El 2018 cimbró las entrañas del 'Barrio Bravo' de Tepito. Mientras comerciantes y habitantes de la zona centro de la Ciudad de México padecían los estragos de una cruenta disputa entre dos organizaciones delictivas, la prensa nacional e internacional reportaba un episodio que bien pudo ser parte de una película policiaca.
La noche del 14 de septiembre de aquel año, un grupo de mariachis arribó a las inmediaciones de la Plaza Garibaldi, desenfundaron armas de fuego y desataron una violenta agresión que dejó como saldo seis personas sin vida y al menos siete heridos.
Los sicarios, aún disfrazados de los populares músicos mexicanos, emprendieron la huida hacia la colonia Buenavista y, aunque en su momento las autoridades capitalinas no lograron la aprehensión de ninguno de los involucrados, poco a poco sus investigaciones apuntaron a un nombre: José Mauricio Hernández, alias El Tomate.
De acuerdo con información difundida por el periodista Carlos Jiménez, El Tomate falleció el pasado primero de septiembre en prisión, sin embargo, años antes fue identificado junto con Renato Dassae Esparza Vera -El Dassa- e Israel Cortés Villaseñor -El Cors- como los presuntos autores materiales del ataque suscitado en la también llamada "Plaza de los Mariachis". Además de la investigación que pesó en su contra, los tres compartían algo más: su pertenencia a la Unión Tepito.
Las cabezas de la Unión Tepito

La balacera desatada en Garibaldi en 2018 fue el clímax de un conflicto que desde años atrás comenzó a gestarse en el corazón de la Ciudad de México y que tuvo como génesis el control de la venta de droga -al menudeo y mayoreo- así como de otras economías criminales como la extorsión.
Entonces, la Unión Tepito buscaba mantener su poderío y frenar el crecimiento de sus rivales autodenominados como Fuerza Anti-Unión, un grupo que surgió como un intento de arrebatarle el monopolio del lucrativo negocio a la que fue considerada como la primera organización delictiva oriunda de la capital mexicana.
"La Unión es una organización urbana de escala regional dedicada a la venta de drogas, la extorsión y el asesinato, localizada en el barrio de Tepito, una de las principales zonas comerciales situada al norte del Centro Histórico", explica un artículo publicado en la edición 19 de la Revista Latinoamericana de Estudios de Seguridad.
Según reza la citada investigación, el origen del grupo criminal se remonta a la década de los 80 's con la existencia de una banda llamada "El Cártel de Tepito", misma que con el transcurso de los años evolucionó y se integró con al menos cinco subgrupos.

La violencia de sus operaciones se extendió desde el centro de la capital mexicana y ha sido palpable para la ciudadanía, pero también para sus liderazgos, cuyos asesinatos y arrestos han terminado por reconfigurar la estructura de la organización delictiva en más de una ocasión.
"La Unión es una firma con numerosos líderes que se han sucedido por divisiones internas, aprehensiones o muerte de jerarcas y a lo largo de casi 35 años han tenido cerca de 10 jefes", abunda el artículo firmado por Arturo Alvarado Mendoza, Doctor en Ciencia Social con especialidad en Sociología por el Colegio de México.
En los años 80's, al frente de la naciente Unión Tepito se ubicó Miguel Ángel Cornejo, alias Papá Cornejo, quien coordinó una red de extorsión y venta de protección a comerciantes. Posteriormente, fue su hijo Miguel Ángel quien continuó operando y forjando acuerdos con funcionarios públicos locales.
Los siguientes en asumir el liderazgo del grupo criminal fueron los hermanos Fidel y Mario Camarillo. El primero fue detenido y acusado por su participación en delitos contra la salud en 1998, mientras que el segundo fue ejecutado en 2003.

Fue así como Jorge Ortiz Reyes, El Tanque, asumió un liderazgo fugaz que tras su detención también ocurrido en el 98 fue ocupado por tres personajes que son considerados como los fundadores de la Unión Tepito: Jorge Castro Moreno -El Abuelo-, Francisco Hernández Gómez -Pancho Cayagua- y Ricardo López Castillo -El Moco-.
A la Unión Tepito también se le ha relacionado con un controversial y mediático personaje del hampa mexicano: Édgar Valdéz Villarreal, alias La Barbie. Al líder del Cártel de los Beltrán Leyva se le adjudicó la creación del grupo toda vez que buscó conformar una federación que operara desde la capital mexicana el trasiego de drogas a gran escala para su organización delictiva, no obstante, antes de que grandes cárteles se interesaran en extender sus tentáculos al centro del país, en el entonces llamado Distrito Federal ya operaban por su cuenta distintas células criminales.
"La Unión unificó varias de las bandas que estaban desperdigadas en el barrio a mediados de 2009, pero con ello comenzaron los conflictos internos que la desgajaron [...] Los distintos reportes policiales, aducen que la ruptura dentro de La Unión ocurrió al disputarse el control de la venta de drogas en el corredor insurgentes de la Cuauhtémoc, resultando en dos grupos: La Unión Insurgentes y La Unión Tepito", documenta el artículo publicado en la Revista Latinoamericana de Estudios de Seguridad.
Al tiempo que ambas escisiones sostenían disputas, en la Unión Tepito de Pancho Cayagua su jefe de sicarios comenzaba a consolidar su propio liderazgo. Algunas investigaciones lo identifican como Roberto Moyado Esparza, sin embargo, información del periodista Antonio Nieto -quien ha documentado durante años las operaciones del grupo criminal- señala que su verdadero nombre es José Alberto Maldonado López. Independientemente de a cual de los dos corresponda su verdadera identidad, lo que sí tienen claro las autoridades capitalinas es su alias: El Betito.

