El catfish se define como una forma de ciberacoso en la que el presunto estafador crea una identidad en línea falsa para engañar y manipular a una víctima con fines económicos o emocionales, pero... ¿qué pasaría si le quitamos el factor del internet? Queda la doble vida de Marcial Maciel.
El fundador de Los Legionarios de Cristo será recordado a lo largo de la historia por sus casos de abuso sexual infantil, pero también por haber formado una familia tradicional a espaldas de lo que la Iglesia Católica profesa. Lo peor de todo es que su pareja nunca supo que Maciel era un sacerdote hasta que se hicieron públicas las denuncias por violación.

La doble vida de Marcial Maciel
En la serie documental de HBO Max Marcial Maciel: El lobo de Dio, se explica que el sacerdote llegó a Tijuana, en 1978, bajo el seudónimo de José Rivas, con el que creó una identidad falsa que le permitió seducir a una joven de 19 años que ya tenía un hijo.
Su nombre es Blanca Gutiérrez, una camarera que creyó en las promesas de un hombre que le dijo que quería formar una familia. La mujer pasó casi 30 años con Maciel —sin siquiera saber su verdadero nombre— y tuvo dos hijos biológicos con él, de los cuales, años más tarde, se sabría que también abusó sexualmente de ellos.
"Él tenía 56 años y yo 19. Me dijo que estaba viudo y que buscaba una muchacha joven para casarse y formar una familia (...) Él adoptó a mi hijo como su hijo propio”, recordó la ex pareja de Maciel en el documental.

En el libro Marcial Maciel: Historia de un Crimen, de Carmen Aristegui, la periodista retoma el testimonio de Blanca, quien explicó la forma exacta en la que conoció al fundador de Los Legionarios de Cristo.
La mujer señaló que se enamoró muy rápido de Maciel, quien se presentó como un petrolero de Shell Internacional y supuesto agente encubierto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés).
Cabe señalar que una de las principales características del catfish es que los presuntos estafadores usan información o adoptan la identidad de otra persona como si fuera suya.
Blanca Gutiérrez reconoció que la primera vez que dudó de la identidad de su pareja fue cuando tuvieron que registrar a su primer hijo biológico.
En esa ocasión, José Rivas —o mejor dicho, Marcial Maciel— le dijo a su pareja que no tenía su acta de nacimiento. Sin embargo, después de un tiempo, no le quedó de otra más que decir otros apellidos: González y Rodríguez, los cuales tampoco respondían a su nombre verdadero.
El sacerdote tuvo dos hijos biológicos con Blanca, mismos que llevaron su apellido falso: José Raúl González Lara y Cristian González Lara. Además, adoptó al primer descendiente de la mujer: Omar González Lara.
Se sabe que la relación entre Marcial y Blanca, a pesar de durar casi 30 años, fue intermitente, pues el hombre se la pasaba viajando supuestamente por asuntos de trabajo. La realidad es que luchaba por proteger su doble vida.
"Él venía y se estaba dos o tres meses; a veces nos íbamos de vacaciones. Iba y venía, pero todos los días, tres o cuatro veces al día, me hablaba por teléfono. Nos escribíamos muchas cartas, nos enviábamos cartas postales. Siempre hubo mucha comunicación", le platicó Blanca a Aristegui en una entrevista en la que aceptó que no supo que Maciel era sacerdote hasta que vio publicado, en la revista Contenido, un artículo sobre sus escándalos sexuales en 1997.

