Las personas en prisión también son condenadas al anonimato. Pero por primera vez en México, quienes están privados de la libertad, preventiva o con sentencias condenatorias, podrán tramitar su credencial desde prisión, para dejar de ser sólo parte de una cifra y recobrar su derecho a la identidad.
El INE se alista para arrancar una campaña inédita de credencialización que permitirá que la población en prisión tenga una identificación oficial con sus datos y una fotografía reciente, y quienes todavía no tienen una sentencia puedan seguir ejerciendo su derecho al voto.
Pero, además, para que el Estado tenga certeza de los nombres y apellidos reales de quienes están en las cárceles, lo que a su vez, impactará en otros ámbitos de seguridad como la búsqueda de personas.

Paola Zavala, de la Organización Comunitaria por la Paz (Ocupa), que junto con otras organizaciones colaboró con el INE para este programa, detalló que lograr que las personas en prisión tengan una identificación con sus datos reales, debería ser una prioridad del Estado desde hace tiempo y que finalmente, comienza a materializarse por una sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
“Es súper importante el derecho a la identidad, que tengan un nombre y apellido frente al Estado, porque en el ambiente delictivo muchas personas se cambian el nombre o solo están con los alias y no los pueden identificar. Los detienen sin ninguna identificación y al entrar a prisión dices que te llamas, Alma González, pero no es ése tu nombre.
“Y entonces, tampoco pueden rastrear ningún tipo de información de estas personas, por eso el Estado tiene que ser el primer interesado en que todas las personas adentro tengan una credencial con un nombre, con una huella digital, con una foto, tanto ahora que estas personas están dentro como cuando van a salir”.
Calle 13 dice en su canción Prepárame la cena: “no soy un número ni parte de una cifra, aunque se paga por igual la misma tarifa y todos caminamos con la misma camisa”, estrofa que Zavala recuerda para señalar que esta realidad es muy grave en México, pues las personas en prisión son un número sin certeza de su identidad real.
“Ahora, pasar de una cifra a nombres, implica derechos, pero también una vinculación muy grande, por ejemplo, en temas de búsqueda, porque puede ser que alguien esté en prisión y la gente los está buscando, y para saber si están ahí deben ir cárcel por cárcel y se enfrentan, además, a todos los problemas de cada sistema penitenciario local”.
En el último trimestre de este año, el INE arrancará una campaña para devolverles el derecho a la identidad y para quienes aún no tienen sentencia, garantizar que sigan ejerciendo su derecho al voto.
Esto cambiará el que las personas en prisión relegadas de la ciudadanía y afectadas por el anonimato, más allá de sus familiares o seres queridos con quienes siguen en contacto, puedan ser identificadas y cuando recuperen su libertad, no enfrenten discriminación y en lugar de la reincidencia puedan comenzar su reinserción social.
El Consejo General del INE aprobó los Lineamientos para la credencialización de Personas Privadas de la Libertad (PPL) para que cualquier persona en prisión pueda solicitar su credencial y trasladar Módulos de Atención Ciudadana a los centros penitenciarios en donde se hará la toma de datos biométricos para ser parte del padrón electoral a quienes de manera voluntaria, así lo hayan solicitado.
La Constitución establece que las personas sentenciadas por un delito y que estén presas, pierden sus derechos como ciudadanas, principalmente los político-electorales. Sin embargo, por primera vez, el INE hará posible el derecho a la identidad que en automático perdían sin que ninguna ley lo validara así.
MILENIO confirmó que el INE ya trabaja para este mismo año arrancar un programa piloto, por lo que ya cuenta con la colaboración del Sistema Federal Penitenciario, pero también con los gobiernos de Oaxaca, Guanajuato, Querétaro y Morelos que fueron los primeros en manifestar su interés en que se sume a las prisiones estatales.
La base de arranque para el INE, serían los 214 centros penitenciarios en los que pudo implementarse el voto anticipado en las elecciones federales de 2024, donde se garantizaron condiciones de seguridad tanto para el personal electoral como para las personas internas, jornada en la que 26 mil 569 Personas en Prisión Preventiva pudieron ejercer su derecho al voto.