Poco a poco, El Betito fue conformando su propia escisión del grupo criminal, teniendo bajo su mando a un séquito de seguidores cuyos alias no tardaron en trascender en el hama capitalino, tal fue el caso de El Chori, El Manzanas, Elvis, Huguito, El Tomate, entre otros.
La violencia que la disputa entre los mismos liderazgos de la organización delictiva generó poco a poco los fue sacando del anonimato y colocándolos en el radar ya no sólo de sus rivales, sino también de autoridades que buscaron su arresto.
La caída de los líderes de la Unión Tepito

Aunque su amplia trayectoria delictiva llevó a Pancho Cayagua a pasar cinco meses recluido en el Módulo de Alta Seguridad Diamante del Centro de Reinserción Social Varonil de Santa Martha Acatitla, su fatídico final lo encontró en calles de la alcaldía Gustavo A. Madero en octubre de 2017.
De acuerdo con reportes periodísticos, Francisco Javier Hernández Gómez fue asesinado a balazos en el estacionamiento de un centro comercial. Por el rol que desempeñaba en la Unión Tepito y sus disputas por el liderazgo, uno de los móviles de la agresión apuntaron a su antiguo jefe de sicarios: El Betito.
Con la caída de Pancho Cayagua, Roberto Moyado Esparza consolidó su liderazgo en la Unión Tepito hasta el 8 de agosto de 2018 cuando fue detenido cerca de la autopista México - Cuernavaca en la alcaldía Tlalpan.

Por los delitos de homicidio y homicidio en grado de tentativa, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ CdMx) logró que El Betito fuera sentenciado a 43 años y nueve meses de prisión. El otrora líder de la Unión Tepito acumuló ocho años más por delitos contra la salud así como portación de arma de fuego y posesión de cartuchos de uso exclusivo del Ejército.
Moyado Esparza cumple su sentencia en el Centro Federal de Reinserción No. 15 en Chiapas, sin embargo, su legado en la organización delictiva prevaleció en manos de algunos de sus subordinados cuyo ascenso fue igual de rápido que su caída.
Los primeros en ser arrestados tras El Betito fueron David García Ramírez, alias El Pistache, y Daniel Eduardo León Cifuentes, mejor conocido como El Tiger. Ambos fueron relacionados a delitos como el tráfico de drogas, la explotación sexual y trata de personas y extorsión.

Mientras que El Pistache fue trasladado para cumplir su sentencia en un centro penitenciario federal, El Tiger fue reaprehendido en el 22 de enero de 2025 en la alcaldía Benito Juárez, donde se le decomisaron 90 dosis de cocaína, 99 de cristal, así como medio kilo de mariguana, un arma corta, cartuchos útiles y dinero en efectivo.
A José Mauricio Hernández , alias El Tomate, también se le consideró como uno de los líderes de la organización delictiva, pese a ello, logró ser liberado en al menos tres ocasiones tras promover diversos recursos legales.
Su aprehensión definitiva se suscitó en marzo de 2024, no obstante, antes de que fuera sentenciado por su probable participación en los delitos de portación de arma de fuego y contra la salud, el líder de la Unión Tepito falleció al interior del Reclusorio Sur derivado de complicaciones que le generó someterse a un bypass gástrico, según informó el periodista Carlos Jiménez.

Uno de los golpes más fuertes que recibió la Unión Tepito en los últimos años fue la detención de Eduardo Martínez Tiburcio, alias El Chori, a quien se le identificó no sólo como uno de sus principales líderes sino también como el enlace entre redes de contrabando de cocaína que se extendían hasta Colombia, según apuntó el periodista Óscar Balderas.
La caída de El Chori llegó a valer para la fiscalía capitalina una recompensa de hasta cinco millones de pesos. Su alto perfil le valió también su ingreso al penal federal de El Altiplano en el Estado de México, desde donde libra una ardua batalla legal.

Entre los subordinados de El Betito que continuaban libres se ubicó también El Huguito, a quien se le relaciona con delitos como homicidio calificado, robo agravado y a transeúnte. La fiscalía capitalina lo tenía catalogado como un importante generador de violencia, lo que motivó su detención en julio de 2024 en Cancún, Quintana Roo.
Días después de la caída de El Huguito, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) reportó también la aprehensión de Renat Dassae Esparza Vera, alias El Dassa, quien junto a El Tomate y El Cors fueron señalados como partícipes de la balacera en la Plaza de Garibaldi ocurrida en 2018.
Uno a uno, los líderes del también llamado Cártel Chilango han sido detenidos o alcanzados por la muerte lo que, sumado a sus conflictos internos, ha permitido que se mantengan únicamente como una organización delictiva regional.
Empero, diversos reportes periodísticos dan cuenta de que al frente de la estructura criminal aún sobreviven personajes como El Manzanas, Elvis o El Mi Jefe, quienes han adoptado un bajo perfil para evitar correr una suerte similar a la de sus compañeros criminales. Con ello, se mantiene encendida la alerta sobre las operaciones y el alcance que la Unión Tepito pudiera tener.
ATJ