Los carriles superiores del puente atirantado conducen a la vía México Pachuca y al centro de la ciudad, también hacia la salida a Tulancingo y ciudad Sahagún y a Actopan e Ixmiquilpan y demás. Todo depende del sentido, el carril y el destino.
Bajo la impresionante estructura de toneladas de cemento y acero, los especialistas decidieron que era un buen sitio para edificar una glorieta con tres carriles en dirección surnorte/nortesur y dos más en dirección orienteponiente/ponienteoriente. Así como lo leyó usted está el sitio, es un verdadero caos.
Bajo el puente hay bahías para el ascenso y descenso del transporte público urbano y suburbano, pero no las respetan. Por aquí circulan diariamente al menos 12 rutas diferentes que transportan a centenares de usuarios a diferentes puntos de la zona metropolitana. A estos se agregan las rutas del transporte foráneo, las que van a municipios y demarcaciones más allá del territorio de la bella airosa.
Cómo se mencionó antes, la zona es un caos. El lugar se planeó, dicen, para facilitar el flujo vehicular, lo que no sucede, y en ningún momento se pensó en los peatones. Cuando la terminaron, ese mismo “alguien” determinó que con pintar unas cebras en las orillas era suficiente para salvaguardar la integridad de quienes deben cruzar el lugar.
No importaron los alumnos de la institución universitaria, ni las familias, ni los trabajadores que ahí deben abordar su transporte hacia quién sabe qué sitios. Lo importante para los “planificadores” de este enorme fracaso estructural era agilizar el tránsito. Fallaron.
Al menos nueve incidentes a la semana
Un checador que trabaja en la zona, de esas personas que venden boletos a quienes viajan hacia otros puntos del estado, accedió a platicar con MILENIO solo si su nombre y rostro no eran hechos públicos.
Dice que a la semana son testigos de al menos nueve incidentes viales y solo durante su horario de trabajo, que empieza a partir de las 7 de la mañana y termina a las 6 de la tarde “porque ya luego en la noche cuando ya no se ve nada igual ha habido accidentes fuertes”. A su juicio, la peor parte la tienen los peatones:
“No tienes una idea de cuántas veces he visto gente que están a casi nada, a casi nada de atropellarlos. Y luego pues tienes el cruce de los alumnos, si te das cuenta, igual ellos corren riesgo…”.
Al increíble riesgo que implica una obra mal planificada se suma la falta de precaución tanto de conductores como de peatones porque unos y otros tienen prisa y ni unos ni otros se dejan amedrentar.
Reportan falta de policías en la zona
Recuerda una anécdota que pasó hace poco. Dice que un automovilista intentó privar de su libertad a una niña:
“Intentaron levantar una morrita, era una niñita como de seis años, se la querían llevar, quién sabe si era su mamá o no, pero no se quería subir al carro y no conocía ni al bato y nos le acercamos mi compadre y yo, la niñita no supo contestar, estaba así como que en shock”. ¿La peor parte? Tardó la patrulla en llegar como media hora o 40 minutos, “cuando otras veces por cosita de nada, aquí llegan por montón en dos, tres patrullas bien llenas de cabrones y nada que ver”.
Le comentamos que las autoridades planeaban hacer algo para solucionar la problemática y confirmó que funcionarios del municipio y el estado llegaron al lugar:
“Estuvieron haciendo propuestas, pero no vinieron. De hecho presidencia quitó a las dulceras de aquí. Esas dulceras yo las conozco y se ganan la vida todos los días pues con ese negocio y ese gobierno manda a presidencia y las quita. Había un carnalito que traía una carretilla, ese carnalito estaba un poquito malo de su pie, igual lo quitaron un sábado y el lunes supuestamente iban a iniciar. Ya pasó el lunes y no han iniciado nada, ni siquiera un cambio de vialidad ni nada. Más o menos si tiene como ocho días. El lunes pasado de la semana pasada tenían que haber empezado según su nueva remodelación porque quitaron a todos, todos los dulceros que estaban allá, a todos los quitaron”.
