginales y resonancias magnéticas.
Respecto a plantear una cura… La ginecóloga aún lo ve lejano: “Ni quiera nos ponemos de acuerdo en cuál realmente es la teoría de aparición real, tenemos muchas suposiciones”.
La propuesta más aceptada es la de la menstruación retrógrada: durante la regla, la sangre menstrual (que contiene células endometriales) fluye hacia atrás de las trompas de Falopio hasta alcanzar la cavidad pélvica en lugar de salir del cuerpo. Así, estas células se van depositando fuera del útero, donde pueden implantarse y crecer.
Al día de hoy los tratamientos se limitan en aliviar el dolor, como antiinflamatorios y analgésicos. También se suelen recetar análogos de la hormona gonadoliberina y algunos anticonceptivos.
LHM