Han pasado ya 72 horas después de que el jugador de futbol Joao Maleck arrebatara la vida de María Fernanda Peña y Alejandro Castro Martínez, tras impactar su automóvil con el de la pareja de recién casados, mientras conducía a exceso de velocidad y bajo los efectos del alcohol por la avenida Tepeyac, en el municipio de Zapopan.
Te recomendamos
Esta avenida, tiene una longitud de poco más de 5 kilómetros desde Lázaro Cárdenas y hasta la avenida Piotr Ilich Tchaikovski, de los cuales sólo aproximadamente 550 metros pertenecen al municipio de Guadalajara y el resto al municipio de Zapopan; el flujo vehicular es como en otras de las grandes avenidas de la Zona Metropolitana de Guadalajara, según el horario y el día. Se puede recorrer de oriente a poniente y a la inversa, pasando por colonias como Chapalita, Prados Tepeyac, El Zapote, Mirador del Sol, infinidad de comercios, un parque, un club deportivo, una universidad y fraccionamientos como Los Olivos y Chapalita Las Fuentes.
Fue justo frente a este último fraccionamiento en donde el vehículo Mustang del futbolista, impactó al Aveo de los recién casados, alrededor de las 9:40 de la mañana del domingo 23 del presente mes de junio, proyectándolos varios metros más adelante y arrasando con parte del arbolado del camellón.
Te recomendamos
En el lugar del trágico accidente, hoy sólo se pueden observar fragmentos de los cristales de alguno de los autos, algunos pedazos de plástico que formaban parte de las carrocerías, un machuelo destrozado y tres veladoras que permanecen al pie de un árbol, podrían ser la única señal de que en ese lugar, muy cercano al cruce con la calle Playa de Hornos, terminó una historia que recién comenzaba; dos vidas que se unieron para emprender un viaje sin regreso, una mañana de domingo; cuando todos supondríamos que sería improbable perder la vida en un accidente a causa de un conductor alcoholizado.
Tres días después, los vehículos siguen circulando por el lugar de manera habitual, gente cercana al lugar ha retomado sus rutinas; algunos salen a correr, otros caminan a prisa llevando en sus espaldas pesadas mochilas, recorren las aceras con rumbo a sus destinos; pareciera que el hecho, ha quedado atrás.
Lo que no podemos dejar atrás y de ninguna manera debemos olvidar, es que vivimos en un constante riesgo, que mientras no tomemos responsabilidad por nuestras vidas y las vidas de los demás, sucesos como los del pasado domingo seguirán ocurriendo, con más vidas qué lamentar y más carreras arruinadas. Es trabajo de las autoridades y de la sociedad, crear consciencia de lo pernicioso que es combinar el alcohol con el volante.
MC
