Como cada año Roberto Peña reparará, junto con su esposa, entre 200 y 300 Niños Dios de cara a las celebraciones del 2 de febrero, Día de la Candelaria. Brazos y dedos rotos son los que tendrá que reconstruir para dejar como nuevos a los pequeños.
Desde el 20 de enero se ha instalado en la explanada municipal de Xonacatlán para cubrir jornadas que van desde las 08:00 hasta las 03:00 horas del siguiente día para poder cumplir en tiempo y forma con sus encargos, pues está festividad católica es muy significativa y require de mucho esmero.
"El año pasado tuvimos una saturación de niños, fueron más de 200 porque no nos dió tiempo, quisiéramos hacer más y atender a todos los que vienen, desgraciadamente no uso damos abasto. Solo en diciembre arreglamos como 150", dijo.
Cuando los niños llegan muy enfermos (rotos) tarda entre una o dos horas en restaurarlo, aunado al tiempo que tarda en detallarlo. "Después de la restauración tenemos que dejarlo entre dos o tres días para que seque y poder pintarlo. Cuando solo se trata de deditos nos tardamos entre 20 o 30 minutos por niño".
Los niños que están hecho de resina -explica- son de los más complicados para repararlos porque no tiene moldes para sacar las piezas o formas faltantes, pese a todo logran sacar el trabajo. "El yeso es un poco más fácil de moldearlo".
Con tiempo
En estos días ha pegado al menos 50 imágenes, pero está semana tendrán mucho trabajo, por ello exhorta a los fieles a acudir a la brevedad para evitar contratiempos. "Pego o reconstruyo después de las seis de la tarde para pintar el siguiente día".
Que la Candelaria caiga en domingo beneficia al negocio porque las personas tienen la oportunidad de acudir a misa con toda calma y celebrar en familia, sin embargo, eso implica que se saturen de trabajo a la mera hora.

"Sabemos que la gente siempre está ocupada, pero generalmente llega a la mera hora y quieren las cosas al momento, aunque nosotros queramos cumplir muchas veces no nos damos abasto, por eso les pedimos que lleguen en estos días. Si los arreglamos con tiempo los compañeros de los vestidos tendrán trabajo, el beneficio es para todos", dijo.
El costo de la reparación depende del daño del niño, empero entre más cerca este el 2 de febrero las personas pagan más para tenerlo listo a tiempo.
"Cuando vienen muy maltratados cobramos entre 300 y 350 y la gente lo paga sin problema porque les urge, aunque la prioridad siempre son quienes llegaron primero y con tiempo a solicitar su reparación", explicó.
Negocio familiar
Desde hace 20 años Roberto se ha encargado de regresar la salud a los Niños Dios que en el transcurso del año tuvieron un accidente y requieren atención. En su caso, un percance lo obligó a dejar su trabajo y buscar una alternativa para hacerse de ingresos económicos.
Su hija fue la encargada de conseguir el espacio con los puestos de temporada y así comenzó está bonita labor. "Mis hijos estaban en la preparatoria y la secundaria, eso orilló a mi hija a buscar un lugar y nosotros nos obligamos a aprender de forma autodidacta este oficio, después nos metimos todos".
Desde entonces el yeso, la cerámica en polvo, el bisturí, las juntas, el aerógrafo y la pintura se han convertido en sus mejores aliados para restaurar a los Niños de todos los tamaños que recibe desde hace 20 años. Este año en la explanada de Xonacatlán solo hay cinco puestos de restauración y el resto son de ropita.
PNMO