En el Estado de México hay 113 hombres recluidos en el Centro de Rehabilitación Psicosocial Nezahualcóyotl, con discapacidad psicosocial o física, dio a conocer Ricardo Vilchis Orozco, visitador general de Supervisión Penitenciaria de la Comisión de Derechos Humanos del estado (Codhem).
De igual manera informó que de 2016 a 2018 la comisión emitió tres recomendaciones relacionadas con el tratamiento de personas inimputables, principalmente por no seguir los protocolos para determinar su situación mental.
La 24 y 30 fueron emitidas en 2016.
“La recomendación 13 formulada en 2017 fue porque una persona del pabellón penitenciario, quien había sido declarado inimputable se encontraba en un centro penitenciario, esto va contra los estándares internacionales; toda persona declarada judicialmente inimputable debe de ser ingresada a un centro de salud psiquiátrica”.
De acuerdo con el especialista, cualquiera que presente algún padecimiento mental debe ser evaluado por un médico y un psicólogo al momento de ingresar a una prisión para determinar su salud, tanto física como mental.
“De tal manera que en el área médica deben tener cuidado para detectar algunas discapacidades, que pueden ser natas o adquiridas, temporales o permanentes”, detalló.
Sin embargo, indicó que pese a las recomendaciones de la Codhem, a través de informes como el que publicó el 21 de agosto, la entidad cuenta sólo con un psiquiatra especialista en la atención de reclusos con padecimientos mentales.
Señaló que dicho documento contenía el reporte de los Derechos Humanos de las personas privadas de su libertad, “insistimos en que se incremente la plantilla de personal en psiquiatría”.
El visitador indicó que, además, en penales como el de Santiaguito, ubicado en Almoloya de Juárez, han dispuesto espacios para atender a reclusos que padecen discapacidad.
“En ese centro informó, hay una población de 60 con este tipo de padecimientos”.
Agregó que en el estado, en los penales de Chalco, Ecatepec, Bordo de Xochiaca, Texcoco y Tlalnepantla han detectado que personas privadas de su libertad viven con padecimientos mentales sin la atención necesaria, es decir, que no están medicados ni cuentan con espacios para atender su situación.
“Establecimos que se acondicione el espacio en los centros penitenciarios para que sea posible desarrollar actividades en condiciones de igualdad”, informó.
LC