Abel Pacheco Díaz, quien habla el dialecto Ngiwa, también conocido como Popoloca, detectó que en la localidad de Los Reyes Metzontla, en el municipio de Zapotitlán Salinas y en la región sureste del estado de Puebla, conocido como el Valle de Tehuacán, un área con alta concentración de descendientes de los primeros habitantes de este grupo indígena, el uso de su idioma ya no está creciendo, y por el contrario está siendo reemplazado por el español.
Ante este panorama, Abel Pacheco Díaz estima que existe la posibilidad de que en 20 años podría desaparecer el Ngiwa o Popoloca en caso de que no se realicen labores reales para rescatarlo.
“Yo digo que sí, pero se está tratando de que no se pierda, pero como que va bajando. Como decíamos (hay) 100 personas (que lo hablan) y podría haber otras 50 (personas que lo entienden). Y así va bajando, entonces hay temor de que sí se pierda”, expresó el hablante.
El hombre, de 70 años de edad y quien asegura habla el 50 por ciento del dialecto Ngiwa, estima que en la región existen unos 6 mil habitantes de los cuales unos cien todavía hablan su lengua madre, “y unos cincuenta o cien todavía lo entienden, pero no lo hablan”.
Por ello, remarcó que la lengua Popoloca o Ngiwa se está perdiendo, a pesar de que algunos abuelos todavía lo hablan y recientemente en Los Reyes se han abierto talleres para aprenderla.
En su caso, Abel Pacheco cuenta que en su localidad sólo puede hablar con su prima, María, quien como él ya es un adulto mayor.
Asimismo, considera que entre los factores que existen para que sus vecinos y los habitantes de su comunidad no hayan aprendido el Popoloca es la pena que les provoca a algunos el que los relacionen con esa cultura, especialmente a los jóvenes.
“Ajá. Decían que no, que los que hablan esa (lengua) son personas muy indignas, entonces como por pena o por pereza dejaron de hablar”, expresó.
Otro factor, apunta fue la incorporación de maestros de otros municipios a las escuelas de su comunidad, quienes les empezaron a enseñar el español a los niños y a pedirles que no hablaran en Popoloca o Ngiwa durante las clases.
Crece el interés por aprender el idioma
Sin poder disimular su satisfacción, Abel Pacheco Díaz menciona que actualmente existen varios jóvenes que están interesados en aprenderlo, incluso, algunos hasta se están trasladando a otras localidades cercanas para aprender más vocablos, oraciones completas o para conocer sus variaciones “especialmente en la pronunciación”.
Entre los sitios a los que asisten está San Marco Tlacoyalco, perteneciente al municipio de Tlacotepec de Benito Juárez.
Aunado a ello, han publicado libros para difundirlo y a los pobladores que conocen y hablan el Ngiwa o Popoloca les han pedido acudir a las escuelas para enseñarles a los niños.
“Les dan tareas y llegan los niños a preguntar con nosotros cómo se dice, cómo se dice (algún objeto) y según hasta ahí. Pero los maestros están tratando de que los niños aprendan y de rescatar al dialecto”, comenta.
Con gusto, añade que algunos niños ya entienden el significado de algunas palabras, “pero algunas cuantas”.
Expresa que reflejo de ese furor, algunos jóvenes en un mes han aprendido lo básico e incluso ya lo pueden pronunciar y entender, aunque parcialmente. “Mi nieta ya lo puede hablar. Tiene 20 años y se llama Janaí Melchor Pacheco”, dijo.
Asimismo, cuenta que ella estudió enfermería y al concluir buscó empleo. Fue justamente al obtenerlo donde le propusieron aprender el dialecto. “Hay un curso ahí y le está gustando. Está aprendiendo”.
Variantes del Popoloca o Ngiwa
Reconoce que tal y como se práctica actualmente, el Popoloca o Ngiwa tiene variantes según el grupo o lugar donde se practique, lo que origina que incluso él no le entienda a algunas personas o solo parcialmente.
“Sí tiene variantes. Un poco de variantes. Algunas cosas como que no le entendemos”.
Indica que aceptaría gustoso enseñar en caso de que se lo ofrecieran, pero propondría que las personas mayores, que lo conocen mejor que él, participaran como sus asistentes.
“Eso es lo que me gustaría. Inclusive me gustaría que los que todavía hablan fueran como nuestros ayudantes Por ejemplo, si yo no puedo decir cómo se dice (alguna palabra) ellos podrían decir ‘digan esto’ o ayudar. Hay algunos abuelitos que si usted les pregunta cómo se dice esto no le contestan pues. ¿Cómo se dice esto? No pues. Porque ellos hablan directo su lengua y no le entienden al español. No pueden decir o entenderle si les pregunta cómo se dice esto o dar una entrevista”.
