Anastasio tiene 73 años y desde hace más de una semana intenta sobrevivir con los síntomas de covid-19 que lo hacen pensar que no podrá más. Hoy volvió a su pequeño cuarto y su viejo colchón por segunda ocasión en ocho días, con síntomas y rechazado de dos hospitales.
Estuvo siete días internado en el hospital Fernando Quiroz Gutiérrez en Valle de Chalco, donde lo reportaron como grave hasta el domingo, pero el martes, de manera repentina, lo dieron de alta con un certificado que indica claramente que aún tiene pendiente los resultados de la prueba del coronavirus.
Bastó un día para que volviera a sentirse mal. Ayer regresaron los problemas para respirar, la fiebre, la tos seca y la complejidad para mantenerse de pie. Su ex vecina lo llevó al hospital más cercano: el Regional Ignacio Zaragoza del ISSSTE en donde lo rechazaron en un minuto luego de que colocaron en la puerta un anuncio que advierte que ya no tienen disponibilidad para casos de covid-19.
Con dificultad para hablar, dijo a MILENIO que se sentía “de la patada” y en camión se trasladó al Estado de México al hospital donde lo habían dado de alta. El doctor que los recibió coincidió en que tenía síntomas del nuevo coronavirus y era inexplicable que lo hubieran dejado ir en esas condiciones y al ser de un sector vulnerable.
Pero bastaron cinco horas para que le pidieran volver a su casa, con síntomas y con un un certificado del hospital Fernando Quiroz Gutiérrez que indica que tiene “neumonía probable covid-19”.
“Me dijeron que me iban a dejar internado de nuevo y a la mera hora cambiaron de opinión, que siempre no y me dejaron salir. Bien bien no supe, a lo mejor fue porque ya no tenían lugar, con eso de que todo está saturado”, explicó.
Don Anastasio vive en extrema pobreza, MILENIO lo visitó hoy en el cuarto que consiguió en un predio irregular en Valle de Chalco y que apenas supera los dos metros de largo por dos de ancho. Sobrevive con la pensión del gobierno federal que apenas le alcanza para alimentarse y con los pesos que le daban como empacador de Walmart hasta que hace dos meses le pidieron aislarse por ser mayor de edad.
Cuenta que antes de regresarlo a casa, le explicaron que a su edad era normal que se sintiera así. Le dijeron que tiene problemas en el corazón y en los pulmones, que está débil y presenta deshidratación, que tiene neumonía y sí, sus síntomas son similares al covid-19 y debe mantenerse aislado 14 días, pero que no podía quedarse en el hospital.
El certificado del hospital también dice que le solicitaron una prueba de covid-19, pero una semana después los resultados no aparecen. Ni siquiera tienen certeza que se la hayan aplicado. Le dieron medicamento para la presión y la fiebre y le recetaron otras cosas que su ex vecina, la única conocida que tiene, no puede pagar.
Dice que tiene fe, que espera recuperarse, que no tiene un peso y sus vecinos le invitan algo de comer. Busca mantener el ánimo entre su soledad en ese cuartito con algo de ropa, un colchón y una bicicleta amontonada. Y sonríe cuando dice que pese todo, está “vivito y coleando”.
ledz