Finalmente, el capítulo 4 de la serie-documental de HBO Max, Marcial Maciel: El lobo de Dios , revela cómo se destaparon los escándalos de abuso sexual del fundador de Los Legionarios de Cristo, con ayuda de algunos testimonios de sus víctimas.
Entre las voces que denunciaron los abusos de Maciel resaltan las de José Barba, Juan José Vaca y los mismos hijos biológicos del padre. MILENIO te dice qué fue lo que revelaron y cómo la iglesia los intentó callar.

¿Qué se sabe de las víctimas del padre Maciel?
Juan José Vaca
A lo largo de la serie, Juan José Vaca, hombre que se unió a Los Legionarios de Cristo cuando tenía 10 años de edad, fue revelando las formas en las que Maciel abusó de él y de otros de sus compañeros.
Vaca recordó que el sacerdote lo convenció a él y a sus padres de unirse a su congregación y mudarse, a los 10 años, a la Quinta en la Ciudad de México, donde sufrió varios abusos sexuales.
“Llegamos como a las 22:00 horas, me dieron un dormitorio y yo me sentí sólo, era la primera vez separado de mi familia", señala la víctima, mientras que la imagen en la pantalla hablaba por sí sola: Maciel entraba al cuarto de los niños para abusar sexualmente de ellos, se ve en el primer capítulo de la serie.
Una vez que Marcial Maciel buscó expandir su congregación a Italia, Juan José Vaca fue uno de los feligreses elegidos para acompañar al pederasta, cuando tenía 15 años de edad.
Vaca recuerda que Maciel llevó a Roma representantes de su congregación entre los 16 y 20 años de edad, pero que con él hizo una excepción, ya que su intención era otra: abusar sexualmente de él.
“Me decía que le dolía y me pedía que le sobara. Me decía que me iba a enseñar a cómo hacerlo… Tocó mi miembro y en ese momento me sentí en shock, petrificado. Después me sentí como un sonámbulo, me fui a mi cama, pero sentí que algo malo había ocurrido. Siento que no dormí esa noche”, contó una de las 60 víctimas de Maciel que reconocieron Los Legionarios de Cristo como modus operandi que coincide con el de otras víctimas.
Juan José Vaca recordó que, tras los primeros abusos del sacerdote, confrontó directamente a Maciel para indicarle que se sentía mal por lo que estaban haciendo y que no iba a poder comulgar nunca más; sin embargo, aseguró, el legionario le concedió el perdón de Dios y le dijo que sólo lo estaba ayudando con su enfermedad.
Vaca también fue uno de los principales seguidores de Maciel encargados de conseguirle Dolantina, un fármaco derivado de la morfina al que el sacerdote era adicto y con el que se drogaba.
Juan José Vaca recuerda que en una ocasión Maciel llegó hasta el hospital por una sobredosis. La víctima del sacerdote le estaba haciendo compañía en la clínica cuando un importante personaje del Vaticano (el cardenal Valerio Valeri) apareció y le pidió que se fuera a su colegio. Esa fue la primera vez que comenzaron a sospechar del padre.
“Después de eso nos dicen que el Vaticano ha reunido a los apóstoles para entrevistarnos sobre nuestro fundador. Nos hicieron jurar sobre la biblia”, contó Vaca para HBO MAX, quien nunca delató a Maciel porque para él era como el mismo Papa.
Por su parte, en el último capítulo del documental, Vaca narra que se reunió con un representante del cardenal Ratzinger, quien al momento de confesar los crímenes de Maciel, le notificó que el papa Juan Pablo II había muerto (2 de abril de 2005).
Previo a esa reunión, Juan José Vaca comenzó a registrar una bitácora con los abusos del sacerdote, misma que desapareció un día de su cuarto.
Tras destaparse los escándalos sexuales de Maciel, Vaca fue despedido de su trabajo como profesor, ya que aseguraban que era un mentiroso.
Sin embargo, ahora que se sabe toda la verdad sobre el fundador de los legionarios, la víctima sólo lamenta que su agresor muriera sin ser clasificado como un criminal y sin que le quitaran el rango de sacerdote.
“Maciel murió sin confesar sus pecados”, acusó en el documental.

