La hora más oscura empieza a diluirse en Europa al tiempo que invade América por sus polos, arriba concentrada en Nueva York, abajo sobre Brasil y Ecuador. Cunden contagio y muerte, acecha el virus y se expande con furia hacia México, donde un escuadrón de héroes se ha equipado como ha podido para defender en la primera línea a por lo menos tres generaciones: la que libró la represión del 68, la que sobrevivió al sismo de 1985 y la que, atrapada en medio de la violencia del narcotráfico, se le escabulló a la influenza y a la inquieta superficie terrestre en 2017. El distinguido equipo tiene una membresía selecta: doctores, enfermeras, policías, bomberos, reporteros, fotógrafos, choferes, cajeros, barrenderos, militares, socorristas, farmacéuticos... Su lucha, sin embargo, no es solo contra el coronavirus: ataques civiles a personal médico, incendios forestales, delincuencia, atención de emergencias y cobertura de noticias. Basta con quedarse en casa para ayudarles a hacer más breve nuestra hora más oscura.
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