El Cuaderno Mensual de Información Estadística Penitenciaria Nacional a cargo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, reportó al corte de junio pasado, 99 mil 924 personas en prisión preventiva, de las cuales 92 mil 236, el 93 por ciento son hombres y siete mil 688, el siete por ciento, son mujeres.

Dos tipos de credenciales: personas con sentencia o en prisión preventiva
Con la aprobación en el INE de lineamientos el 28 de agosto, las Personas Privadas de la Libertad (PPL) tendrán derecho a tramitar su credencial, pero con efectos distintos para las Personas en Prisión Preventiva (PPP) y las Personas con Sentencia (PS).
Las Personas en Prisión Preventiva podrán solicitar su credencial de elector como la ciudadanía en general, que les servirá tanto de identificación como para ejercer sus derechos político-electorales, es decir, estarán registradas en el padrón electoral y en la lista nominal, para que puedan votar en las elecciones como lo hicieron en 2024.
Y las personas que están cumpliendo una sentencia recibirán una credencial que solo les servirá como identificación, por lo que estarán solo en el padrón electoral, pero con el estatus de “suspendida o suspendido en sus derechos político-electorales”, como indica la Constitución.
Esto deja a salvo sus derechos para que cuando obtengan su libertad, ya sea porque cumplieron su sentencia o porque cambie su situación jurídica, puedan en cualquier momento pedir al INE que su credencial reconozca sus derechos político-electorales para también votar.
Esto evitará el mal uso de las credenciales de elector de personas sentenciadas, como sucedía en trampas electorales donde votaban los presos, por lo que, quienes tengan una sentencia no aparecerán en las listas nominales por lo que no podrían participar en una jornada electoral.
Mientras que, en el caso de prisión preventiva, aunque su credencial sí será para votar, no podrán hacer mal uso, pues únicamente podrá utilizarse en los módulos dentro de prisión cuando se realice la jornada de voto anticipado. Con lo que el INE garantiza un blindaje al mal uso de estas credenciales en los procesos electorales.
Identificación ayudará en reinserción social
Cuando salen de prisión, las personas privadas de la libertad se enfrentan a un mundo en el que no existen, no pueden conseguir un empleo y mucho menos rentar una casa o abrir una cuenta bancaria para reiniciar su vida, pues requieren de un documento elemental: una identificación.
“Esta circunstancia incrementa su estado de vulnerabilidad y es un factor de riesgo para la reincidencia. Y aunque la reincidencia delictiva se explica por factores estructurales más complejos relacionados con la desigualdad o la precariedad laboral, la falta de un documento de identidad oficial es un elemento más de exclusión, situación que también se busca remediar a través de estos lineamientos.
“Es importante destacar que este instrumento es solo un marco general que se adaptará a cada uno de los convenios que el INE firme, en su momento, con los distintos sistemas penitenciarios del país”, explicó el consejero Arturo Castillo, presidente de la Comisión del Registro Federal de Electores.

¿Cuándo inicia la campaña y qué se necesita para tramitar la credencial?
El Instituto Nacional Electoral ha trabajado de la mano con el Órgano Administrativo desconcentrado de Prevención y Reinserción Social, con la Conferencia Nacional del Sistema Penitenciario y con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, y reforzará sus convenios en las próximas semanas para poder comenzar la campaña de información tanto dentro como fuera de los penales en el último trimestre de este año.
La campaña intensa será para que las personas en prisión sepan que podrán volver a gozar de este derecho y en el exterior de los penales, para que los familiares se coordinen para el trámite.
Las Personas en Prisión Preventiva que se acerquen a estas campañas y quieran inscribirse en el padrón electoral, necesitan los siguientes documentos:
- Comprobante de nacionalidad mexicana (acta de nacimiento o carta de naturalización).
- Comprobante de domicilio.
- Identificación con fotografía.
- Formato de solicitud de expedición de credencial y quién será su enlace.
Estos formatos se ofrecerán como parte de la propia campaña para que quienes tengan este interés puedan solicitarlo. Sin embargo, el INE también prevé diferentes alternativas para facilitar el trámite.
Por ejemplo, si la persona no cuenta con un comprobante de domicilio o sus familiares no desean aportar el de sus hogares, podrán solicitar que aparezca la dirección del centro penitenciario en el que se encuentran recluidos, o la entidad y municipio correspondiente a éste.
