Año con año, uno de los nombres que suena durante el Grito de Independencia es el de Miguel Hidalgo y Costilla, un sacerdote criollo que lideró la primera parte del levantamiento armado del pueblo mexicano contra los españoles, pero que su caída estuvo marcada por una traición.
El llamado Padre de la Patria, con un estandarte de la Virgen de Guadalupe, dio inicio a la Independencia de México en el pueblo de Dolores, Guanajuato, un 16 de septiembre de 1810; sin embargo, un año más tarde —en 1811— el cura fue traicionado por un coronel español que fingió estar de lado del pueblo azteca.
En esta edición de Archivo Criminal te contamos cómo fue la caída de Miguel Hidalgo y Costilla y quién lo traicionó.

Del Grito de Independencia a la caída de Miguel Hidalgo
El gobierno de México señala que durante la madrugada del 16 de septiembre de 1810, Miguel Hidalgo y Costilla comenzó el movimiento independentista con un Grito que reunió a miles de combatientes en el pueblo de Dolores Hidalgo.
Se sabe que desde 1808, el cura —de origen criollo— comenzó a tener reuniones secretas para planear el levantamiento armado contra el pueblo español en casa de Miguel Domínguez y su esposa Josefa Ortiz, donde comenzaron a reclutar personajes notables, entre ellos militares que querían cambiar el rumbo del país.
Según el libro análisis de la Historia de México —de Captivating History— entre los motivos que llevaron al cura Miguel Hidalgo a buscar la independencia del país destacó su gran resentimiento hacia los llamados gachupines, término usado para referirse a los españoles asentados en la Nueva España (México), quienes ocupaban puestos de alto rango social.
Cabe mencionar que, Miguel Hidalgo, al nacer en tierras aztecas, era considerado un criollo, por lo que siempre se enfrentó a los límites que la Corona Española imponía para que este sector de la población alcanzara un ascenso social.
Aunque en un inicio se tenía pensado comenzar el levantamiento en diciembre de 1810, el cura y sus seguidores decidieron adelantar la fecha a septiembre, ya que supuestamente habían sido descubiertos mientras conspiraban.

De esta manera, durante la madrugada del 16 de septiembre de 1810, El Padre de la Patria tocó la campana de la iglesia de Dolores para convocar al pueblo mexicano a levantarse en armas contra los españoles. Fue así que, con el grito de “¡Viva la América! y ¡Muera el mal gobierno!”, inició la Independencia de México.
Miguel Hidalgo y Costilla dirigió y encabezó la primera parte del movimiento independentista, entre ellos la famosa toma de la Alhóndiga de Granaditas, con ayuda de más de 15 mil guerrilleros, sin embargo, el cura fue traicionado, capturado y ejecutado un año después tras confiar en un hombre equivocado.
Después del grito de Dolores, los peninsulares se refugiaron en la Alhóndiga de Granaditas —un recinto ubicado en el estado de Guanajuato—, ya que tras el inicio de la Independencia, Hidalgo había logrado juntar más de seis mil insurgentes, número que iba aumentando conforme las tropas avanzaban por el territorio nacional.

La batalla de Acatita de Baján; así traicionaron a El Padre de la Patria
Aunque el movimiento de independencia iba agarrando fuerza, el ejército que comandaba Miguel Hidalgo comenzó a perder un par de batallas, siendo la de Acatita de Baján, Coahuila, la que le terminaría costando su libertad y su vida.
Los registros sobre esta batalla indican que durante la mañana del 21 de marzo de 1811, el ejército de Hidalgo fue traicionado en Acatita de Baján por Ignacio Elizondo, un militar realista que había prometido unirse a los insurgentes, pero que su verdadera intención era convertirse en coronel español.
Ese día, las tropas de Elizondo sorprendieron a los insurgentes, a quienes tomaron como prisioneros para después recibir la orden de abatirlos. En el libro Acatita de Baján, de la colección Historias de la historia —de Leo Mendoza—, señalan que el coronel español estaba del lado de los mexicanos cuando decidió traicionarlos.
Entre las víctimas de la traición resalta el hijo de Ignacio Allende quien, según el artículo Hidalgo y Acatita de Baján, una pausa desafortunada en la Guerra de Independencia, fue abatido a balazos en el carruaje en el que iba junto con su padre, ya que no se quisieron rendir.
La publicación detalla que el ejército de Miguel Hidalgo y Costilla se encontraban con pocas provisiones, por lo que habían recibido información de que Ignacio Elizondo y sus hombres se unirían a su causa, sin embargo, todo se trató de una traición que terminó con la captura de El Padre de la Patria.
“El 17 de enero de 1811 las tropas comandadas por Hidalgo sufrieron una derrota definitoria en la batalla de Puente de Calderón, cerca de Guadalajara, así que muchos de los combatientes insurgentes huyeron en desbandada”.
“Ante esta situación, Hidalgo, Allende y Aldama decidieron buscar ayuda en Estados Unidos, y partieron hacia el norte. Sin embargo, fueron detenidos por las tropas realistas en Coahuila; después fueron capturados por las fuerzas de Félix María Calleja; no obstante, quien estuvo a cargo de la operación de la captura de Hidalgo y sus compañeros fue el coronel Ignacio Elizondo”, señala la CNDH como antecedente a la caída de El Padre de la Patria.

