Pablo García, famoso influencer, dio a conocer en recientes horas que daría un paso totalmente inesperado al anunciar que dejaba la vida pública para convertirse en sacerdote.
Los usuarios se han abierto en debate ante la determinación del creador de contenido, quien luego de haber reflexionado sobre su amor hacia Dios es que decidió llevar ésta devoción hasta otro nivel más profundo.
Pablo García abandona las redes sociales
García comenzó su video vestido de blanco y en un río al parecer, en donde tomó asiento y comenzó a explicar que lo pensó durante meses pero había tomado la determinación de continuar un camino más allá de las cámaras.
"«Hazle caso a lo que te diga el corazón». Es una frase que hoy en día escuchamos mucho y que, si no se confunde con las ganas o con un sentimentalismo inmaduro, supone una verdad como un templo. Para mí ese es el verdadero éxito en la vida: hacer y vivir la vida que un día Dios pensó para mí; hacerle caso a su voz en mi corazón más profundo".
Enfatizó que estaba conciente del impacto que esto tendría en su comunidad que le sigue desde hace tiempo, en donde llegó a reunir más de 700 mil seguidores en Instagram y a los que cuestionó de qué le servía la fama si no era lo que anhelaba.
"Soy consciente de que es una decisión que seguramente 'el mundo' no entiende: una vida cómoda, una estabilidad, ciertos lujos y 'pocas preocupaciones', pero repito: ¿De qué me sirve todo eso si mi corazón anhela y me grita otra vida? Yo me niego a conformarme".
Luego dejó a la deriva la pregunta sobre si realmente estaba por abandonar definitivamente las redes sociales o volvería, ya que va a entrar al seminario con miras a llegar a graduarse como sacerdote; sin embargo, dijo que todo septiembre seguirá activo en sus redes.
"No sé si volveré en unos meses por aquí. Ya se verá. Por lo pronto, este mes de septiembre seguiré subiendo cosas con normalidad y te seguiré compartiendo mi vida, preguntas que puedan surgir a raíz de este vídeo, comentatas con mi madre y lo que vaya surgiendo. También tengo compromisos con marcas que tengo que respetar y que quiero hacer bien, como he procurado hasta hoy".
Cerró lanzando un llamado a que la gente se sume a enviarle buenos deseos para rezar porque encuentre la fortaleza para culminar su cometido que es ser un líder de Dios, el cual -apuntó- no sería realmente sencillo.
"Lo que te pido es que si quieres, que reces por mí. Para que no me guarde nada. Para que mi entrega sea entera, aunque no vea resultados ni frutos. Para que, también en los momentos malos, me repita una y otra vez: solo Dios basta".
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¿Cómo es la vida de los sacerdotes?
La vida religiosa de un sacerdote católico es una vocación de servicio y entrega total a Dios y a su comunidad. No se trata simplemente de un trabajo, sino de una forma de vida que abarca todos los aspectos de su ser. Aunque las rutinas diarias pueden variar, los deberes y el rol fundamental de un sacerdote se mantienen constantes.
El rol fundamental del sacerdote
El sacerdote es, por su ordenación, un "puente" entre Dios y los hombres. Sus funciones principales, según la Iglesia Católica, son:
- Administrar los sacramentos: Este es uno de los pilares de su ministerio. El sacerdote es el encargado de celebrar la Eucaristía (la Misa), bautizar, escuchar confesiones y otorgar la absolución (sacramento de la Reconciliación), ungir a los enfermos, y en algunos casos, confirmar.
- Anunciar el Evangelio: La predicación es una tarea central. El sacerdote guía a su comunidad a través de la Palabra de Dios, a menudo a través de sermones (homilías) y catequesis.
- Pastorear al pueblo de Dios: El sacerdote es un pastor que guía a su "rebaño" espiritual. Esto implica ser un consejero, un mediador, un consolador, y un líder para su comunidad, ayudándolos en sus necesidades espirituales y, en muchos casos, también en las materiales.
El día a día de un sacerdote
La rutina de un sacerdote, especialmente de un párroco, está llena de responsabilidades y actividades que se dividen entre la oración, el servicio a la comunidad y la administración de la parroquia.
- Oración personal y comunitaria: La oración es el motor de la vida sacerdotal. Un sacerdote dedica tiempo a la oración personal, la lectura de la Biblia y la meditación. También está comprometido a rezar la Liturgia de las Horas (un conjunto de oraciones diarias que se rezan a lo largo del día).
- Celebración de la misa: La Eucaristía es el centro de su día. Un sacerdote celebra la Misa, generalmente a diario, y la preside con solemnidad y devoción.
- Atención pastoral: Un párroco tiene una agenda ocupada con la atención a los feligreses. Esto puede incluir escuchar confesiones, dar consejos espirituales, visitar a los enfermos y ancianos, oficiar bodas y funerales, y preparar a las personas para recibir otros sacramentos.
- Administración parroquial: Además de sus deberes espirituales, un sacerdote, como párroco, es el encargado de la administración de la parroquia. Esto implica la gestión de los recursos, la organización de eventos, la supervisión del personal y los voluntarios, y el mantenimiento de las instalaciones de la iglesia.
- Formación continua: Un sacerdote debe seguir formándose a lo largo de su vida. Esto puede incluir el estudio de la teología, la participación en retiros y conferencias, y la actualización de sus conocimientos para poder guiar mejor a su comunidad.
Desafíos y satisfacciones
La vida de un sacerdote, si bien puede ser gratificante, también presenta desafíos. La soledad, la crítica, la presión constante y los escándalos que han afectado a la Iglesia son algunos de los retos que enfrentan. Sin embargo, muchos sacerdotes encuentran un profundo gozo y satisfacción en su servicio, en el contacto directo con la gente, en el acompañamiento de las personas en los momentos cruciales de sus vidas y en el privilegio de ser un instrumento de Dios.
En resumen, la vida de un sacerdote católico es una dedicación incesante a su fe y a su comunidad. Su rol es ser un mediador de la gracia divina, un guía espiritual y un pastor para aquellos que le han sido confiados.
Mira aquí las declaraciones de Pablo García
KVS
