En las distintas unidades del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos han comenzado a causar alta estos diminutos soldaditos que llegaron a cumplir un sueño: portar el uniforme.
Desde la Base Aérea Militar Número 1 en Santa Lucía, Estado de México, Edgar es auxiliado por sus tías para acomodarse un overol y gorra de piloto aviador, toma sus medicamentos, un tentempié, y se dispone a pasar lista en la pista de aterrizaje. Se integrará al Escuadrón Aéreo 301 y se estrenará a bordo de una aeronave C-295.
Edgar, apenas cumplirá siete años, padece una parálisis cerebral por una hidrocefalia, tiene dificultades para hablar y para mover sus extremidades, pero todo lo comprende, sus gesticulaciones expresan felicidad, y gracias a la Fuerza Aérea, cumplió un sueño.
"Soldado Edgar, sigue adelante como hasta ahora, abre tus alas y vuela para que tus sueños se hagan realidad y cuando lo necesites no dudes en regresar a este nido de águilas el cual te recibirá con los brazos abiertos y una gran sonrisa.
“De ahora en adelante, en cada miembro de este escuadrón encontrarás un compañero con quien contar para ayudarte a volar hasta donde quieras llegar con honor valor y lealtad", son las palabras de bienvenida que expresa la teniente piloto aviador de Fuerza Aérea, ante el Comandante de la Base Aérea Militar Número 1, el general Edgar Salvador Rodríguez Franco, y el Comandante del Escuadrón 301, Ignacio Aldama Vega.
La visita inicia con el parte de novedades en el escuadrón y el pasó de revista a las aeronaves, para después abordar una unidad en la que será desplazado al otro lado de la pista.
A estos pequeños, les llaman “soldados honorarios”, habitualmente son familiares de personal militar, y desde 2016 la Secretaría de la Defensa Nacional implementó el programa en todo el país para motivar e incentivar los valores militares en niños menores a 15 años que padezcan alguna enfermedad crónica degenerativa o discapacidad, o bien, menores que destacan por sus buenas calificaciones.
“Tuvimos la fortuna de que lo nombraran piloto honorario el día de hoy, nos parece perfecto, porque es una forma de inclusión para los niños con este tipo de discapacidad”, dice a MILENIO, Edgar de la Cruz, padre del menor.
Este programa que llevan a cabo las diferentes Dependencias o Instalaciones Militares del país. Busca fortalecer las relaciones civiles–militares, y les da el distintivo “Soldado Honorario”.
Tan solo en lo que va del año, la Secretaría de la Defensa Nacional ha otorgado 131 uniformes… y por primera vez, estos pequeños pixelados se integrarán a las diferentes brigadas y les acompañarán en el desfile militar el próximo 16 de septiembre.
La afición del pequeño Edgar por la milicia -explica su padre- es de familia; “Venimos también nosotros de padre militar, la familia línea directa, tíos, primos, todos andan por aquí”.
Para la fuerza Aérea, añade, “no tenemos palabras para agradecerle, él se emociona él lo manifiesta y no tenemos más palabras que decir”, pero el rostro de Edgar lo dice todo.
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