La familia Cisneros soportó las condiciones inhumanas de La Bestia, sus peligros y las inclemencias del clima en busca del “Sueño Americano”. Sabían que a su llegada a Ciudad Juárez aún debían desafiar las aguas del Río Bravo y, una vez en Estados Unidos (EU), cruzar el cerco de púas; estaban dispuestos a ello hasta que en su camino se les atravesó una barrera más: una valla humana.
Los ‘diques’ que construyeron aquel cerco provenían del Instituto Nacional de Migración (INM), la Policía Municipal y Guardia Nacional. Sus ‘cimientos’ se asentaron el 3 de octubre pasado a un costado del también llamado Río Grande, a la altura de El Paso, Texas, en donde los Cisneros pretendían entregarse a la Patrulla Fronteriza de EU y pedir asilo político.
El despliegue pretendía disuadir el cruce de migrantes hacia los Estados Unidos por la Puerta 36 de El Paso, en Texas. Su presencia desmotivó e incluso intimidó a unos cuantos ante el eventual riesgo de ser devueltos al sur: “Mire, no nos dejan cruzar hacia aquel lado. (...) Si nos movemos para un lado, se mueven ellos con nosotros. Si nos devolvemos luego lo hacen ellos también”, relató Gleaner Cisneros.
Gleaner, su esposa, sus dos hermanos y las esposas de ellos llegaron a la ciudad de Chihuahua junto a un grupo de venezolanos tras un viaje de 17 horas. El trayecto tomó más tiempo del esperado por la baja velocidad con la que La Bestia corrió, pues sus vagones de carga alojaban a mujeres embarazadas, madres con sus hijos en brazos e infantes; mientras que los pasajeros de sus techos extendían cobijas y ropa para soportar las impiedades climáticas y el metal caliente en el que reposaban.

Tras descender, se dirigieron directamente al bordo del Río Bravo en donde se toparon con los oficiales de Migración que les inhibieron el paso; algunos de los cuales fueron observados portando toletes. El grupo de migrantes decidió aguardar a que la oscuridad de la noche les ayudara a burlar esa primera barrera desplegada por las autoridades mexicanas.
Manuel Alfonzo Marín Salazar, titular del INM de Chihuahua, informó que el despliegue del operativo tenía dos fines: realizar la migración de forma ordenada y evitar que migrantes pernoctaran a orillas del Río Bravo llevándolos a albergues. Sin embargo, la medida resultó deficiente en cuanto cayó la tarde.
Burlan valla mexicana
La noche llegó a Chihuahua y aunque los oficiales mexicanos aún resguardaban la frontera, decenas de migrantes se dirigieron a toda velocidad hacia el Río Bravo movidos ya no sólo por el temor a ser arrastrados por las fuertes corrientes, también a ser interceptados por las autoridades de la tierra azteca.
Algunos lo lograron. Por fin pisaban la “tierra de las oportunidades” y ahora sólo restaba atravesar el alambre de púas que en días recientes colocó la Guardia Nacional de Texas; la última barrera física para poder acceder al asilo político.
Ahí los migrantes esperan una oportunidad para retirar parte de la alambrada y así llegar hasta el muro metálico, donde la Patrulla Fronteriza abre las puertas y los recibe para trasladarlos a centros de detención, donde las autoridades determinan quién será presentado ante un juez para su asilo político, y quién será retornado a México.
“Ya nosotros nos arriesgamos y cruzamos para el otro lado. Nos encontramos a la espera de ver qué pasa. Hay que esperar ahora a ver qué pasa, que los estadounidenses autoricen la pasada”, dijo uno de los hermanos Cisneros.
“En nombre de Dios todo va a salir bien”.

La puerta 36
La Puerta 36 se ha convertido en uno de los objetivos más anhelados por cientos de migrantes. Quienes logran llegar a este punto — altamente protegido por las naciones de EU y México — han permanecido hasta cinco días en espera de atención de las autoridades estadounidenses.
En ese acceso, se someten a una evaluación y deben comprobar a las autoridades que alguien los recibirá en la nación estadounidense.
Se estima que más de 200 personas al día cruzan de manera irregular a EU por toda la frontera Tijuana-San Diego, California. Las cifras llegan a rondar hasta 500 extranjeros en fin de semana.
ASG