Da a conocer que hace poco a otra persona y a él, las autoridades los nombraron delegados para la enseñanza, difusión y preservación de este lenguaje en su comunidad.
“Nos juntamos con los vecinos de San Juanacingo, San Pablo Tlacoyalco, San Atlamacayuca, Unión Nahualtepan para compartir. Como tres veces nos juntamos, pero se desintegró”.
Los motivos los desconoce, esto a pesar de que sí llegaron a recibir proyectos a favor del Ngiwa, “pero se quedaba arriba y ya no llegaba acá. Eso fue como que ya no. Pero nosotros sí queríamos eso, que nos siguieran instruyendo para instruir aquí, pero hasta ahí se quedó, pero si hubiera aceptaría”.
Popolocas resisten al paso del tiempo
Los Popolocas o Ngiwas, como ellos mismos se denominan, son uno de los grupos indígenas menos conocidos, y representan a la tercera lengua indígena de mayor relevancia en el Estado de Puebla.
Los Ngiwa, junto con otros grupos étnicos emparentados, ocuparon la región sur y central del Estado de Puebla, la zona norte de Oaxaca, y tal vez la zona este de Guerrero y la zona sur de Tlaxcala.
El sureste de Puebla es considerado cuna de las lenguas pertenecientes a la familia lingüística Otomangue, los popolocas son representantes vivos de esta familia lingüística y están entre los pobladores más antiguos de esta región.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, el popoloca se encuentra presente en las comunidades de Tlacotepec de Benito Juárez: Colonia Cuauhtémoc, El Gavilán, El Mirador, Guadalupe, La Vírgen, Los Cerritos (La Chinua), Monte de Oro, Palo Verde, Piedra Hincada de la Soledad, Rincón de Sompantle, San Francisco Esperilla, San José, San José Buenavista, San Juan Zacabasco, San Marcos Tlacoyalco, San Martín Esperilla y San Pedro.
Además, San Gabriel Chilac: San Juan Atzingo. San Vicente Coyotepec: Nativitas Cuautempan (Santa María Nativitas Cuautempan), San Mateo Zoyamazalco, San Vicente Coyotepec. Tepanco de López: Buenavista, San Luis Temalacayuca. Tepexi de Rodríguez: Almolonga (Todos Santos), Cerro Guaje, Falda Corral de Piedra, Siete Lomas. Zapotitlán Salinas: Agua Mezquite, Los Reyes Metzontla y Zaragoza.
Por último, Santa Inés Ahuatempan: Barrio San Antonio Tierra Negra, Cerro Guaje, Falda Corral de Piedra, Mesa del Borrego, San Antonio Tierra Colorada y Santa Inés Ahuatempan.
Apoyan proyectos para proteger lengua
La Secretaría de Cultura, a través del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), seleccionaron 19 proyectos desde las convocatorias Artes Verbales de Lenguas Indígenas Nacionales en Riesgo de Desaparición y Músicos Tradicionales, cuyo objetivo es impulsar y dar visibilidad a las tradiciones culturales que enriquecen y dan identidad al país.
El jurado de Artes Verbales decidió apoyar 19 proyectos en 14 lenguas que provienen de siete familias lingüísticas, todas ellas con muy pocos hablantes vivos pertenecientes a 11 estados. Esta es la primera ocasión que se abre dicha convocatoria la cual se realiza en conjunto con el Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas (Inali), a propósito del Año Internacional de las Lenguas Indígenas.
Sobre las actividades, se realizarán compilaciones y monografías sobre elementos que expresen la memoria y las formas de entender el mundo de los pueblos originarios, biografías de vida de quienes han sido portadores de dichas lenguas y se harán registros de expresiones orales en las que se engloban cantos, cuentos, adivinanzas, juegos y narraciones, entre otros.
Las lenguas que se busca preservar son: kumiai y cucapá de la familia cochimí-yumana, de Baja California; popoloca de Puebla, tlahuica del Estado de México y chocholteco de Oaxaca que pertenecen a la familia oto-mangue.
También el ixil de Campeche y Quintana Roo y lacandón de Chiapas, ambos del idioma maya; así como el ayapaneco, de Tabasco, oluteco y texistepequeño de Veracruz, estos últimos de la familia mixe-zoque.
El chontal de Oaxaca; seri de Sonora y las lenguas pima y guarijío de Chihuahua y Sonora, ambas de la familia yuto-nahua. Cabe destacar que las lenguas oluteco y el ayapaneco tienen actualmente menos de 100 hablantes.
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