México es uno de los mayores consumidores per cápita de refrescos en el mundo. Según datos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), una persona mexicana consume en promedio 163 litros de bebidas azucaradas al año. Esta cifra ha contribuido al aumento de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, cardiovasculares y obesidad infantil, problema que afecta a más del 35 por ciento de los menores entre cinco y 11 años, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2022.
Además, una sola lata de Coca-Cola (355 mililitros) contiene aproximadamente 39 gramos de azúcar, lo que supera por sí solo el límite diario recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es de 25 gramos en adultos.
Por ello, especialista de México se sumaron a una coalición global de expertos en salud pública para exigir a la FIFA que ponga fin a su histórica alianza con Coca-Cola, acusando a la multinacional de utilizar los eventos deportivos como plataforma para lavar su imagen corporativa, pese a la evidencia científica sobre el daño que sus productos ocasionan a la salud.
De cara al inicio de la Copa Mundial de Clubes FIFA 2025, que se celebrará en Estados Unidos, voces como la del investigador mexicano Simón Barquera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINyS) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y presidente de la World Obesity Federation, advirtieron sobre la contradicción entre el mensaje de salud que la FIFA promueve y su asociación con una marca fuertemente vinculada a la epidemia mundial de obesidad.
“Rechazar a la industria de bebidas endulzadas sería actuar con coherencia. Coca-Cola representa todo lo contrario a un estilo de vida saludable”, afirmó Barquera.
La campaña internacional “Expulsemos a la Industria de Bebidas Endulzadas” (#KickBigSodaOutOfSport), liderada por Vital Strategies y otras 93 organizaciones de salud, acusa a Coca-Cola de usar eventos deportivos masivos —como el Mundial o los Juegos Olímpicos— para legitimar su marca frente a audiencias globales, en particular a niñas, niños y adolescentes.
“La FIFA dice defender la salud, pero su relación con Coca-Cola demuestra lo contrario”, declaró Trish Cotter, vocera de Vital Strategies. “Están promoviendo un producto vinculado a enfermedades crónicas, especialmente en países de ingresos bajos donde la regulación es débil y las enfermedades no transmisibles crecen más rápido”.
En países como México, donde la infraestructura de salud enfrenta serias limitaciones, este tipo de promoción agrava el panorama. “Es fundamental restringir este tipo de marketing para proteger el bienestar de la infancia”, añadió Carolina Piñeros, de la organización Red PaPaz.
Presión global y respaldo ciudadano
La campaña ya ha recabado más de 255 mil firmas de apoyo ciudadano y su segunda fase ha comenzado a circular en plataformas digitales como YouTube, Instagram y Facebook, con el objetivo de movilizar la presión pública hacia la FIFA a través del sitio oficial: www.kickbigsodaout.org.
Durante los Juegos Olímpicos de París 2024, una iniciativa similar recibió amplio respaldo, aunque un informe de Vital Strategies reveló que el 78 por ciento de la cobertura mediática sobre el patrocinio de Coca-Cola fue favorable a la empresa, mientras que solo el dos por ciento abordó los riesgos para la salud o la ética del patrocinio.
La petición a la FIFA cobra fuerza conforme se acerca el arranque del Mundial de Clubes. Para los expertos en salud, la coherencia entre el discurso y las alianzas comerciales es una deuda pendiente del deporte global.
LP