La historia del narcotráfico en México es un legado que no se puede contar sin mencionar a los capos que han liderado cárteles y traficado grandes cantidades de droga.
Uno de estos personajes, que aún se recuerda a pesar del paso de los años, es Nazario Moreno, uno de los fundadores de La Familia Michoacana, quien es considerado un santo religioso en la esfera criminal del país. En esta edición de Archivo Criminal te contamos quién fue este narcotraficante y por qué es tan querido por la gente.

¿Quién es Nazario Moreno?
Nazario Moreno fue un narcotraficante mexicano que nació en 1970 en Apatzingán, Michoacán. El capo se crió en un rancho de su estado natal —junto con su hermano Arnoldo, sus hermanas y su mamá— en la pobreza extrema.
Como narcotraficante, Moreno implementó una ideología religiosa entre sus sicarios, a quienes —se dice— los obligaba a leer manuscritos que él mismo escribía como: 1. Pensamientos; 2. Me dicen el más loco y 3. Nazario ¿idealista? ¿Renovador? ¿Justiciero? Usted juzgue. Este último publicado bajo un seudónimo, aunque varias personas aseguran que es de él.
Gracias a estos textos es que se puede conocer un poco más de la infancia de Nazario Moreno antes de incursionar en el mundo del narcotráfico.
En el último libro, firmado con el seudónimo J. J. Colorado, se detalla que Nazario Moreno comenzó a trabajar desde muy pequeño como vendedor de periódicos y agricultor para sostener a su familia; mientras que en sus tiempos libres —recuerda— jugaba a las luchas y pistolas con su hermano.
En el artículo Nazario Moreno: De Capo de la droga a héroe distópico, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se retoma un pasaje de la infancia del narcotraficante, cuando lo acusaron de robar un burro y lo castigaron públicamente.
La autora del artículo, Citlalli Mendoza, narra que Moreno fue obligado a permanecer hincado a la entrada de su poblado con los brazos en cruz, y sosteniendo una piedra en cada mano.
Según el artículo incluido en el libro La mediación en el régimen de subjetividad de la UNAM, el joven tenía que decirle a todas las personas que pasaba por ahí que estaba castigado por intentar robarse un burro; sin embargo, el propio Nazario aseguró que fue un error: pensó que su familia había comprado el animal, cuando en realidad sólo lo tenían rentado.
En todos los manuscritos que existen sobre el narcotraficante se hace énfasis en la pobreza que vivía su familia, por lo que expertos aseguran que Nazario Moreno desarrolló un complejo de Robin Hood, que más tarde le ayudó para ser recordado, para algunos, como un santo.

De traficar droga a fundador de La Familia Michacana
Nazario Moreno, también conocido como El Chayo o El Más Loco, se fue a vivir a California, Estados Unidos, donde presuntamente comenzó a traficar droga por la frontera y a relacionarse con altos mandos del Cártel del Milenio. Incluso, en una publicación de Insiht Crime señalan que el capo fue uno de los comandantes originales de esa organización criminal que impulsó la guerra contra Los Zetas en Michoacán.
Las investigaciones internacionales sobre él apuntan que fue responsable de vender mariguana en Palo Alto, California.
“Ser decidido, valeroso y cruel con los enemigos por autodefensa, no es lo mismo que perversidad carente de principios. No es lo mismo por maldad, robar, violar, matar gente inocente y pacífica, que matar en una guerra al enemigo”, se describe a él mismo en el libro Nazario ¿idealista? ¿Renovador? ¿Justiciero? Usted juzgue.
En el libro de J. J. Colorado también mencionan que el alias de El Más Loco se lo ganó porque entre su ideología siempre predominó que por medio de la fuerza, y sin importar su seguridad, se podía llegar al poder. Además, se asegura, Nazario Moreno nunca huyó de un conflicto armado.
Estas aptitudes le ayudaron al narcotraficante a fundar su propia organización criminal tras su regreso a México: La Familia Michoacana. Esto luego de que comenzara a sembrar y cultivar mariguana en parcelas del ejido Guanajuatillo, en Michoacán.
Se dice que como líder de La Familia Michoacana, Moreno siempre resaltó que la organización hacía una labor social por encima del tráfico de drogas.
Según sus autobiografías, disfrazadas de textos de adoctrinamiento, La Familia Michoacana realizaba una labor de vigilancia en los estados que operaba, buscaba la justicia, ayudaban a que nadie infringiera las leyes, robara o amedrentara a los ganaderos y transportistas del estado.
“Nosotros hacemos lo que hacen las compañías de seguridad que transportan en camiones grises blindados, el dinero de los bancos y les pagan por esa protección, lo que es muy justo, a nuestro modo de ver”, aseguró J. J. Colorado.
Sin embargo, a pesar de la idea que difundió entre sus seguidores, la realidad es que La Familia Michoacana estaba detrás de actos vandálicos como secuestros, violaciones a mujeres en las carreteras, robos, extorsiones, tráfico de drogas y asesinatos.
A pesar de que todo el mundo y las autoridades sabían de los actos criminales de El Chayo, Nazario Moreno siempre se jactó por ayudar a los productores, construir escuelas e iglesias en el estado de Michoacán y hacer donaciones a grupos de mujeres vulnerables o enfermos.
Según J. J. Colorado, para Moreno el dinero nunca fue su objetivo, sino el medio con el cual podía ayudar a los que más lo necesitaban.
“Los ideales sin sentimientos justicieros y sin ánimo de cumplimentarlos son solamente demagogia”, es una de las frases que escribió el propio Nazario Moreno en sus libros.

