Debido a la emergencia por covid-19 y ante la falta de personal médico, hospitales públicos y privados en el país contrataron a pasantes de enfermería y medicina general para poder dar atención a todos los pacientes.
Jocelyn Espinosa es una joven de 25 años quien se desempeñaba como pasante de enfermería en un hospital privado en la alcaldía Álvaro Obregón. Ahí le preguntaron si le interesaba colaborar atendiendo a pacientes con covid-19, y aceptó.

Después de una semana de capacitación intensiva, el 27 de abril comenzó con sus jornadas de casi 12 horas. Su turno inicia a las 21:00 horas, pero debe llegar antes para prepararse.

Durante la noche sólo puede retirarse el equipo de protección para salir a comer; no puede ir al baño, no puede tomar descansos, porque la labor es ardua y debe estar pendiente ante cualquier emergencia. Sale del hospital después de las 08:00 horas, después de desinfectarse y bañarse. Su novio Adrián, con quien vive desde hace tres años, la lleva al hospital y pasa por ella en las mañanas.

En su casa implementan un protocolo de limpieza; antes de ingresar a su departamento, se quita la ropa afuera y la coloca en una cubeta con agua, jabón y desinfectante. Sus zapatos y todos los objetos que lleva son rociados con desinfectante en aerosol y, posteriormente, toma una segunda ducha.

Así sucede la cotidianidad de Jocelyn en medio de la emergencia por covid-19: entre extenuantes jornadas de trabajo en el hospital y el distanciamiento que debe mantener con sus familiares y amigos.
ledz