Esta revisión del ambiente alrededor del 2 de octubre de 1968 y del Halconazo de 1971 nos obliga a voltear y revisar los recientes desencuentros entre las autoridades y la ciudadanía inconforme.
En tiempos en que pocos medios de comunicación escapaban del control del Estado, se señalaba como causante de actos “terroristas” sobre la Voca 7 a MURO, grupo “comunista” (¡horror!), cuya misión era “crear confusión para que se tildara de culpable al gobierno y eso entorpeciera las negociaciones”. ¿Conocido?
“El Senado, dispuesto a compartir responsabilidades con GDO (Gustavo Díaz Ordaz)”. En cuanto al eventual uso de las fuerzas armadas para la seguridad del país, informaba El Nacional un día después del Grito de 1968. Horas después de este llamado a quedarse en casa viendo Chabelo, el Ejército tomó Ciudad Universitaria, donde se detuvo a centenas de “anarquistas”, que después se supo eran inocentes. Pese a ello, la Presidencia seguía alertando a la población: “La fuerza pública desalojó a quienes usaban algunos planteles de la Universidad para actos antisociales”; era la principal de El Nazi del 19 de septiembre.
La de un día después es una chulada: “La mayoría de los sectores del pueblo aplauden la medida tomada”; ya en el éxtasis del servicio social a la patria, en ese periódico iniciaron con una serie de desplegados a favor del presi. “Apoyo al presidente Díaz Ordaz y repudio al movimiento estudiantil, en un acto de agricultores hidalguenses”. El de Los Tres Sectores del 20 de septiembre, es de colección: “Solidaridad y confianza para el gobierno de la República al haber decidido que el Ejército ocupara las instalaciones de Ciudad Universitaria, ya que éstas se habían convertido desde hace varias semanas en focos donde se propiciaba la agitación, la anarquía, el ataque a las instituciones y a la sociedad con el deliberado propósito de subvertir el orden público.” Lo bueno es que los tres sectores ya descansan en paz.
Un día después llegó el ya célebre dicho de GDO, que pudo ser su epitafio: “El movimiento subversivo no tuvo nunca una bandera estudiantil.” (21 de septiembre).
EL “HALCONAZO”
El asunto del cambio de la ley orgánica que movilizó a los estudiantes de la Universidad Autónoma de Nuevo León culminó con la marcha y represión del Jueves de Corpus.
En uno de los más chafas inventos del régimen de que se tenga memoria, el martes 9 la PGR presentó a tres detenidos; La Prensa lo destacó así: “Abierto ataque contra México”. “Entrenados en Corea del Norte”. “Dinero y asesoramiento asiático para la subversión. Denuncia un movimiento para ocupar las universidades”. A esta vacilada la acompañaban las fotos de tres ciudadanos que parecían todo menos guerrilleros. El pie consignaba: “Hablan tres guerrilleros. Pedro Leyva Pérez, Candelario Pacheco Gómez y José de Jesús Pérez Esqueda. Quedaron consignados ayer por la PGR por los delitos de asociación delictuosa, conspiración, acopio de armas y robo con violencia. Confesaron ser miembros del Movimiento de Acción Revolucionaria. Candelario dijo haber sido entrenado en Corea del Norte, habló de sus correrías por Moscú y de su ingreso a la Universidad Lumumba. También reveló que recibieron ayuda y asesoramiento de países socialistas y que su meta era cambiar el sistema político mexicano”.
El mero día 10, los puestos de periódicos señalaban: “Revolución no implica violencia”, dicho por Manuel Sánchez Vite, líder del PRI. “Intereses extraños quieren engañar a nuestra juventud”, lo secundaba Echeverría. Por la tarde, la masacre.
Dos días después de la represión, en tiempo récord, la PGR concluía: “Fue grupo de choque el MURO” (¿y los de MAR que presentaron cuatro días antes, ya no?). “Castigarán a responsables”. “Deplora el Presidente los sucesos violentos”. “La investigación policiaca prometida ha permitido la identidad del principal grupo de choque. Se trata de MURO, organismo extremista-fanático que cuenta con adiestramiento de tipo militar”.
El mejor chistorete de esa temporada se difundió en la contraportada de La Prensa: “El sonriente Jimmy Handrix Oxes, quien dice ser de California, y Juan Pable Miller, derecha, son dos de los cuatro francotiradores detenidos por los suceso del 10 de junio”, al calce de dos fotos de otros que se prestaron a la bromita.
Por supuesto que los desplegados de apoyo al Presidente no tardaron nada, nadita. De la FSTSE, del Congreso del Trabajo. Suponemos que la culpa orilló a don Luis a organizarse un mitin de apoyo. “Respaldo a LE en gran mitin” “Campesinos, obreros y gente del pueblo se reunirán hoy en el Zócalo”, decía la cabeza que buscaba ya enterrar el caso.
JUAN ALBERTO VÁZQUEZ