Además, en caso de que no cuenten con un comprobante vigente, pero tengan la oportunidad de seguir utilizando el último con el que tramitaron su credencial antes de estar privadas de la libertad, estas personas podrán solicitar que se mantengan los datos de su último trámite.
Si no tienen una identificación con fotografía, podrán solicitar al INE una búsqueda en la base de datos del padrón electoral, es decir, su última credencial.
El enlace, es el contacto de una persona de confianza que quieran que los represente en el trámite. Lo que es opcional.
La Comisión Nacional de Vigilancia del INE recibirá el trámite y determinará su procedencia o si no cuenta con los elementos necesarios para continuar, lo que será notificado a la persona para que pueda complementar los requisitos o en todo caso, interponer un juicio ante el Tribunal Electoral.
La Defensoría Pública Electoral del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación también participará para auxiliar a la población en prisión en estos trámites.
Los módulos del INE ingresarán a los penales
Con autorización previa y una logística que permita el ingreso a los penales donde se credencializará a la población privada de la libertad, el INE habilitará Módulos de Atención Ciudadana itinerantes para concluir estos trámites.
Desde estos módulos, tomarán los datos biométricos de cada persona que haya tramitado su solicitud como sucede en las sedes del INE.
La Comisión Nacional de Vigilancia establecerá el procedimiento de entrega de credenciales que será únicamente de manera personal en lo centros penitenciarios, pero que también, podrán tener la posibilidad de solicitar que sea el INE el que se los resguarde por un plazo máximo de 10 años.
“La entrega de la credencial deberá efectuarse de manera directa y personal a su titular, quien deberá acreditar su identidad al momento de la recepción. La Dirección Ejecutiva del Registro Federal de Electores conservará copia digitalizada de la constancia de entrega de la credencial.
“La credencial deberá ser entregada exclusivamente a la persona solicitante, una vez entregada a su titular, ésta podrá optar por que el INE pueda resguardar su credencial durante los 10 años de vigencia, contados a partir del año de su emisión.
“Concluido dicho plazo sin que la persona titular acuda por su credencial, ésta será destruida, lo cual le será informado al titular de manera directa o a través de su Enlace, siempre y cuando los datos de contacto y su situación jurídica lo permitan, debiendo privilegiar que la notificación sea por conducto del Centro Penitenciario”, indican los lineamientos.
No será fácil, algunas personas no tienen ni acta de nacimiento y penales no permitirán el resguardo
Paola Zavala, de la Organización Comunitaria por la Paz (Ocupa), alertó que este proceso podría llevar varios años para lograrse como un derecho generalizado para las Personas Privadas de la Libertad en todo el país, pues es un problema estructural que el Estado no ha dimensionado y que rebasará las facultades del INE.
Explicó que, por ejemplo, el primer reto será que muchas personas en prisión no cuentan con un acta de nacimiento para corroborar sus datos reales, por lo que tendrá que haber una segunda etapa en la que colabore el Registro Civil con el INE.
“No va a ser fácil, es una bronca empezando por las actas de nacimiento, habrá quiénes tengan un familiar que les ayuden a proporcionársela al INE para avanzar el trámite, pero otras que no”.
Otro problema será el proceso de entrega, pues hay penales que no permiten que los internos cuenten con ningún tipo de objetos, por lo que para la experta en reinserción social, es indispensable que el Estado ordene que sean los propios centros penitenciarios los que resguarden estas identificaciones.
“Creen que es un tema de consentirlos, dicen que no las pueden tener en la celda porque se pueden hacer daño, porque pueden extorsionar, porque mil cosas, pero entonces la autoridad tendría que resguardar estas credenciales y el día de su salida entregarles su ropa con una tarjeta de transporte y con su credencial de elector, me parece que es lo básico que el Estado tiene que darles, si es que es cierto que están comprometidos con un proceso de reinserción que comienza el día que ponen un pie afuera”.
El INE seguirá trabajando de la mano de las organizaciones y una vez que se tengan los primeros convenios con los centros penitenciarios con los que arrancarán el primer programa este mismo año, poder arrancar la campaña y tomar la experiencia en los aspectos que se deban corregir, para que finalmente, todas las personas en prisión puedan ejercer este derecho a la identidad.

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