José Barba
Otra de las víctimas del pederasta fue José Barba, quien fue uno de los encargados de exhibir los escándalos sexuales de Maciel en Estados Unidos.
En una entrevista con Carmen Aristegui, Barba le dijo que México siempre se había escandalizado por los casos de pederastia dentro de la iglesia en Estados Unidos, cuando en su propio país había algo peor, refiriéndose al caso Maciel.
En el libro Marcial Maciel: Historia de un Criminal; Barba relata que uno de los momentos que lo motivó a romper el silencio, fue cuando el mismo papa Juan Pablo II calificó al fundador de Los Legionarios como un líder de las juventudes.
Tras estos hechos, José Barba comenzó a contactarse con otros seguidores de Maciel, con los que descubrió que había al menos 20 víctimas distintas del sacerdote.
Barba fue el encargado de redactar y publicar una carta que le mandaron a Juan Pablo II denunciando los abusos sexuales de Maciel, en México, en 1997; sin embargo, al no tener respuesta de él, volvieron a escribir otra en polaco.
Durante todo el proceso para destapar los escándalos sexuales de Maciel; Barba recuerda que se entrevistaron con los cardenales Ratzinger y Angelo Sodano, quienes, aseguró, encubrían al sacerdote y sabían de todos sus crímenes.
“Tras la muerte de Juan Pablo II los Legionarios de Cristo perdieron poder, pero él (Maciel) seguía viajando. Un detective lo seguía por el mundo. Se dieron cuenta de su estilo de vida. Entre la Legión surgió la idea de matarlo. Recibía 20 mil dólares mensuales. Se fue a Estados Unidos a vivir en una propiedad con lago y acceso a un campo de golf”, cuenta luego de que Maciel fuera separado de la iglesia.
Al igual que Vaca, José Barba ha contado en varias ocasiones que Maciel abusaba de él en una enfermería, donde primero le pedía que se sobara sus partes íntimas y luego lo obligaba a masturbarlo. Sin embargo, en su caso, recuerda que Maciel abusaba de ellos en presencia de otros jóvenes que le sirvieran como testigos.
“Me decía que sufría mucho y que tenía permiso del Santo Padre (Papa) para que le dieran masajes en sus zonas íntimas para aliviarlo de sus dolores”.
En el último capítulo del documental, la víctima acusó que tras destaparse los casos de abuso sexual de Maciel, Los Legionarios de Cristo lo trataron mal, al grado de que fueron calumniados y despedidos de sus respectivos trabajos.
“Juan Pablo II era un encubridor o un hombre trágicamente engañado como en las obras de Shakespeare (...) Con los eclesiásticos pasa algo curioso, que apenas uno pone al jefe (Dios) como testigo les da algo de temor (...) Es una constante en el mundo eclesiástico que lo primero sea imponer silencio (...) Los verdaderos Legionarios somos nosotros (las víctimas)”, son algunas de las declaraciones que hizo Barba a Carmen Aristegui.
Finalmente, en el documental de HBO MAX, Barba declaró: “Agradezco el apoyo para que se supiera ésto, pero personalmente hubiera preferido no involucrarme. Hice lo que teníamos que hacer, pero a un costo demasiado alto (...) “Sentí lástima de que no se llevara a cabo la justicia. Él murió (Maciel) burlándose de la iglesia y de la sociedad”.

Los hijos biológicos de Marcial Maciel
En el capítulo tres de la serie mencionan uno de los episodios más oscuros en la historia de Marcial Maciel: cuando su poder en la iglesia era tan grande que se permitió tener una doble vida, para formar una familia tradicional, a pesar de las reglas de su propia religión.
Según HBO MAX, en 1978, Maciel llegó a Tijuana bajó el seudónimo de José Rivas. El hombre se hacía pasar por agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por su nombre en inglés), hasta que sedujo a una joven mesera de nombre Blanca Gutiérrez.
La mujer tenía un bebé cuando conoció al sacerdote, pero con Maciel tuvo dos hijos biológicos más, de los que abusó sexualmente. Situación que se explicará en el último capítulo de la serie.
"Él tenía 56 años y yo 19. Me dijo que estaba viudo y que buscaba una muchacha joven para casarse y formar una familia (...) El adoptó a mi hijo como su hijo propio”, recuerda la esposa de Maciel.
En el último capítulo del documental, la familia de Maciel, específicamente sus hijos biológicos, señalaron que se enteraron de que su padre era sacerdote hasta que murió y en los medios de comunicación se destaparon sus casos de abuso sexual.
Su hijo Omar González Lara acusó que su primer abuso sexual por parte de su propio padre fue porque le pedía que le sobara la entrepierna, porque le dolía mucho.
Mientras que uno de sus hermanos aseguró que fue violado por Maciel a los siete años, cuando lo obligaba a recostarse cerca de él.
En entrevista con Carmen Aristegui, el abogado de Raúl González Lara, otro de los hijos de Maciel, señaló que, bajo su opinión, el papa Juan Pablo II, así como otros cardenales como Ratzinger, solaparon al fundador de Los Legionarios por el dinero que le generaban al Vaticano.
El abogado Jeff Anderson acusó que cliente buscaba un acuerdo reparatorio por parte de la iglesia, no tanto de líderes religiosos como el Papa.
“Las irregularidades financieras de Maciel y el hecho de permitirle operar libremente sin rendir cuentas, son relevantes porque lo hicieron a sabiendas de que él no podía controlar sus impulsos sexuales, así que usaba el dinero para financiar el opulento estilo de vida y su adicción”, le dijo el abogado a Carmen Aristegui.

Juan Manuel Fernández
Otra de las víctimas de Maciel, es el legionario Juan Manuel Fernández, cuyo testimonio, aunque no fue presentado en el documental de MAX, sí se conoce gracias a la entrevista que recopiló Aristegui con el ex sacerdote Athie, una de las piezas claves en destapar los escándalos sexuales del pederasta.
Alberto Athie explicó que conoció a Juan Manuel Fernández en su lecho de muerte, cuando a pesar de haber perdido la fe en Dios, le confesó que Maciel había abusado de él.
“El padre Maciel me llama a la enfermería y me empieza a contar que tiene unos dolores terribles en el estómago que le impiden ejercer su misión en el mundo, que esto lo platicó con el papa Pio XII y que, viendo como le impedía servir a la iglesia, le autoriza que le den masajes para calmarle sus dolores (...) Entonces me toma la mano y dice ‘ten confianza y ayúdame’ hace que le sobe el estómago y luego empieza a bajar la mano y termina queriendo que yo lo masturbe”, recordó Athie sobre la experiencia de Juan Manuel.
El sacerdote también expuso la preocupación de Juan Manuel por morir por órdenes de Maciel, quien se supone que lo amenazó en vida varias ocasiones por si lo delataba.
Tras la muerte de Juan Manuel, el aún sacerdote Athie encontró los testimonios de Barba y Vaca, con los que empieza a presionar al Vaticano para hacer justicia. Sin embargo, se enfrentaron con la corrupción de la iglesia.
Cabe señalar que Athie renunció como sacerdote en 2003 tras destaparse los escándalos sexuales de Maciel y darse cuenta de las trabas que puso la iglesia y el Vaticano para ayudar a las víctimas del fundador de Los Legionarios de Cristo.
RM