México entró a la temporada invernal con un incremento progresivo en la circulación de virus respiratorios, un comportamiento que se ha consolidado en los últimos años en el hemisferio norte y que se intensifica con la disminución de temperaturas y el aumento de actividades en espacios cerrados.
Mauricio Rodríguez Álvarez, profesor de la Facultad de Medicina y vocero del Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes de la UNAM, explicó que el país se encuentra en una fase temprana de la temporada, donde ya se observa actividad viral en ascenso pero aún dentro de niveles esperados.
“Estamos comenzando la temporada y hasta ahora no hay señales que indiquen una gravedad inusual, pero es el momento de reforzar la prevención y la vacunación porque los contagios aumentan conforme avanzan las semanas, especialmente en diciembre y enero”, explicó en entrevista con Milenio.
La vigilancia epidemiológica en México se realiza mediante 461 unidades monitoras donde se analiza uno de cada 10 casos ambulatorios y todos los hospitalizados por enfermedad respiratoria, lo que permite identificar tendencias sin necesidad de pruebas diagnósticas masivas. Hasta el reporte más reciente, se han registrado 6 mil 991 casos de covid-19 y 259 defunciones, así como 402 casos de influenza y dos fallecimientos.
“La inmunidad de la población es amplia porque hubo vacunación e infección, pero se atenúa con el tiempo. Si no reforzamos, dejamos espacio al virus. La vacunación en este momento es para evitar complicaciones y mantener la vida normal durante el invierno”.
El punto crítico se presenta entre diciembre y enero, por lo que el momento de reforzar la protección poblacional es ahora.
Megacentro de vacunación en CU
Para aumentar la protección antes del periodo de mayor circulación viral, la UNAM instalará del 10 al 14 de noviembre un Mega Centro de Vacunación en el estacionamiento del Estadio Olímpico Universitario, de 9:00 de la mañana a 15:00 de la tarde, en coordinación con instituciones federales y locales de salud.
La operación contempla la aplicación de más de 100 mil dosis en cinco días mediante módulos simultáneos y flujo continuo.
“Va a haber personal suficiente, materiales, insumos y logística para atender de manera eficiente. No queremos filas largas ni procesos complicados. La idea es que la gente llegue, se vacune y se vaya protegida”.
La vacunación será abierta para todas las personas, sin importar afiliación médica o nacionalidad. “Puede acudir cualquier persona, mexicana o extranjera, afiliada o no afiliada. Si tienen cartilla, llévenla; si no, también se les vacuna. No hay requisitos especiales. La vacunación es un servicio público y comunitario”.
Se aplicarán vacunas contra covid-19 (Moderna actualizada contra LP.8.1), influenza estacional 2025-2026, neumococo 20-valente para personas adultas mayores y con enfermedades respiratorias, y la vacuna triple viral para actualizar esquemas contra sarampión en personas de seis meses a 49 años.
“Lo más importante es reforzarnos antes de diciembre, que es cuando la actividad respiratoria se intensifica”, dijo.
“Vacunarse es un acto de cuidado colectivo. Te protege a ti, pero también protege a quienes conviven contigo”.
Aguas residuales: una alerta temprana que permite anticiparse
Rodríguez subrayó que una herramienta clave para anticipar aumentos en la circulación del virus es el análisis de SARS-CoV-2 en aguas residuales, un sistema capaz de mostrar la actividad viral antes de que aumenten los casos clínicos.
“En aguas residuales se busca el material genético del virus. Si la concentración de partículas aumenta en el drenaje, eso quiere decir que el virus ya está circulando en esa población. Y esa señal aparece incluso antes de que la gente tenga síntomas”.
Esta estrategia se utiliza de forma permanente en ciudades del estado de California, en zonas metropolitanas del estado de Washington y en varias ciudades de Canadá, donde los laboratorios de salud pública analizan el drenaje urbano como una forma de vigilancia anticipada.
“Ahí les permite advertir el inicio de la actividad epidémica semanas antes. Cuando sube el virus en las aguas residuales, dos o tres semanas después empiezan a subir los casos clínicos. Es un indicador que se activa rápido. Te da tiempo para preparar servicios, reforzar vacunación y organizar acciones comunitarias”.
El vocero de la UNAM explicó por qué este indicador es sensible: el virus se elimina a través de las heces desde los primeros días de la infección, incluso cuando la persona aún no sabe que está enferma.
“Esa información te dice lo que está pasando en la comunidad sin depender de que la gente vaya al médico”.
Rodríguez fue directo:
“Si hoy tuviéramos vigilancia en aguas residuales en las ciudades grandes, probablemente ya estaríamos viendo señales tempranas del comportamiento viral. El valor de la vigilancia en aguas residuales es que te da tiempo. Tiempo para avisar, para organizar, para reaccionar”.
Mitos sobre la vacunación
Rodríguez señaló que las reacciones posteriores a la vacunación no son enfermedad, sino activación del sistema inmune.
“Después de vacunarte puedes tener dolor en el brazo, ligera fiebre o cansancio. Eso no es estar enfermo”.
También indicó que las vacunas no debilitan la respuesta inmunológica. “La vacuna no te baja las defensas. Las prepara”.
Y recordó que haber tenido covid no sustituye el refuerzo: la protección disminuye con el tiempo.
Si existe fiebre, dolor muscular, cansancio extremo o malestar general, lo correcto es permanecer en casa, usar cubrebocas y vigilar la evolución. Los signos de alarma para acudir a urgencias son dificultad para respirar, dolor u opresión en el pecho, fiebre persistente o deshidratación. “No se trata de volver a restricciones. Se trata de responsabilidad. Si alguien está enfermo, debe usar cubrebocas para no contagiar a quienes lo rodean”.
LP