En el primer trimestre de 2025, un total de 2,419 guanajuatenses fueron deportados desde Estados Unidos, en su mayoría hombres jóvenes de entre 18 y 40 años, según datos del Instituto Nacional de Migración (INM). Con esta cifra, Guanajuato se posicionó como el segundo estado del país con más deportaciones en ese periodo.
Durante enero, cuando asumió el poder el presidente estadounidense Donald Trump, se registraron 954 deportaciones, de las cuales 852 correspondieron a hombres y 102 a mujeres.

En febrero la cifra bajó a 725 personas (682 hombres y 43 mujeres), mientras que en marzo fueron deportadas 740 personas, incluyendo 711 hombres y 29 mujeres. En total, Estados Unidos deportó a 2,245 hombres y 174 mujeres guanajuatenses en los primeros tres meses del año.
A nivel nacional, Guanajuato solo fue superado por Guerrero, que registró 2,464 personas deportadas. Le siguieron Chiapas (2,327), Puebla (2,312) y Michoacán (2,138).
Pese a estas cifras, la subsecretaria de Atención a las Personas Migrantes en Guanajuato, Susana Guerra Vallejo, afirmó que las deportaciones siguen siendo menores a las del mismo periodo de 2024, cuando la presidencia de EE.UU. estaba en manos de Joe Biden.
“Sí podemos decir que se está empezando a incrementar un poquito, pero en enero, febrero y marzo el número de deportados fue menor que en los mismos meses de 2024. Hay una tendencia más baja”, señaló.
Apoyo estatal para migrantes retornados
Ante este panorama, el gobierno de Guanajuato activó el programa “MigranTe Quiero” para brindar apoyo a los migrantes repatriados. Hasta ahora, se han recibido 315 solicitudes, de las cuales se han otorgado:
- 73 apoyos económicos,
- 91 apoyos para proyectos productivos,
- Cerca de 20 actas de nacimiento.
También se han atendido necesidades en materia de salud, campo y documentación oficial.
Los municipios con mayor número de atenciones han sido:
- Jerécuaro (20 casos)
- Doctor Mora (16)
- Manuel Doblado y San Miguel de Allende (14 cada uno)
- Villagrán (13)
- Pénjamo (12)
Guerra Vallejo advirtió que el gobierno estatal se mantiene en alerta, ya que el número de deportaciones podría aumentar considerablemente en los próximos meses, dependiendo de las políticas migratorias que aplique el nuevo gobierno estadounidense.