La calle Baja California, en la colonia Hidalgo Oriente, se ha transformado en un canal. El agua cubre banquetas, invade hogares y obliga a los vecinos a buscar rutas alternas. En medio del panorama, un hombre de aproximadamente 30 años se desliza en kayak entre los charcos profundos, convertido en guía improvisado de esta zona afectada por las lluvias torrenciales de anoche.
Desde su pequeña embarcación, lanza un mensaje claro: “¡Cuidado con los niños! Hay una coladera abierta”. Su voz rebota entre las fachadas encharcadas, mientras señala el punto exacto donde la tapa de la alcantarilla desapareció bajo el agua. Pide a quienes caminan entre el agua —adultos, jóvenes y niños que intentan jugar en el agua— que eviten acercarse. “Los niños son curiosos. No saben del peligro. Una coladera abierta puede ser mortal”, dice mientras avanza entre las calles convertidas en lagunas.
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El hombre recorre varias cuadras en su kayak, atento a los bordes invisibles del pavimento. Esta colonia, ubicada muy cerca del río Pánuco, es de las más afectadas por el aumento del nivel del agua. Aunque la corriente no es fuerte, sí es traicionera. Basta un paso en falso para desaparecer bajo el agua turbia.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, las lluvias continuarán durante los próximos días, por lo que el riesgo se mantiene latente.
La escena es insólita, pero cada vez más común en esta zona del sur de Tamaulipas. Entre advertencias, solidaridad vecinal y temor a nuevas tormentas, la colonia Hidalgo Oriente se enfrenta, una vez más, a la dura realidad de vivir al filo del agua.
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SJHN