La casa chica: Las dos Normitas
El catfish de Marcial Maciel fue tan descarado que no solo logró tener una familia con Blanca Gutiérrez, sino también mantener otra relación amorosa con otra mujer: Norma Hilda Bolaños, con la que tuvo una hija biológica, del mismo nombre que su madre.
Los hijos que Maciel tuvo con Blanca, le contaron a Aristegui, que ellos tenían conocimiento de la existencia de Norma Hilda, ya que su padre se las presentó como su tía. La mujer vivía en Madrid, España, donde Raúl González Lara la conoció luego de que el fundador de Los Legionarios de Cristo lo mandara al viejo continente a recibir ayuda psicológica.
"Así es. Ella (Norma Hilda Bolaños) estaba en Madrid. Con Norma, Omar y yo. Nos dijo: 'les presento a su tía Norma'. De niño eso nunca lo cuestionas", recordó Raúl para el libro de Aristegui.
En la serie documental de HBO señalan que para ese entonces, el poder de Maciel dentro de la Iglesia Católica y su influencia en el Vaticano eran tan grandes que se la pasaba viajando por Europa con una vida llena de lujos.
El sacerdote se presentaba como padre de familia —acompañado de una niña, que podría ser su hija Norma—, maestro, seductor de mujeres y hombres, aprovechándose de su buen parecido.
Aunque originalmente el objetivo del catfish era crear una identidad falsa para formar una relación sentimental con alguna persona, basada en el engaño, con el tiempo esta práctica se prestó para otros tipos de propósitos, como estafas económicas a sus víctimas.
Pero en el caso de Maciel, se sabe que mantenía económicamente a su familia con Blanca y Norma, y que les daba una buena educación a sus hijos en escuelas en el extranjero, por lo que sus engaños tenían otros fines más perversos: crear una fachada para cometer sus abusos sexuales, incluso en contra de sus propios descendientes.

Marcial Maciel abusó de sus propios hijos
En el último capítulo del documental, los hijos de Blanca señalaron que se enteraron de que su padre era sacerdote hasta que murió y los medios de comunicación destaparon los casos de abuso sexual.
Su hijo Omar González Lara acusó que su primer abuso sexual, por parte de su propio padre, ocurrió cuando le pedía que le sobara la entrepierna, porque le dolía mucho. Mientras que su hermano Raúl aseguró que fue violado por Maciel a los siete años, cuando lo obligaba a recostarse cerca de él.
En entrevista con Carmen Aristegui, el abogado de Raúl González Lara señaló que, bajo su opinión, el papa Juan Pablo II, así como otros cardenales como Ratzinger, solaparon al fundador de Los Legionarios por el dinero que le generaban al Vaticano.
“Las irregularidades financieras de Maciel y el hecho de permitirle operar libremente sin rendir cuentas son relevantes porque lo hicieron a sabiendas de que él no podía controlar sus impulsos sexuales, así que usaba el dinero para financiar el opulento estilo de vida y su adicción”, le dijo el abogado a Carmen Aristegui.
Cuando Raúl González Lara fue llevado a España, el hombre estuvo un gran tiempo drogado con estupefacientes que le recetaba un psicólogo con el que lo había llevado su padre, presuntamente para que no lo acusara de violarlo.
Cabe señalar que, en cuanto a su hijo menor, Cristian González Lara, no hay reportes de que también haya sido víctima de abusos sexuales por parte del sacerdote.
Una vez que los delitos sexuales de Maciel se destaparon, Los Legionarios de Cristo reconocieron formalmente a 60 víctimas, las cuales fueron abusadas desde 1940 hasta enero de 2008, entre ellas dos de sus propios hijos y varios de sus seguidores religiosos.

Características principales del catfish
Algunas características principales del catfish con las que cumplía el fundador de Los Legionarios de Cristo eran:
- Identidad falsa: Para formar su familia, Marcial Maciel no se presentó como sacerdote. Todo lo contrario, dio un nombre falso y mintió en cuanto a su profesión.
- Rechazo a videollamadas o encuentros: Aunque Marcial Maciel no evitaba reunirse con su familia ni hablar con ellos, sus hijos biológicos señalan que se les hacía extraño que, cuando las personas lo veían en la calle, lo llamaban “padre”.
- Poca presencia en línea: En la época en la que Marcial Maciel cometió la mayoría de sus abusos sexuales no existían aún las redes sociales, por lo que se podría decir que el sacerdote cometió catfish en una época donde ni siquiera existía el internet.
- Pedir dinero: El objetivo de Marcial Maciel no era sacar un provecho económico de su familia; sin embargo, su fachada de buen samaritano le permitía pasar desapercibido a la hora de abusar sexualmente de menores de edad, a quienes manipulaba emocionalmente. Sin embargo, en otras de sus facetas como sacerdote se sabe que engatusaba a la clase alta del país para que le hicieran donaciones.
- Evitar la verificación: Hay que recordar que Marcial Maciel tuvo que aceptar que no se llamaba José Rivas, cuando su esposa le pidió registrar a su primer hijo biológico.
RM