Primera muerte de Nazario Moreno
Durante sus años de gloria, El Más Loco enfrentó a Los Zetas —escisión del Cártel del Golfo en Michoacán—, lo que lo llevó a estar en el ojo del huracán de las autoridades.
Por esta razón, Nazario Moreno protagonizó un enfrentamiento armado contra fuerzas federales de México, en 2010, cuando supuestamente acribillaron al narcotraficante, aunque nunca se encontró el cuerpo.
Tras estos hechos comenzó el rumor de que El Chayo no había muerto y, poco tiempo después, surgió una escisión de La Familia Michoacana: Los Caballeros Templarios, la cual se presume que él mismo fundó y lideró de la mano de Servando Gómez, La Tuta. Este grupo criminal se convirtió en una facción rival de su grupo original.

Del narcotraficante al santo: Evolución de El Chayo
El análisis sociológico de la UNAM, en torno a El Chayo, apunta a que su "bondad" de donar a las esferas más bajas del país fue lo que lo catalogó como un santo.
Sin embargo, lo que lo terminó en convertir en un ídolo religioso laico, que representaba esperanza y alegría entre sus seguidores, fue el mito de que nunca había muerto en 2010.
Aunque en el libro Nazario ¿idealista? ¿Renovador? ¿Justiciero? Usted juzgue, se asegura que en realidad fue la ignorancia del pueblo y la desesperación de los más pobres y necesitados lo que llevo a Nazario Moreno ser considerado en un santo.
“Las dudas de que si murió o está vivo subsistirán hasta que aparezca algún indicio real, indiscutible, que compruebe una u otra versión. Hasta entonces no suceda lo anterior, Nazario Moreno es una leyenda encarnada (en el mundo del narcotráfico)”, considera J. J. Colorado.
Tras su supuesta muerte en 2010, comenzó el rumor de que Nazario Moreno estaba vivo, la gente aseguraba que se le podía ver en la sierra o pueblos de la zona llamada Tierra Caliente; mientras que los que pensaban que sí estaba muerto lo catalogaron como santo y construyeron capillas y altares en su honor.

Cabe mencionar que no es la primera vez que el pueblo reconoce a un personaje del narcotráfico como santo por encima de lo que opine la Iglesia católica. Un antecedente directo es Jesús Malverde, más conocido como El santo de los Narcos.
En el artículo de Citlalli Mendoza se retoma el testimonio de un joven originario de Michoacán, quien recuerda que, tras la muerte de El Chayo, en la casa de su abuela, y la de otros pobladores del estado, entregaron los libros que el narcotraficante escribió.
El joven recuerda que en el estado colocaron una escultura en honor a Nazario Moreno, la cual quitaron poco tiempo después. Sin embargo, sus seguidores se encargaron de reemplazar y hacer del lugar una capilla, en la que la gente llegaba con comida a manera de ofrenda y se reunía para bailar.

Hay que recordar que El Chayo tenía la costumbre de hacer propaganda y justificar los actos delictivos a través de los manuscritos que difundía entre sus sicarios y el pueblo, como los tres mencionados al inicio de este artículo y otro llamado Código de Los Caballeros Templarios de Michoacán, el cual contiene una serie de normas a seguir para los miembros de este grupo criminal.
Ex miembros de La Familia Michoacana y de Los Caballeros Templarios recuerdan que Nazario Moreno tenía una gran influencia ideológica y religiosa de John Eldredge, autor del libro Corazón Salvaje, en el cual se expone que la masculinidad se alcanza con la fortaleza.
“Un hombre es violento, apasionado, salvaje de corazón. Posee por naturaleza estas características y si no las ha reconocido en sí mismo, es solo una caricatura de masculinidad”, era parte de la ideología del narcotraficante según la UNAM.
Según los sicarios, El Más Loco los obligaba a leer sus textos y el de John Eldredge para poderse unir a sus filas, aunque historiadores consideran que esto era una forma de adoctrinamiento que aprendió en Estados Unidos, donde comenzó a interesarse en la religión.
Caída de Nazario Moreno
Finalmente, los rumores de que Nazario Moreno estaba vivo tras el ataque de 2010 se confirmaron años después, luego de que el propio gobierno mexicano asegurara que el narcotraficante había sido asesinado el 9 de marzo de 2014 tras un tiroteo en el estado de Michoacán, en el Pacífico del país.
Sin embargo, Nazario Moreno aún es considerado un santo entre los narcotraficantes y algunos ciudadanos, quienes lo recuerdan como: “un hombre que de niño pensaba dentro de su ignorancia e inseguridad, pero que cuando creció comería: bolillos en lugar de tortilla y bebería coca cola en lugar de agua del río (sic)”, J.J. Colorado.

RM