Especialistas y autoridades prevén un aumento de padecimientos en niñas y adolescente como angustia, depresión, ansiedad e incluso lesiones autoinfligidas provocado por las medidas de confinamiento debido a la pandemia de covid-19.
Durante el octavo conversatorio “Cuidado de la salud mental de la niñez, la adolescencia y sus familias”, que se realizó por videoconferencia a través de redes sociales, convocado por la Secretaría de Gobernación; expertos en la materia urgieron poner atención en estos posibles efectos.
Dicho grupo de ponentes coincidió en que las autoridades de los tres órdenes de gobierno deben reforzar los sistemas de salud mental por el previsible aumento de padecimientos, así como por atestiguar o ser víctimas de alguna violencia que les provoque miedo, tristeza o duelo por la pérdida de familiares.
En ese sentido, el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) de la Segob, hizo un llamado para que los jefes y jefas de familia establezcan "una atención amorosa con ánimo positivo en los hogares para evitar problemas de salud mental de este sector de la población durante la emergencia sanitaria por covid-19".
Los especialistas subrayaron que dicha atención debe ser para propiciar que la "nueva normalidad" genere confianza entre quienes integran este sector de la población.
El secretario ejecutivo del Sipinna, Ricardo Bucio, con participación de la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, convocó a dichas expertos a expresar sus puntos de vista en la serie de conversatorios sobre temas enfocados a garantizar los derechos de este sector de la población durante la emergencia sanitaria y hasta que la autoridad sanitaria federal declare el fin de la misma.
Asimismo, los expertos integrantes de instituciones médicas, académicas y de investigación en las ramas de psiquiatría y psicología, que participaron en el conversatorio, resaltaron la necesidad de observar a la adolescencia como un sector de la población heterogéneo con diferencias sustanciales según género, edad, contexto socioeconómico, historia familiar y trayectoria personal, factores que otorgan singularidad a cada persona que pertenece a esta población de entre 12 y 17 años de edad.
Indicaron que es necesario transformar malestares en acciones positivas como escuchar y respetar sus emociones y opiniones para, desde su autonomía, construir un espacio seguro en el hogar para ellas y ellos. Asimismo, permitir que continúen a distancia sus relaciones con amigas y amigos o parejas.
En este sentido, propusieron acciones como "reforzar el rol de padres, madres y personas cuidadoras de niñas, niños y adolescentes para establecer ánimo positivo en el hogar; que descubran sus capacidades internas y externas para afrontar las medidas temporales de autoconfinamiento; asegurar que ellas y ellos cuenten con espacios y momentos de privacidad; entender que los momentos de alejamiento son parte de su desarrollo y apoyar sus actividades escolares para que no generen angustia y frustración".
bgpa