Una investigación de la Unidad de Estudios de Posgrado en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) apunta a que ese día, los insurgentes llegaron a Alta California comandados por Ignacio Allende, quien sin darse cuenta de que se trataba de una trampa bajó de un carruaje junto con su hijo (Indalecio) y otros guerrilleros quienes fueron detenidos.
Sin embargo, Allende opuso resistencia, por lo que Elizondo mató a su hijo. Finalmente, apareció Miguel Hidalgo, a caballo y escoltado por pocos hombres, quien también fue capturado ese día.
Según se sabe, tras la traición, Elizondo reportó a sus superiores la detención de Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Mariano Abasolo, Ignacio Aldama, José Mariano Jiménez, Vicente Camargo y otros altos caudillos independentistas.
¿Qué se sabe Ignacio Elizondo?
Ignacio Elizondo pasará a la historia como el hombre encargado de la traición de Miguel Hidalgo. Aunque nació en México, el caudillo decidió traicionar a los insurgentes y entregar a los principales líderes de la primera etapa de la Independencia.
El hombre encabezaba un ejército de más de 300 hombres en el estado de Coahuila, donde planeó la emboscada en contra de los hombros del cura Miguel Hidalgo.
“Las tropas realistas, apenas unos trescientos hombres, estaban comandadas por Ignacio Elizondo, quien, tras abandonar el bando rebelde, participó activamente en la contrarrevolución en Coahuila”, lo describen en el libro Acatita de Baján, de la colección Historias de la historia.
La traición de Elizondo fue suficiente para que los españoles lo premiaran con el grado de coronel, sin embargo, en México siempre serán condenados los actos del ex militar.
Según el portal Memoria Política de México, Elizondo fue asesinado dos años después de entregar a Miguel Hidalgo y Costilla, en 1813, por manos de un español, quien supuestamente fingió estar loco para abatirlo. Varios registros de este acontecimiento señalan que la traición del coronel a El Padre de la Patria fue mal vista entre los mismos europeos.

Así ejecutaron a Miguel Hidalgo y Costilla
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) refiere que tras la traición de Elizondo al ejército de Hidalgo, el cura fue sentenciado al fusilamiento el 26 de julio de 1811, pero la ejecución fue aplazada porque primero tenían que despojarlo de su carácter sacerdotal.
Días después, el sacerdote fue sacado de la celda y llevado al corredor, de fusilamiento, donde le quitaron los grilletes y procedieron a vestirlo con el alzacuello, sotana y ornamentos como si fuese a dar misa. Ya en el patio, lo obligaron a arrodillarse. Después, con un cuchillo le raparon las manos y las yemas, narra la CNDH.
Posteriormente, un juez le dictó la sentencia de muerte. En un inicio se tenía contemplado que lo ejecutaran de espaldas, pero Hidalgo negoció con el militar para que le disparara de frente, ya que no quería morir como un traidor.
Tras la ejecución ocurrió un acto de humillación pública: “exhibieron su cuerpo como castigo ejemplar. Permaneció expuesto al público durante casi una hora, lo decapitaron y desmembraron; su cabeza fue enviada a Guanajuato para que fuera colgada en la Alhóndiga de Granaditas”.

La CNDH reportó que los restos de El Padre de la Patria finalmente fueron recogidos por frailes franciscanos y los sepultaron en la capilla de San Antonio.
RM