En 2010, cuando Felipe Calderón Hinojosa se encontraba al frente del gobierno mexicano, El Komander lanzó Somos sanguinarios del M1, un narcocorrido que describe con crudeza asesinatos, "levantontes" y comandos armados al servicio del crimen organizado.
La canción, que menciona directamente a los entonces líderes del Cártel de Sinaloa, resulta más explícita que muchas de las piezas interpretadas por artistas de la nueva generación.
Sin embargo, aunque este tema tiene más de una década de antigüedad, para Juan Carlos Ramírez-Pimienta, historiador del corrido, guarda un punto en común con temas recientes de intérpretes como Peso Pluma o Luis R. Conriquez: todos, a su manera, reflejan una realidad.
El narcocorrido como reflejo de una sociedad en crisis
En anteriores entregas, MILENIO explicó la evolución de los corridos y como, durante los últimos años, han sido señalados como una vía para la glorificación de los cárteles de la droga.
El debate ha cobrado fuerza nuevamente tras las recientes prohibiciones de interpretar narcocorridos en eventos públicos masivos en estados como Michoacán, Aguascalientes y el Estado de México.
No obstante, para Juan Carlos Ramírez-Pimienta, profesor en la Universidad Estatal de San Diego, California, el foco está mal dirigido. Mientras se condena al narcocorrido, se desdibuja la urgencia de enfrentar al verdadero enemigo: el narcotráfico.
"Los corridos reflejan un mal mayor. Es como un dolor de cabeza, cuando lo que tenemos es cáncer cerebral. Concentrarnos en el síntoma va a darnos una falsa impresión de que ya nos curamos.
Es decir, en el discurso público se está sustituyendo la palabra narcotráfico por narcocorrido. Entonces, todos quieren combatir al narcocorrido".
Para Ramírez-Pimienta, experto en el tema, los corridos siguen siendo una vía de comunicación como lo eran en la época de la Revolución Mexicana, cuando en lugar de capos se hablaba de líderes revolucionarios.
"Cuando sucede algo en la realidad, se canta acerca de ello. No es al revés. No es: Voy a cantar de narcotráfico y luego va a suceder el narcotráfico".

Censura y viralidad: el efecto inverso de silenciar narcocorridos
En esa línea, el historiador del corrido asegura que prohibir la interpretación de narcocorridos no va a tener un efecto positivo, ni solucionará la violencia.
"Cuando se combata al narcotráfico, el narcocorrido va a desaparecer, porque va a dejar de ser relevante. Dicen: promueve la violencia. Pues sí, pero lo malo es que hay demasiada violencia para ser promovida".
También advierte que la censura del narcocorrido podría aumentar la popularidad de ciertos temas.
"En algunas ocasiones me parece que sí es meritorio y que es loable el esfuerzo de las autoridades (...), pero prohibir los corridos puede resultar contraproducente".
Como ejemplo, el reciente caso de Los Alegres del Barranco, quienes, tras la difusión de la imagen del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en una presentación musical en Zapopán, comenzaron a ser investigados por autoridades mexicanas y estadunidenses.

El caso generó tal polémica e interés que la famosa agrupación llegó al número uno en la lista LyricFind Global de Billboard con 'El Palenque', la canción que interpretaron en el Auditorio de Telmex Guadalajara.
"Yo aseguro que la mayoría de la gente no conocía la letra. Lo único que lograron al censurarlos es que fuera la letra más buscada a nivel nacional. (...) Los que somos padres sabemos que la mejor manera de que un hijo haga algo es decirle: No lo hagas. Entonces, tradicionalmente estas medidas no han funcionado".
Narcocorridos son apología al crimen organizado y más que eso
Aunque el experto en corridos reconoció que una parte de este subgénero puede incurrir en apología del crimen organizado, advirtió sobre lo que considera un “falso silogismo”.
"El problema es pensar que es una cosa, cuando es eso y más. Sí, es apología, pero también puede ser canto desde abajo o una expresión artística, dependiendo del corrido en particular, porque como género no tiene una ideología.
Es como si alguien dijera: la novela es machista. ¿Cuál? la de Vargas Llosa, la de García Márquez... El corpus de los corridos son miles y miles de canciones; hay muchas que son una cosa, más que otra".
Pese a ello, persisten interrogantes: ¿por qué el público continúa consumiendo este tipo de contenido? y ¿por qué la industria musical le da visibilidad? MILENIO explicará en la entrega de mañana esta cuestión.
RMV.