El periodismo de investigación alza la piedra donde se esconde el sapo, el periodismo de datos descubre las características de los anfibios del estanque y el narrativo cuenta la historia del bicho de ojos saltones que huyó de un cuervo pardo que, hambriento y presuntuoso, persiguió al batracio hasta que logró ocultarse.
Estas tres vertientes del mejor oficio del mundo tienen algo en común: generan agenda propia. A través de hallazgos derivados de pesquisas, análisis estadísticos y relatos desenfadados crean ecosistemas noticiosos que ofrecen a las audiencias contenido exclusivo, novedoso o singular.
Atendiendo a la necesidad de impulsar historias originales, hace tres años lanzamos una nueva área de Investigaciones y Asuntos Especiales, un espacio desde donde se generan cinco reportajes a la semana. Los productos suelen circular en todas las plataformas de Grupo MILENIO y con frecuencia agitan el debate público.
Un equipo de reporteros especializados acude a mecanismos de transparencia, elabora bases de datos, traza líneas de tiempo y desclasifica archivos gubernamentales para descubrir los escondrijos del “sapo”, ese animal escurridizo que difícilmente se deja ver en una conferencia de prensa.
Los agentes de la DEA que entregaron información a cárteles mexicanos, el modus operandi de los capos del crimen organizado, la tortura a testigos del caso Ayotzinapa, la cena secreta de Norma Piña con Alejandro Moreno o la colección de armas de Genaro García Luna son “sapos” que no caen de un árbol, aparecen luego de semanas o meses de levantar piedras.
Infografistas, ilustradores, fotógrafos y camarógrafos, diseñadores y un verificador de datos acompañan la producción de las primicias que deambulan por los pasillos de MILENIO Diario, MILENIO Digital, MILENIO TV y Canal 6, para luego ser distribuidos en las redes sociales de Grupo Multimedios.
El periodista español, Miguel Ángel Bastenier, (1940-2017) solía decir que el periodismo de calidad impulsa una “agenda propia, aquello que nos pertenece en exclusiva, que hemos conseguido de manera personal e intransferible”. El sello distintivo de cada medio —insistía en sus talleres— está en posicionar enfoques particulares.
MilenIA: Inteligencia Artificial
La proliferación de herramientas informáticas nos motivó a planear, diseñar y debutar a MilenIA, Central de Datos e Inteligencia Artificial, un módulo donde colaboran expertos en estadísticas y reporteros de política. La magia surge cuando el trabajo colaborativo une la cifra rigurosa con el análisis de coyuntura.
A principios de este 2024 publicamos la primera entrega del área. La posibilidad de mirar el estanque a través de unos robots entrenados para procesar millones de conversaciones en redes sociales nos permitió reportar a los lectores la temperatura de la elección presidencial.
Así supimos que Claudia Sheinbaum generaba sentimientos positivos en 60 por ciento de los usuarios de la aldea digital, al tiempo que Xóchitl Gálvez promediaba reacciones de alegría y confianza en 30 por ciento de los internautas.
A lo largo de los meses las preferencias hacia las candidatas subían o bajaban, pero a fin de cuentas nuestras herramientas de Inteligencia Artificial pronosticaron con alta precisión los resultados electorales.
El desafío de realizar mediciones en tiempo real durante los debates presidenciales, capitalinos y regios, también nos dejó una buena experiencia.
La gente expresa en los medios sociodigitales quiénes son sus héroes y villanos. Solemos acompañar estos ejercicios con gráficos interactivos.
El periodista argentino, Martín Caparrós, señala en sus conferencias que “vivimos bajo el imperio de la cifra: nunca los números tuvieron tanto peso en nuestra visión del mundo. Todo parece mensurable; instituciones, gobiernos, universidades, empresas gastan fortunas en computar las variables más recónditas y las más visibles... Todo tiene un número”.
Estamos ante la adaptación del ojo a esa mirada: la de lo medible. Ahora recurrimos a MilenIA cada vez que la coyuntura lo permite.
DOMINGA: periodismo narrativo
Cuando concluyó la batalla electoral de México, encendimos los motores de DOMINGA, revista digital de periodismo narrativo que veníamos ideando desde un año antes. La intención era, y es, contar cuentos de la vida real, tan apegados al rigor de las ciencias sociales como cercanos a las técnicas literarias.
Cada fin de semana publicamos ocho historias de temas tan diversos como el Cártel de las escobas mágicas o el club social más exquisito del país. Ahí caben igual la crónica de los fantasmas que deambulan en el fascinante museo del muralismo, el trágico funeral de la mamá de El Chapo Guzmán o el bisabuelo desalmado de la familia LeBarón.
El equipo que confecciona este telar pone coco, sazón y corazón en cada pieza.
Ya lo decía Gabriel García Márquez: “escribe como cuando quieres captar la atención de tus tías, pero sabiendo que la ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón”.
La argentina Leila Guerriero lo explica de la siguiente manera en sus cursos de periodismo narrativo: “encontrar un punto de vista es sinónimo de tener la historia clara en la cabeza. Si saben qué es lo que van a contar, pueden establecer las bases para lo que van a hacer”.
Y para eso hay que chambear, reportear. “Si nos quedamos suficiente tiempo —dice Guerriero—, siempre ocurre algo interesante. Es como ser un pescador. Si eres un buen pescador, te quedarás horas hasta que puedas encontrar un pez interesante”.
DOMINGA, MilenIA e Investigaciones Especiales constituyen tres formatos para generar contenidos propios, tres maneras de mirar un sapo. Ya vendrán en el futuro cercano otros productos periodísticos.
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