Familiares y amigos y simpatizantes de Morena dieron el último adiós a Óscar Guajardo Gutiérrez, uno de los fundadores de este partido en Nuevo León.
Guajardo Gutiérrez falleció el pasado 28 de noviembre, dejando una biografía que atraviesa más de cinco décadas de historia política y social.
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Fue el pasado 29 de noviembre cuando el político y ex servidor público fue despedido en las Capillas del Carmen, a donde acudieron familiares y amigos.
Óscar Guajardo, quien nació el 10 de marzo de 1937 en el municipio de Hidalgo, Nuevo León, fue uno de los fundadores de Morena en el estado.
Nació en una familia de raíces obreras y campesinas, y años más tarde formó su propio hogar, se casó y fue padre de tres hijos y una hija, a quienes transmitió una idea sencilla, pero exigente de la vida: la política no es un espectáculo, sino una responsabilidad frente a la gente con la que se comparte el tiempo y la tierra.
Desde muy joven se vinculó con la vida política y social de Nuevo León.
A mediados de los años sesenta se incorporó a organizaciones estudiantiles y populares en Monterrey.
En ese contexto, en 1966 aceptó ser candidato de la izquierda a la presidencia municipal de Monterrey, en unas elecciones donde, por primera vez, una fuerza de izquierda obtuvo una votación visible en la ciudad, desafiando el monopolio político del régimen.
Esa etapa no fue gratuita: su nombre quedó registrado en informes de seguridad nacional como el de un dirigente incómodo, vigilado por apoyar mítines, huelgas y protestas en favor de los trabajadores y colonos de Monterrey.
Durante los años setenta, Óscar se volcó al movimiento urbano–popular y al mundo obrero: organizó colonias, acompañó luchas de trabajadores y tejió puentes entre estudiantes, obreros y habitantes de los barrios periféricos de la zona metropolitana.
Hacia finales de los años setenta, su trayectoria lo llevó al ámbito municipal. En ese periodo se desempeñó como Oficial Mayor del municipio de San Nicolás, en la etapa política vinculada a la figura de Ricardo Canavati Tafich, quien posteriormente sería alcalde de San Nicolás en el periodo 1983–1985.
En la ciudad de Monterrey, ocupó otro de sus cargos clave: fue director de Acción Cívica en las administraciones de Luis M. Farías y de Oscar Herrera Hosking, ambos alcaldes de Monterrey en la década de los ochenta.
A principios de los años ochenta dio un giro decisivo hacia el corazón del sindicalismo oficial: se incorporó a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en Nuevo León, donde ocupó un puesto de relevancia política al lado de su secretario general, don Raúl Caballero Escamilla, figura central del movimiento obrero en el estado desde 1971 hasta su fallecimiento en 2001.
Su experiencia político–organizativa lo llevó también a la estructura partidista.
En esos mismos años se desempeñó como Oficial Mayor del PRI en NL durante la dirigencia de José Natividad González Parás, antes de convertirse en gobernador del estado.
Ya en las décadas recientes, fue de los fundadores y precursores de Morena en Nuevo León, participó en la construcción del partido desde abajo y se convirtió en referente del Comité Municipal de Morena en Hidalgo, NL, donde era reconocido como un militante histórico, respetado por su trayectoria y por su coherencia.
Hasta el final de su vida, permaneció ligado a su municipio y a los trabajadores.
En Hidalgo, Nuevo León, se le recuerda como “muy querido por el pueblo”, como un hombre que no se distanció de las causas obreras ni de las luchas comunitarias, incluso cuando ocupó cargos dentro del gobierno, del sindicato o del partido.
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